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Mi Frío Exmarido Capítulo 457

Capítulo 457

“Pues, ¿qué tal si mandamos a Héctor y Dalia juntos?”

Rufino lo pensó un rato y le dijo a Amelia, “Dalia siempre ha sido tu sombra, nadie conoce el proyecto mejor que ella; estaba pensado en enviarla de todas formas y esto puede ser una buena oportunidad para que se foguee. Y Héctor, con su porte de galán, no solo ayudará a Dalia a comprender el proyecto, sino que su presencia es un plus para proteger a la muchacha.”

“¿Eh?” Dalia se mostró insegura, “No creo poder, nunca he tenido contacto directo con el proyecto, ni he estado en la obra para seguir el proceso, no sé cómo manejarlo, la primera vez debería ir con un supervisor para familiarizarme.”

Rufino estaba en un aprieto.

Lo que decía Dalia tenía sentido.

El proyecto había sido diseñado por Amelia antes de que se fuera de viaje, y en aquel entonces Dalia aún no se había involucrado, por lo que no había participado en todo el proceso.

Aunque hubo algunos ajustes menores antes de la entrega final, la participación de Dalia fue limitada, además, ella no tenía experiencia en la obra, claramente no estaba preparada para manejar situaciones imprevistas.

Amelia también notó la indecisión de Rufino.

“Mejor voy yo. He estado a cargo del proyecto todo este tiempo, cualquier problema que haya, lo detectaré enseguida en la obra. No estoy segura de que Dalia y Héctor puedan hacerlo.”

“Pero…” A Rufino, por supuesto, le encantaría que fuera Amelia. Ella era como el pilar del proyecto; lo tenía grabado en su mente. Con ella allí, no había problema que no pudiera resolverse.

Lo que le preocupaba era la duración del viaje; temía que Dorian pudiera enfadarse con él.

“Dejemos que Dalia y Héctor lo intenten primero, si no pueden, entonces tú vas.”

Rufino finalmente tomó una decisión y miró a Amelia, “Tenemos muchos proyectos en la empresa ahora, quédate aquí por el momento.”

Ella lo miró y asintió suavemente: “Está bien.”

No insistió.

Como el proyecto del resort de estilo tradicional tenia urgencia, Dalia y Héctor se fueron a casa a empacar después de la reunión y por la tarde ya estaban en camino.

Amelia se quedó en la empresa, aunque en realidad no tenía mucho trabajo que hacer.

Quería ir al viaje no por impulso, sino porque ella había llevado el proyecto desde el diseño hasta la entrega y le tenía cariño; no podía desprenderse de él fácilmente.

Dalia, aunque había tenido contacto, no estaba muy involucrada y carecía de experiencia en el campo, además de ser una diseñadora novata; era probable que no la tomaran en serio.

Por otro lado, Amelia quería usar este viaje para darse un poco de espacio de Dorian para respirar. Pero al mismo tiempo, no queria estar lejos de Serena, por lo que al final no insistió.

Al finalizar la jornada laboral, salió puntual, sin esperar a Dorian.

Él tampoco la buscó como solía hacerlo.

Ambos llegaron a casa casi al mismo tiempo.

Desde que supo que Serena era su hija, Dorian casi no había hecho horas extras y salía del trabajo muy puntual.

No llegaron en el mismo ascensor, pero salieron al mismo tiempo.

Cuando Dorian la vio, su mirada se detuvo un instante antes de moverla serenamente y caminar hacia la puerta de su

casa.

Amelia lo siguió en silencio.

12:23

Capitulo 457

“¿Tienes tiempo esta noche?”

Mientras abría la puerta, Dorian habló de repente con una voz muy calmada, “Serena quiere ir al parque infantil.”

Ella asintió suavemente: “Sí.”

Desde que Serena se dio cuenta que tenía un padre que casi siempre cedía a sus deseos, solía ir directamente a él com sus peticiones.

Dorian también asintió y no dijo nada más, girando la llave para abrir la puerta.

Serena estaba en la casa y al ver entrar a sus padres juntos, gritó “¡Papá, mamá!” y corrió feliz hacia ellos.

Dorian se agachó para abrazarla, la frialdad de su rostro se desvaneció, reemplazada por la ternura habitual sus ojos

también mostraron calidez.

Amelia sintió una inexplicable punzada en la nariz al ver que toda la atención de Serena estaba centrada en Dorian. Sin querer interrumpir, se giró y se dirigió a la cocina para ayudar al nutricionista a preparar la cena.

Dorian echó un vistazo a su silueta y se quedó mirándola un buen rato antes de forzarse a apartar la vista.

La cena transcurrió en el mismo silencio que la noche anterior, con la excepción de una Serena absolutamente feliz

Sabiendo que sus padres la llevarían al parque infantil después de cenar, la pequeña estaba tan emocionada que no veía la hora de terminar de comer para salir.

Dorian cuidó de ella con ternura y paciencia hasta que terminó de cenar, se aseguró de que estuviera lista antes de salir junto a Amelia.

Caminando por la calle, ocasionalmente intercambiaban algunas palabras, pero la conversación no se desviaba de Serena y entre ellos prevalecía una cortesia distante.

Era una sensación parecida a la de hacía más de dos años, pero no del todo igual.

Al llegar al parque infantil, Dorian fue el principal compañero de juegos.

Con Serena, siempre se mostraba paciente y cariñoso.

Era un padre excepcional.

Mucho mejor de lo que Amelia jamás habría imaginado, por un millón de veces.

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