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Mi Frío Exmarido Capítulo 431

Capítulo 431

Fabiana se cambió de ropa y escogió dos mechones de cabello con mucho cuidado, para luego acompañar a Lorenzo y Manuel al hospital de su confianza.

No le arrancaron los mechones allí mismo, así que Fabiana aprovechó para entregar disimuladamente las muestras de cabello que había conseguido en la casa de Amelia.

Una vez entregadas las muestras, regresó junto con Lorenzo y Manuel a la casa de los Sabin.

Hasta que no se conocieran los nuevos resultados de la prueba de paternidad, los Sabin no le pedirían que se mudara Inmediatamente.

Pero Fabiana sabía que tenía que empezar a preparar su disculpa.

“Prepara tu declaración de disculpa para esta noche.”

Al llegar a casa, Lorenzo instruyó a Fabiana con una cara impasible, “La declaración debe cubrir tres puntos: primero, que no eres Amanda, sino una colaboradora contratada por mi para hacerse pasar por mi hermana, cualquier acción que hayas tomado es personal y no tiene nada que ver con Amanda; segundo, detalla en la declaración que plagiaste los diseños de Amelia y afirma que el proyecto de la mansión fue diseñado personalmente por ella; tercero, pide una disculpa formal a Amelia.”

Fabiana estaba ansiosa: “El resultado de la prueba de ADN aún no está listo.”

“¡El resultado de la prueba de ADN no afecta la disculpa!” Lorenzo la miró fijamente, “Esto es que Dorian ha pedido. expresamente. No importa si eres Amanda o no, debes deslindarte de ella.”

Fabiana buscó ayuda en la mirada de Manuel: “Abuelo.”

Manuel lucía extremadamente cansado: “Si seguiste a tu hermano antes, debes seguir haciéndolo.”

Después de decir eso, pasó junto a ella y se dirigió solo a su habitación.

Al llegar a la puerta, Manuel se detuvo nuevamente,

“Ah y Lorencito, hoy la Srta. Amelia se ha mostrado más flexible con el proyecto. Ella tiene un cariño genuino por tu abuela y no debemos decepcionarla. Si hay que darle el crédito como diseñadora principal, se lo damos, si hay que pagar derechos de autor, se pagan y la promocionamos como se debe. En cuanto a Amandita… La Srta. Fabiana, si tiene que pedir disculpas, que las pida, aunque en verdad sea Amandita, no podemos seguir encubriéndola.”

Dicho eso, Manuel abrió la puerta y se fue sin mirar atrás.

Lorenzo también se dirigió a Fabiana: “Redacta tu declaración de disculpa hoy y mándamela mañana por la mañana. La empresa organizará una rueda de prensa para responder a esta situación, prepárate.”

“¡Hermano!” Fabiana no pudo evitar llamarlo ansiosamente.

“No importa si me llamas ‘papá‘, te advertí que no te metieras con Dorian. Pero insististe en actuar por tu cuenta e ir a su casa a fanfarronear.”

Lorenzo se fue sin mirar atrás, “Ellos organizaron la rueda de prensa y tu trabajo es asistir. Decide si escribes la declaración de disculpas tú misma o si te la proporciona Dorian.”

Lorenzo también se fue sin volver la mirada.

La chica se desplomó en el sofá.

Esa noche, quizás preocupada por tener que admitir públicamente su plagio al día siguiente o quizás por la presión del resultado de la prueba de paternidad, Fabiana no pudo dormir bien y tuvo pesadillas. En ellas, Amelia la miraba con desdén, diciéndole una y otra vez: “Fabiana, me debes una disculpa.”

En el sueño, la mirada de Amelia era helada y penetrante, casi como si le estuviera cobrando una vida. Su boca se curvaba en una sonrisa inquietante y su hermoso rostro se retorcía lentamente hasta transformarse en el de una niña

de cinco o seis años.

De repente, la escena cambiaba y la pequeña Amelia de cinco años la tomaba de la mano y corrían juntas por un

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Capitulo 431

bosque nevado y helado, con los pasos desordenados y los rugidos de los adultos detrás de ellas: “Se fueron por allá, rápido, vamos a buscarlas!”

Fabiana no podía seguir corriendo y caia al suelo.

La pequeña Amelia se agachaba para levantarla y llevarla consigo en la huida.

Ella era tan pequeña que no podia cargarla bien y tampoco sabía cómo esquivar las ramas que se cruzaban en el

camino.

Amelia apenas había corrido unos pasos con ella en la espalda, cuando los pies que sobresalian golpearon accidentalmente el tronco de un árbol. La repentina resistencia hizo caer a Amelia, que estaba corriendo con todas sus fuerzas, así que ambas terminaron cayendo al suelo y rodando colina abajo hacia un hueco entre las montañas.

Durante la caida, Amelia la protegió con sus brazos, pero sus rodillas se golpearon fuerte contra las piedras, casi desmayándose del dolor.

La niña que Amelia protegía estaba ilesa, pero completamente aterrorizada.

Amelia intentó levantarse para seguir corriendo con ella, pero no pudo.

Con miedo, miró a su alrededor y luego le dijo que su papá, mamá y hermano mayor estaban cerca, que fuera a buscarlos y les dijera que ella estaba allí. Incluso le quitó su pulsera y se la entregó, diciéndole que al verla ellos le

creerían.

Ella corrió desesperadamente por la nieve en la dirección que Amelia le había indicado, llevando la pulsera consigo. Pero antes de encontrar a los padres y al hermano bondadoso que Amelia había mencionado, se encontró con quienes serían sus nuevos padres.

Ellos la miraron conmocionados, su pequeño cuerpo tropezando a través de la nieve. La abrazaron y preguntaron dónde estaban sus padres.

Miró confundida a la amable pareja que tenía delante, escuchándose a sí misma decir que ya no tenía padres.

Luego vio la compasión en sus ojos y la mujer que se inclinó para levantarla en sus brazos.

El calor de su abrazo era tan acogedor que se aferró a él, relajándose, finalmente se desmayó en sus brazos.

Cuando despertó, estaba en un hospital, con los que ahora eran sus padres cuidándola gentilmente al lado de su cama, ofreciéndole frutas deliciosas y otras comidas, abrazándola una y otra vez, asegurándole que no tuviera miedo.

Quería que fueran sus padres, así que cuando el oficial de policia vino a preguntar sobre su familia, ella no dijo nada. Simplemente se aferró a la mujer que quería que fuera su madre y se negó a soltarse.

El anhelo por esos padres era tan fuerte que incluso olvidó decirles que la niña que la había salvado todavía estaba esperando en la nieve.

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