Capítulo 410
Amelia recordó lo que Donian le había dicho sobre los problemas de salud de su padre, frunció el ceño y sin pensarlo dos veces, le devolvió la llamada.
“¿Fuiste al hospital a ver al papá de Dorian?”
“Si” respondió Fabio, algo confundido, “Incluso compré un montón de regalos para visitarlo, el anciano está bastante bien.”
“¿Tuviste algún altercado con él?“, preguntó ella, con una voz que ya denotaba urgencia y hasta un punto de frustración
“¿Cómo podría?” Respondió su hermano con una confianza desbordante, “¿Cómo voy a tener un problema con él, si lo trato como a un santo?”
Amelia no creia en las palabras de Fabio, él siempre había sido alguien sin mucha idea de la realidad.
Colgó el teléfono, agarró el auricular Bluetooth de la mesa, lo encendió, lo puso y empezó a escuchar las grabaciones que Fabio le había enviado.
Al principio todo era cordial, simples formalidades manteniendo las apariencias, hasta que Fabio mencionó a Serena y lo que él consideraba una relación amorosa con Dorian. Fue entonces cuando Eduardo se mostró a la defensiva.
“¿Quién te dijo que se habían reconciliado de nuevo? Eso es imposible, esa niña no es de nuestra familia. Dorian está por casarse con Amanda Sabin, han sido amigos de toda la vida y las familias ya acordaron el matrimonio….
El sonido de desden en la voz de Eduardo golpeó a Amelia, quien lanzó una mirada complicada a Serena, que dormia plácidamente. Esa complejidad en sus emociones creció cuando Eduardo mencionó que su matrimonio con Dorian habia sido forzado por un embarazo y para cumplir el último deseo del abuelo de este.
Luego Eduardo expresó con dureza que solo reconocerían a Amanda como su nuera y que cualquier otra persona no valia la pena, porque Dorian y Amanda eran amigos de la infancia, bien avenidos y enamorados, asi que no querian saber de ningún otro amorio, y que su hermana no era nadie para ellos, que ella no era digna y que todo había sido por el bien del bebé. En esos momentos, Amelia solo se sentia entumecida.
Era la actitud y la respuesta que esperaba.
Hasta que Eduardo dijo “No quiero a tu hermana y no dejaré que arruine nuestra familia“, Amelia sintió un pinchazo en el corazón, mirando la cara tranquila de Serena, sintió un nudo en la garganta, incapaz de definir sus sentimientos.
En ese momento, Fabio habla enviado un mensaje: “¿Ya escuchaste? Mira, ellos hablaron claro, y tú todavia sin darte cuenta del peligro, sin pensar cómo agradar a tus suegros, siempre tan orgullosa, ¿cómo esperas que te acepten?”
“¿Tan poco valoras tu dignidad?” Le respondió Amelia, “Ya te mostraron su desprecio de forma clara, ¿y tú aún quieres insistir?
No he hecho nada malo, no tengo nada de qué arrepentirme. Y tu no tienes que seguir informándome sobre tus conversaciones con ellos. Si realmente te sientes culpable conmigo, lo mejor que puedes hacer es dejarlos en paz.”
“La dignidad no sirve de nada,” replicó Fabio rápidamente, “este es un mundo que admira la fuerza, si no tienes dinero ni poder y solo te aferras a tu vanidad, entonces prepárate para ser pisoteado toda la vida. Ser flexible es lo que hace a un verdadero hombre.”
Amelia miró el mensaje, apagó el teléfono y lo lanzó a un lado, sin responder.
La noche estaba avanzada, pero no tenia sueño
No sabia cómo estaba Eduardo, pero si Dorian había dejado su trabajo y volado miles de kilómetros para regresar, seguramente la situación no era muy alentadora.
No podía creer que Fabio, por conseguir el proyecto, incluso había pensado en disfrazarse de limpiador para sacarlet Información a Eduardo.
Claramente, Eduardo habia provocado la ira de Fabio.
Fabio habia enviado una grabación que se cortaba abruptamente justo cuando Eduardo decia “No quiero a tu hermana
Capitulo 410
y no dejaré que arruine nuestra familia“. Lo que Fabio dijo después, lo que pasó después, Amelia no lo sabia, pero estaba claro que Fabio había tenido un papel importante en lo que le sucedió a Eduardo.
Al final, lo que temes siempre termina llegando.
Amelia casi no habia dormido en toda la noche y solo al amanecer logró forzarse a descansar un poco.
Hoy tenía que ir con Rufino a la licitación de la hacienda del Grupo Sabin y si no dormia, temía no poder aguantar el día. Dorian volvió del hospital a las ocho de la mañana, parecía que tampoco habia dormido y su semblante mostraba signos de cansancio.
“¿Cómo está tu papá?“, preguntó Amelia en voz baja.
“Está bien, está bastante recuperado.”, respondió Dorian. Notó que Amelia seguia maquillándose y funció ligeramente el ceño. “¿Vas a salir hoy?”
“SI” Ella asintió con la cabeza. “Hoy es la licitación de la hacienda del Grupo Sabin, quiero ir a ver qué tal,”
Dorian recordaba vagamente algo sobre eso, pero no sabia que Amelia había diseñado un proyecto para la Hacienda Sabin, asi que simplemente asintió y le preguntó: “¿Quieres que te acompañe?”
“No hace falta.” Lo rechazó. “No dormiste nada anoche, mejor quédate en casa y descansa. Solo voy a echar un