Capítulo 401
Fabio recibió noticias por parte del Sr. Mateo que la licitación por el proyecto Sabin estaba a punto de realizarse
No podia quedarse quieto ni un minuto más.
Dado que Dorian estaba de viaje y no había podido contactar a Amelia, no tuvo más remedio que ir al hospital.
Pero esta vez, habia aprendido de sus errores pasados
En lugar de entrar con toda la confianza del mundo como antes, se disfrazó de personal de limpieza, con un uniforme y una gorra correspondiente, además de una mascarilla, decidió entrar fingiendo que iba a limpiar la habitación. Los guardias al ver su atuendo y la bolsa grande que parecia de basura, no le prestaron mucha atención y lo dejaron pasar sin más.
Eduardo estaba tumbado en la cama, descansando con los ojos cerrados.
Después de su charla sencilla con Dorian, parecia que se había aliviado un poco; su estado de ánimo habia mejorado y se estaba recuperando mejor que en los días anteriores, cuando parecia estar realmente enfermo.
Cintia, aliviada por la mejora de su esposo, aprovechó que él dormia para relajarse revisando su teléfono móvil. Cuando vio entrar al personal de limpieza, apenas levantó la vista y volvió a centrarse en su teléfono.
“Por favor, vacía la basura, dijo Cintia sin mirar, con un tono un tanto despectivo, “y recoge también esos envases de la mesa, limpiala y no olvides pasar la mopa al suelo. Lava también el lavamanos y desinfecta el baño, no sé qué hacen con la limpieza aqui, pero huele fatal.”
Fabio no se tomó a mal su actitud y quitándose la mascarilla, se acercó a ella con una sonrisa: “Consuegra soy yo, el hermano de Meli.”
“¡Ay, Dios mio!”
Cintia casi suelta una palabrota del susto al ver de cerca la cara del hombre y retrocedió instintivamente hacia Eduardo, apoyándose sin querer en su pierna y despertandolo.
Eduardo abrió los ojos solo para encontrarse con Fabio disfrazado de personal de limpieza y casi muere de la indignación
Fabio no esperaba asustar a Cintia y mientras se quitaba la gorra, la ayudaba a levantarse mientras se disculpaba de manera afable: “Lo siento mucho, consuegra, no quise asustarte. Me entere de que mi consuegro estaba hospitalizado y estaba muy preocupado. He querido venir a verlos, pero cada vez que lo intentaba, ustedes estaban descansando y no queria molestar. Hoy vine a ver a un amigo y aproveché para pasar a verlos”
Fabio se quitó el uniforme de limpieza y viendo que ambos lo miraban con los ojos como platos, se disculpó con una sonrisa incómoda: “Esta ropa está limpia, un amigo me pidió que le echara una mano con algo y no queria ensuciar mi ropa, asi que me puse esto para protegerme del polvo.”
Luego se dirigió a Eduardo con preocupación: “¿Cómo se siente Consuegro? ¿Mejor?”
Aunque Eduardo no estaba contento, mantuvo una cortesia superficial
“Mucho mejor, gracias por preocuparte.”
Cintia, igualmente fría pero educada, le recordó: “Fabio, puedes llamarnos Sr. Eduardo y Sra. Cintia, por favor. Eso de consuegro y consuegra puede llevar a confusión, después de todo Meli y Dorian ya están divorciados.”
“No hay problema,” respondió Fabio, pensando que quizás no sabian que Amelia y Dorian se habian reconciliado, pero no pudo evitar compartirles la buena noticia: “Meli y Dorian están juntos de nuevo, se han reconciliado y hasta tienen una niña.”
“¿Qué?”
Eduardo estuvo a punto do
a punto de saltar de la cama con la sorpresa.