17.24
Capítulo 399
Fabio estaba confundido por la reacción de Amelia “Olivio que alguien más me lo envió Para qué preguntas eso?” Ella no le respondió, simplemente lo mio fiamente “¿Quién te dijo que esos son los planos del proyecto Sabin?”
Fabio se sintió incomodo con esa pregunta
Que quietes decir con eso? ¿Acaso piensas que no tengo la capacidad
de conseguir los planos originales de la familia Sabin?
Amelia sino que era imposible comunicarse con Lablo de manera normal
Lo miró y dijo “Si, donde consequiste esa copia pirata de los planos? Es imposible que sean de la familia Sabin” “¿Como no? Fue el señor Mateo quien me los envió y el nunca me engañarla con unos planos falson.”
Fabio picó el anzuelo visiblemente molesto, “Llevo un montón de Henipo en este proyecto, y no voy a conocer los planos? Tu, que no sabes nada, te crees capaz de decir que son falsos, que tu lo saben todo?”
Amelia no se dejo afectar por su in, simplemente lo mito con calma “Ti lo consideras un hermano, pero no todos te ven como amigo Con el trasfondo de la familia Sabin, ¿cómo crees que dejarian esos planos tan importantes all alcance de cualquiera?”
“Al principio Lorenzo tenia pensado contratar a Maleo para la construcción. Como tienen buena relación, es natural que le mostrara los planos para que los revisara, eso no tiene nada de extraño” Fablo no pudo evitar bufar con desprecio hacia Amelia, “Yfu que estudiante diseño, decir que no han visto mundo es quedarse corto. El proyecto ya se ha presentado y registrado oficialmente, ya está en archivos oficiales. Es cuestión de tiempo que comience la obra, ¿para que preocuparse de que los planos se filtrery?”
Amelia lo miro y dijo: “Ya entiendo”
Se despidió de Fabio y tomando a Serena en brazos, se fue
Su hermano se quedo atónito “Ya to vas?”
Después de discutir tanto tiempo y sin conseguir una respuesta clara, Fabio se desespero y la siguió rápidamente.
“Al menos dime si puedes ayudarme”
“No puedo ayudarte, fue la respuesta tajante de Amelia, “Si eres tan capaz, involucrate tú mismo en la licitación. Nadie tiene la obligacion de ayudarte
Despues de decir eso, bajó las escaleras con Serena y paró un taxi.
Una vez en el coche, aun sentia una pesadez en su corazón, con la imagen de los planos en el teléfono de Fabio y su afirmación de que definitivamente eran del proyecto Sabin en su mente
No podia estar segura de si la familia Sabin habia usado sus propios diseños.
Fabio nunca había sido confiable en sus palabras, era difícil discernir la verdad de la mentira con él
Además, era alguien que confiaba facilmente en los demas, si alguien se mostraba más competente, palabras como la verdad absoluta, asi que no se podia descartar que Fabio hubiera sido engañado.
Pero el problema era, ¿cómo llegaron sus diseños a manos de Fabio?
La posibilidad de que alguien hubiera accedido a su computadora era casi nula,
él tomaría sus
Sus diseños solo estaban en la PC de su pequeño estudio de dos habitaciones; no los habla diseñado en una computadora de la empresa, ni los habia guardado alli.
La única persona que había usado su PC personal era Dorian, pero él nunca tomaria sus diseños para dárselos a otros, incluso si esa otra persona fuera Amanda.
Dorian mantenia un minimo de ética profesional.
Habia enviado los planos a Rufino, pero solo porque confiaba en su carácter y sabia que no los compartiría con nadie más sin su permiso.
La única posibilidad restante era el plano que Serena había perdido accidentalmente esa vez.
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Amelia no podia estar completamente segura de que el plano que Serena había perdido era el del resort.
En esos días estaba tan ocupada que no vela la luz del dia ni las estrellas de la noche, tampoco tuvo tiempo de organizar su escritorio. Por eso, además del plano de la hacienda vacacional que había dejado al azar, había otros bocetos y diseños esparcidos. No recordaba con precisión qué más habia, solo que el proyecto de la hacienda era algo que habia diseñado con mucha pasión y era el único impreso, asi que cuando no lo encontró, le preocupó más. Pero no estaba segura si el plano había sido tomado accidentalmente por Serena o si el viento lo habia arrastrado a algún rincón de la habitación.
No habia buscado meticulosamente en toda la habitación, entre los espacios donde las cosas podrian esconderse, como detrás del sofá o la nevera, nunca habia buscado. O tal vez, un descuido lo habla llevado a la papelera y Marta lo habia tirado sin querer.
En esos dias, solo pensaba en llevarse a Serena y no tenia ánimos de revisar. Después, cuando no se pudieron ir y Manuel le dijo que el diseño ya estaba decidido, perdió la necesidad de encontrarlo.
Pero Amelia no esperaba que, después de tanto tiempo, ese asunto tendría un seguimiento y que su obra de diseño podría haberse convertido en la de otra persona.
La posibilidad la hacia sentir un peso en el corazón.
Serena percibió algo en la expresión seria de su madre y le preguntó insegura “Mama, el dibujo que mostró mi tio, ¿era el tuyo?”
Amelia la miró y la levantó en brazos, diciéndole con voz suave: “No estoy segura.”
Luego le preguntó en voz baja: “Serena, el dibujo que perdiste por accidente era el que mostró tio en su celular?”
La niña pensó seriamente y asintió, pero no estaba completamente segura
“Creo que si,” respondió con vacilación. Después de todo, era pequeña y no tenia un recuerdo claro y preciso
Amelia sonrió: “No te preocupes.”
También temia que preguntar más pudiera hacer que su hija se sintiera incómoda con el asunto
Cuando volvieron a casa, después de bañar a Serena y acostarla, Amelia fue al estudio al lado y movió todos los
muebles grandes como el sofá y la nevera, lugares donde podrian esconderse cosas. Busco minuciosamente, pero no encontró el plano perdido.
Inquieta, al día siguiente en el trabajo, fue especialmente a la sala de seguridad y dijo que habia perdido algo, preguntando si podia revisar las cámaras
El guardia no se atrevió a dejarla entrar así nomás.
Desde el último incidente con las cámaras de seguridad, Dorian habia dado una orden estricta: sin su permiso, nadie podia acercarse a la sala de seguridad.
“Necesitas una autorización por escrito del Sr. Ferrer para revisar las cámaras, dijo el guardia, disculpándose con
Amelia.