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Mi Frío Exmarido Capítulo 365

Capítulo 365

Serena intuia que algo no andaba bien en el ambiente y con una mirada confundida hacia la puerta, preguntó con preocupación: “Mamá, ¿qué le pasa a papa?”

Ella también se sentia inquieta. El breve cambio de expresión en el rostro de Dorian no parecia ser un problema de trabajo.

Él podía manejar los problemas de trabajo, no se pondría tan serio por eso.

Pero ante Serena, Amelia sonrió y la tranquilizó con suavidad: “Papá tiene que resolver unas cosas del trabajo.”

“Ah.” Serena no entendia mucho de los asuntos laborales, pero tenia una preocupación: “Entonces, ¿papá volverá a casa esta noche?”

Ella no tenia idea de dónde venia esa preocupación, pero la calmó con una sonrisa: “Claro que si. Papá terminará su trabajo y volverá para pasar tiempo contigo.”

Yael también sonreía, tranquilizándola: “Papi solo está ocupado con el trabajo, en cuanto termine seguro que vendrá a verte, Serena.”

Con la promesa de ambos, la niña se olvidó de sus preocupaciones y un poco avergonzada, se acurrucó cariñosamente en el abrazo de Amelia,

Amelia se volvió hacia su hija, que se acurrucaba en su cuello y le preguntó suavemente, “¿Qué te parece si vamos a casa a tomar la siesta?”

Serena solia tomar una siesta por la tarde y como en la oficina de Amelia no había un sofá para descansar, no era

conveniente tenerla alli

Dorian habia mencionado eso y Yael se apresuró a sugerir. “Podemos dejar que Serena descanse en la oficina del Señor Ferrer, alli hay una sala de descanso.”

“Gracias, Señor Yael. Pero mejor no,” dijo Amelia con gentileza, rechazando la oferta, “No sabemos cuándo podrá volver Dorian y tener a la niña esperando podria hacer que se sienta decepcionada si papá no regresa a tiempo. Además, si Dorian sabe que la está esperando, no podrá concentrarse en sus asuntos. Mejor la llevo a casa a

descansar.”

Yael no había pensado en eso.

Estaba un poco sorprendido por la atención al detalle y la consideración de Amelia.

“Está bien. Yo las llevo, ofreció el asistente.

Amelia asintió: “Disculpe la molestia, Señor Yael,”

El hombre sonrió: “No hay de qué, Señorita Amelia.”

Cuando se disponia a irse, Yael pareció recordar algo y con un poco de timidez, le preguntó: “¿Tienen algo preparado para comer en casa?”

Amelia se quedó un poco desconcertada por la pregunta: “No, ¿por qué?”

“No es nada,” dijo Yael, también algo incómodo, “¿pero les importaria si agarro algo para llevar en un momentito?”

“Por supuesto,” asintió Amelia.

Yael fue rápido en empaquetar la comida y pronto regresó,

Conducia de vuelta con Amelia, Serena y Marta a casa.

Cuando se detuvieron en el edificio, Yael no se despidió de Amelia como siempre, ni se quedó esperando en el coche. En cambio, los acompañó hasta su departamento.

Al bajar, también llevó la comida que había empacado.

Amelia entendió al instante y le preguntó con una sonrisa: “¿Señor Yael, es el almuerzo para Frida?”

El parecia un poco avergonzado y sonrió sin responder.

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Amelia también sonrió, sin insistir en la pregunta, pero Serena no pudo resistirse y dijo con su vocecita dulce: “Cuando mi madrina no trabaja, siempre duerme hasta la tarde.”

“Solo de vez en cuando, intervino Amelia rápidamente para salir en defensa de Frida, “seguro que ya se levantó.”

Mientras hablaban, presionó el botón del ascensor para el piso 18 y le dijo a Yael: “Frida todavía vive en el 18, si no es mucha molestia, podria subirselo, Señor Yael. Gracias por todo.”

“No es nada,” respondió Yael con una sonrisa.

Amelia llevó primero a Serena de vuelta al piso

iso 15 para acostaria y que tomara su siesta.

Ella había pensado que Yael tardaria un poco más, pero para su sorpresa, en menos de diez minutos ya estaba bajando con ambas manos vacías.

“Tan rápido?” Amelia se sorprendió.

“Solo le dejé el almuerzo y baje, dijo el asistente. “No me tomó mucho tiempo.”

Ella pensó que no por nada trabaja con Dorian.

“¿Señorita Amelia va a regresar a la empresa? Yo la llevo, Yael ya se habia ofrecido.

Ella asintió con la cabeza: “Está bien.”

No pudo resistirse a darle un pequeño recordatorio: “Señor Yael, desde que Frida regresó al pais ha tenido dificultades para encontrar trabajo, no ha encontrado una posición que le guste. Usted conoce bien Arbolada y también está familiarizado con la industria, si no es mucha molestia, ¿podría mantener un ojo abierto por si aparece alguna posición adecuada para Frida? Tal vez pueda darle algunos consejos o echarle una mano”

Eso era algo en lo que Yael era completamente competente.

El sonnid: “Claro, estaré atento.”

Amelia también sonrió y no dijo más.

Cuando volvió al coche, le mandó un WhatsApp a Dorian: “Ya lleve a Serena a casa para que descanse al mediodía, no tienes que preocuparte por ella.”

Dorian recibió el mensaje mientras estaba en el hospital y le respondió con un simple “Ok“.

La llamada anterior habia sido de Fabiana.

Eduardo habia sufrido un derrame cerebral repentino y ahora estaba en el hospital recibiendo atención de emergencia.

Cuando Dorian y Rufino llegaron al hospital, Cintia ya estaba esperando alli, sentada en un banco fuera de la sala de operaciones, con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar

La familia Sabin también estaba allí, el patriarca Manuel Sabin, los padres de Amanda, Oscar y Petra también estaban presentes, junto con Lorenzo y Fabiana, además su hermana Pamela también habia llegado apresuradamente, junto con otros parientes de los Ferrer.

Había un montón de gente, todos de pie o sentados, esperaban con ansiedad y preocupación.

Lorenzo fue el primero en ver a Dorian acercarse, lo miró en silencio, sin decir una palabra.

Cintia también lo vio, se levantó y lo miró con resentimiento, aunque no se atrevía a decir nada.

Manuel, siendo el de mayor edad y autoridad, no pudo evitar reprender a Dorian con frustración: “Dori, hijo, ¿cómo has podido hacer enojar tanto a tu padre? Si algo le pasa…”

No terminó la frase, solo suspiro profundamente.

Los demás también miraban a Dorian con desaprobación, sus miradas cargadas con una acusación tácita.

Rufino frunció el ceño, desconcertado: “¿Qué pasó?”

“El señor Eduardo tuvo una discusión con su hijo, Fabiana habló con vacilación, “quizás por el calor del momento,

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comenzó a sufrir un fuerte dolor de cabeza, lo traje al hospital de inmediato, pero en el camino se puso peor, los médicos dijeron que era un derrame cerebral.”

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