Capítulo 359
“Si alguien busca problemas, se los va a encontrar, dijo Dorian, mirando a su interlocutor con firmeza. “Tres veces, un 15%, ni un centavo más ni menos. Justo lo que se necesita para saldar la cuenta. A partir de ahora, ya sabes cómo manejarte
En cuanto a la sucursal… Dorian echo un vistazo a los papeles algo desordenados sobre el escritorio y continuó, “El Sr. Eduardo y la Sra. Cintia ya son muy mayores y su salud no les permite seguir llevando esta carga laboral. A partir de hoy, se retirarán de la empresa y la sucursal quedará bajo la completa responsabilidad y gestión de Yael”
“¿Con qué derecho haces esto?” Eduardo reaccionó furioso. “La sucursal la construi yo, el proyecto del resort de estilo tradicional también fue planeado y promovido por mi. ¿Como te atreves a quitarmelo?”
“Es cierto que tú formaste la compañia, pero la idea original del proyecto del resort fue mia. Simplemente estaba guardada en la empresa matriz esperando el momento oportuno para lanzarla. Tú solo te llevaste el proyecto a la sucursal y se lo diste a tu esposa como regalo, Dorian respondió sin inmutarse ante su enojo, manteniendo su compostura. “Pero la gente que diseñó el proyecto es mía y el que dio el visto bueno final fui yo. No exageres tu papel en todo esto
Eduardo no sabia qué decir
En ese momento, se escuchó un golpe en la puerta.
Eduardo miró hacia la entrada y vio al gerente de recursos humanos con una expresión preocupada: “¿Qué pasa?”
El gerente, intimidado por la mirada de Eduardo pero consciente de la presencia de Dorian, se acerco con determinación y entregó un documento: “Sr. Eduardo, este es su aviso de reubicación laboral Teniendo en cuenta su estado de salud y por su bienestar, el departamento de recursos humanos ha decidido retirarlos a la Sra. Cintia y a usted del puesto de gerente general de la sucursal. Por favor, proceda a las oficinas de recursos humanos para finalizar su retiro antes de finalizar el dia y pase por el departamento de finanzas para resolver el tema de su salario”
Eduardo no podia creer lo que veía y en un arrebato de ira, rasgó el documento: “Fuera de aqui
El gerente de recursos humanos, aunque asustado, dejó otro documento sobre el escritorio. “Este es el aviso de ajuste de los miembros de la junta.”
Eduardo lo leyó de un vistazo; el mensaje era claro, estaba fuera de la junta directiva.
Él no respondió.
“Además…” El gerente colocó otro aviso de cambio de miembros accionistas en su escritorio con temor y temblor. “Esta es una prenotificación de cambio de los accionistas de la empresa. Una vez completado el cambio de propiedad, la empresa emitirá formalmente una notificación. Por favor, revisala.”
Eduardo no necesitó mirar para saber lo que era. Desconcertado y furioso, agarró el documento y lo arrugó, lanzándolo hacia el gerente con un rugido: “Largate!”
Pero el papel no alcanzó al gerente; Dorian lo atrapó con su mano.
Lo miró tranquilamente y le dijo al gerente, que temblaba detrás de ét: “Salga.”
“Si, señor.”
El gerente asintió con un hilo de voz y se apresuro a salir del campo de batalla, asegurándose de cerrar la puerta de la oficina detrás de él.
Eduardo estaba fuera de sí, apuntando a Dorian con dedo acusador: “Traidor! ¿Por una mujer vas a traicionar a tu propio padre? ¿Estás loco o qué?”
“Te di una oportunidad,” dijo Dorian con calma, extendiendo la mano, “dame tu teléfono.”
Eduardo instintivamente protegió su teléfono, confundido: “¿Para qué?”
“¿No estás convencido?” La voz de Dorian era tranquila. “Haré que te convenzas por completo.”
De repente, se inclino hacia adelante y arrancó el teléfono de su mano
Capitulo 359
Eduardo intentó recuperarlo, pero Dorian bloqueó su movimiento y pasó el teléfono frente a su cara. Con un “beep“, la pantalla se desbloqueo.
Dorian abrió la aplicación de grabación de voz del teléfono y mientras deslizaba el dedo por la pantalla, comentó: “Se me olvidó decirte, configure tu teléfono para que grabe todas las llamadas automáticamente.”
Charlando, los dedos de Dorian ya habian deslizado la grabación a la llamada que le hizo Eduardo a Amelia el 17 de ese
mes.
Dorian hizo clic en esa sección de la grabación de la llamada
“¿Bueno?” La voz suave y serena de Amelia resonó desde el teléfono.
Eduardo cambió de color, instintivamente se inclinó para intentar arrebatar el celular.
Dorian levantó ligeramente la mano que sostenia el teléfono y los dedos de su padre fallaron por poco en tocarlo.
“Soy Eduardo.” La voz arrogante de Eduardo también se transmitió desde el otro lado de la llamada,
Eduardo se puso aún más oscuro de la ira, queriendo arrebatar el teléfono pero sin poder hacerlo, solo podia mirar a Dorian con una cara de pocos amigos
Él lo miró sin expresión, dejando que la grabación se reprodujera lentamente, hasta que la frase de Eduardo Esa niña de Dorian y tuya? llegó y ahi su expresión cambió, sus ojos se volvieron algo severos al mirar a Eduardo. Eduardo ya parecia algo derrotado, pero aun así aguanto la mirada de Dorian, sin luchar, dejando que la grabación continuara:
“No importa si esa niña es de Dorian o no, nuestra familia no lo reconocera. Los Ferrer no permitimos la existencia de hijos ilegitimos. Y no te hagas ilusiones con lo de obtener beneficios por medio de tu hija. Ya que te divorciaste, deberías alejarte Dorian se casará, tendrá su propia familia, sus propios hijos.
“Mientras yo viva, no dejaré que ustedes pasen por la puerta de nuestra casa. Ni tu ni tu hija, a menos q
que me muera
“Sr. Eduardo. ¿Me podrias decir por qué me odias tanto?”
“Dorian y tú no son del mismo mundo. Él no debería ser alguien con quien tu familia aspire a vincularse”
“No te preocupes, mi hija no tiene nada que ver con tu familia.” Dijo Amelia, ‘No tienes que preocuparte por lo de obtener beneficios a través de mi hija, ni por futuras hijas ilegitimas de tu hijo. Eso nunca sucedera, nunca.”
La voz calmada y cansada de Amelia se transmitió desde el teléfono, luego un tono de ocupado “beep beep” sono, deteniendo la reproducción de la grabación.
Dorian miró a Eduardo con ojos tan frios como si estuvieran mezclados con hielo triturado.
Eduardo, después de un breve momento de nerviosismo y confusión, ya no tenia miedo, devolviendo a Dorian una mirada igual de helada.
“¿Acaso dije algo incorrecto?”
Habló con frialdad, “Ustedes simplemente no son del mismo mundo. Si ella fuera la hija de una familia normal, pasaria, pero mira cómo es su familia, codiciosa y vulgar, perezosa y egoista, no hacen nada decente y solo piensan en cómo sacar ventaja de ti por medios tortuosos. Si te casas con ella, es como casarte con toda su familia. Por más dinero que tengas, no podrás soportar una familia así y con un poco de mala suerte, terminarás en la cárcel ¿Acaso me equivoco al pensar en mi hijo?”
“¿Pero has pensado que ella también es una víctima?” Dorian lo miró fijamente, respondiendo friamente.
“Esa es su suerte.”
Eduardo gruñó con frialdad y justo entonces Fabiana, quien acababa de llegar a la puerta encomendada por su abuelo para buscar a Eduardo, se detuvo en seco con el grito.
Ella había ido a buscar a Eduardo por encargo de su abuelo, sin esperar encontrarse en medio de una pelea entre padre
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e hijo. Se sintió incómoda, sin saber si entrar o no, sosteniendo su teléfono, parada en su lugar, indecisa.
El asistente de Eduardo, al lado, no se atrevia a invitarla a salir; ella era la única persona que Eduardo había dicho que podia verlo sin cita previa.
“Si ella no tiene la capacidad de controlar a su familia, entonces debe enfrentar las consecuencias, ¿por qué mi hijo tiene que limpiar su desastre? La voz enojada y ronca de Eduardo llegó desde adentro de la sala, “Si no fuera por ella, te habrias casado con Amanda como estaba planeado, tendrías una vida normal, con tu propia familia, una vida tranquila y sencilla, no como ahora, viviendo como si no fueras ni humano ni fantasma. ¿Crees que no sé cómo has vivido estos dos anos?”
“Esa tambien fue mi elección! Y no tiene nada que ver con nadie más Dorian lo miró, enfatizando cada palabra, “No puedo vivir sin ella Si realmente te importo, te pido que por favor dejes de molestarla.”
Dicho eso, Donan se dio la vuelta y se fue.
“¿Por qué? ¿Solo porque ella te dio una hija ahora es la única para ti? ¿Y qué hay de Amanda?” Eduardo alzó la voz para. detenerlo. “La mujer que has amado durante más de veinte años, ¿la vas a dejar asi nomás? ¿Olvidaste quién estuvo contigo cuando tu madre nos dejo, quién te ayudó a superar esos tiempos?”
Dorian se detuvo por un instante.
No se volteo, solo levantó un poco la cabeza
La puerta estaba entre abierta y a través de la rendija, Fabiana vio el rostro apuesto de Dorian tenso y severo.
“No me voy a casar con Amanda!*
Dijo friamente, después abrió la puerta y salió sin mirar atrás.
“Dorian…”
Eduardo estaba tan enfadado que no podia hablar y después de un momento se llevó las manos a la cabeza con una expresión dolorosa.
Fabiana cambió su expresión repentinamente: “Señor Eduardo!”
Amelia se despertó pasadas las once, cerca del mediodia, al fin sintió que su energia estaba volviendo.
Se levantó, se aseo y al llegar a la sala se dio cuenta de que no había nadie
“¿Serena?”
Amelia funció el ceño y llamó a su hija, luego volvió a su habitación por su teléfono, abriód WhatsApp y encontró un mensaje de voz que Serena le habla enviado usando el teléfono de Marta
“Mami, papá y yo salimos a pasear, no te preocupes”
La dulce vocecita de su hija incluso tenia un tono tranquilizador.
Amelia sonnó levemente y le mandó un mensaje: “Está bien, que se diviertan.”
Después cerro WhatsApp, revisó las cámaras de seguridad y vio que hablan salido alrededor de las nueve y media. Supuso que no habla almuerzo en casa y queria volver a la oficina por la tarde, asi que decidió no preparar comida y comer en la empresa Se cambió de ropa y salió
Cuando llegó a la oficina, vio a todos en pequeños grupos, charlando animadamente, como si fuera un gallinero. En cada escritorio había una caja de dulces muy bien empaquetada.
Amelia funció el ceño y preguntó a Dalia, que estaba estirando el cuello para ver el celular de otro compañero: “¿Qué pasa?
Dalia levantó la vista al oir la voz y se sorprendió al ver a Amelia: “Directora, vinistel”
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La palabra “directora” hizo que Rafael, que estaba concentrado en su trabajo, se detuviera y alzara la vista. Al ver a Amelia en la puerta, frunció el ceño.
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Rufino entro justo en ese momento y también se sorprendió al verla: “Amelia? ¿Viniste a trabajar?”
Aunque solo había faltado un dia y medio, la reacción de todos era como si no la hubieran visto en mucho tiempo.
Ella no sabia si todos estaban al tanto de algo, pero respondió con una sonrisa cortés: “No tenia mucho que hacer hoy, asi que vine.”
“Que hayas venido es bueno, dijo Rufino con una sonrisa, entonces notó las cajas de dulces en cada escritorio. Levantó una ceja y formuló la misma pregunta que Amelia tenia en mente: “Eh, ¿de quién son estos dulces? ¿Quién se casó en la empresa?”
