Capítulo 352
“Bueno, Respondió Marta y siguió cocinando,
Dorian echó un vistazo a lo que estaba preparando; eran platillos sencillos, un poco de atole, came salteada y varias botanas para acompañar.
“Marta,” La llamó de nuevo, “¿usualmente te encargas de cocinar?”
“No siempre,” respondió la mujer mientras se daba un respiro, “Cuando estábamos en Zürich, yo solo me ocupaba de cuidar a la niña. Mell había contratado a una cocinera por horas, pero desde que volvimos, pensé que como Serena ya está más grande y Meli todavía no ha encontrado a alguien adecuado para cocinar, me hice cargo de preparar el almuerzo y la cena. Pero el desayuno siempre lo hace Meli, le da mucha importancia a lo que come Serena, así que se encarga personalmente de prepararle algo especial cada mañana y los fines de semana también.”
*¿Y qué prepara ella para el desayuno?“, preguntó Dorian.
“Ay, hay de todo: Marta se entusiasmo y empezó a contar con los dedos, “le hace cosas distintas todos los días a Serena, atoles nutritivos, tortillas, tamales, de todo, nunca repite menú y siempre cuida mucho el balance nutricional. Es muy meticulosa con las proporciones, yo no me lo puedo aprender. Siempre que intento hacerlo, no me sale.”
Mientras hablaba, Marta comenzó a sentirse un poco avergonzada y señaló lo que estaba preparando: “Mira, yo solo sé hacer estas cositas sencillas, las cosas más complicadas no son lo mio
“No te preocupes, Dorian la miró amablemente, “te has esforzado mucho estos dos años.”
La mujer se sintió halagada: “Es mi deber señor Ferrer, usted es demasiado amable.”
“Es lo justo,” dijo él, “has estado cuidando a Serena y cocinando, debe ser agotador. ¿Qué te parece si hacemos esto? En los próximos días contrataré a una nutricionista que se encargue de las comidas en casa y tú te dedicas a cuidar a Serena, así podrás descansar un poco más.
Amelia y Serena son un poco delicadas de salud, asi que he decidido buscar a una nutricionista que les ayude a mejorar su alimentación,” agregó Dorian.
*Por supuesto, por supuesto,” Marta estuvo de acuerdo rápidamente, “Meli quedó muy débil después de tener a la niña, luego entre cuidarla, estudiar y trabajar, no ha tenido tiempo para recuperarse. Además, Serena siempre ha sido frágil. se enferma fácilmente como su mama, asi que es necesario que alguien las cuide bien.”
“Está bien, te avisaré en cuanto tenga todo arreglado,” dijo Dorian, “sigue con lo tuyo, yo voy a ver cómo está Serena.”
Dicho eso, se dirigió a la habitación.
Marta habia llevado a Serena a la habitación contigua para acompañarla la noche anterior cuando notó que Amelia y él
no regresaron.
La pequeña todavía estaba en el mundo de los sueños cuando Dorian abrió la puerta, lo que la despertó. De un salto, se levantó de la cama y mientras se frotaba los ojos, miró hacia su dirección.
Al ver a Dorian, se quedó un momento sorprendida. No terminaba de acostumbrarse a la idea de este nuevo papá que habia aparecido de repente en su vida.
Dorian se acercó: “¿No vas a dormir un poco más, Serena?”
Ella negó con la cabeza instintivamente: “Ya dormi suficiente.”
Solo entonces miró a Dorian y lo llamo con incertidumbre: “¿Papa?”
“Sí, soy yo, tu papá,” Dorian se sentó al borde de la cama y la atrajo hacia él, “¿ya despertaste?”
“Si, ya estoy despierta,” respondió Serena en voz baja, luego se dio cuenta de que no estaba en la habitación de sus padres. Parecia confundida, pero no preguntó, solo lo miró con curiosidad, “Papá, zy mi mamá?”
“Tu mamá está descansando todavía,” le dijo Dorian, “¿quieres ir a lavarte?”
La niña asintió: “Si.”
Se soltó de los brazos de Dorian, bajó de la cama y se dirigió al baño. Tomó su cepillo de dientes eléctrico y el tubo de
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pasta, puso una pequeña cantidad en el cepillo y comenzó a cepillarse un poco torpemente, manejándose completamente sola, sin necesidad de la ayuda de un adulto.
“Serena, ¿tú siempre te cepillas los dientes solita?” Dorian se puso al lado de ella, tomando su propio tubo de pasta dental y preguntando con tono suave,
La niña asintió con la cabeza: “Si, mamá dice que uno debe hacer sus cosas por sí mismo.”
“Qué bien, Serena. Él le acarició la cabeza y la elogió con voz suave.
Serena. feliz por el cumplido, giró su cabeza hacia su padre con una sonrisa que le iluminaba todo el rostro.
eran
Amelia llegó y vio a la pareja, padre e hija cepillándose los dientes frente al lavamanos, sus movimientos e impresionantemente similares.
Se quedó mirándolos ensimismada.
Dorian se giró y la vio en la puerta, frunciendo el ceño levemente: “¿Ya te levantaste?”
Mientras hablaba, enjuagaba su boca para limpiar la espuma de pasta de dientes.
Serena también vio a su madre y con la boca llena de espuma, la saludó diciendo “mamá” antes de apresurarse a enjuagarse.
Los dos, padre e hija, tenían los mismos movimientos al enjuagarse.
Amelia siempre habla sabido que Serena tenía hábitos parecidos a los de Dorian, pero nunca los había comparado así, lado a lado, no sabía que se parecían tanto.
“Me desperté y pensé en preparar algo de desayuno para Serena, por eso me levanté temprano.”
Amelia lo dijo mientras se acercaba al lavamanos para tomar su cepillo de dientes y pasta.
Padre e hija ya se habian lavado la cara y se hicieron a un lado para darle espacio.
“Voy a llevar a Serena a la habitación para cambiarla.”
Dorian dijo eso y se llevó a la niña de vuelta al cuarto.
Abrió el armario, que estaba lleno de la ropa de ella.
“Serena, ¿eliges tu ropa o mamă te ayuda?” Preguntó Dorian mientras miraba el armario lleno de ropa.
“Mamá elige,” dijo Serena. “A veces, yo elijo lo que quiero ponerme.”
Mientras hablaba se acercó y tomó un vestido tradicional que quería ponerse.
Dorian se lo pasó, era el vestido que Serena había usado la primera vez que la vio en Zúrich, le quedaba muy bonito.
Pero ponerse ese vestido implicaba peinarla y eso era algo que él no sabía hacer.
Dorian sabía hacer muchas cosas, pero peinar a una niña era algo que nunca había intentado,
Mirando el largo y suave cabello negro de Serena sobre sus hombros, intento tomar un mechón para probar, pero sel sentia perdido.
“¿Qué tal si busco primero cómo hacerlo bien?”, le preguntó a Serena con dulzura.
La niña no comprendía la dificultad que eso representaba para su papá, pero asintió obediente: “Está bien.”
niñas con vestidos, lue Dorian sacó su teléfono y buscó algunos peinados sencillos y bonitos para intentó hacerle uno a Serena.
El peinado parecía fácil: dividir el cabello en secciones y trenzarlo.
Pero aunque en el video parecía/sencillo, cuando empezó a hacerlo, entendió lo que significaba “fácil de ver, dificil de hacer“. Le llevó una eternidad hacer una trenza, y el resultado fue una trenza torcida y floja, llena de bultos. Serena parecia recién salida de una barriada.
Dorian frunció el ceño con frustración.
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Serena también vio su reflejo con el cabello desordenado en el espejo, puchereó y no pudo evitar decirle con su pequeña voz: “Papó, el cabello está todo revuelto.”
“Voy a intentar hacerte otro, dijo Dorian, deshaciendo la trenza y preparándose para empezar de nuevo, pero aún con poca habilidad.
El nuevo peinado no era mucho mejor que el anterior.
*¿Qué tal si no usamos este vestido hoy y esperamos a que yo aprenda a peinarte para ponértelo, qué te parece?”
Al final, Dorian tuvo que mirar a Serena, tratando de convencerla de renunciar al vestido por ahora.
La niña estaba un poco triste y le dijo en voz baja: “Mamá sabe hacerlo,”
“Mamá ha estado muy cansada con el trabajo últimamente, dejémosla descansar y cuando yo aprenda en unos días, te haré un lindo peinado, ¿está bien?” Dorian trató de persuadirla con voz suave.
