Capítulo 317
Marta vivia cerca, asi que no tardó en llegar en taxi.
Tal vez porque acababa de recibir una seria reprimenda de Dorian, Serena se mostró un poco intimidada al ver a Marta. Con timidez, la llamó “tia” y poco a poco se acercó a su lado, tomándole la mano en señal de afecto.
“Lo siento“, murmuró en una voz baja.
El corazón preocupado de Marta por fin se calmó.
“Ay, niña, casi me matas de un susto! ¿Lo sabias?“, le reclamó Marta.
Al final, no pudo contener sus emociones y rompió en llanto, abrazando a Serena de repente y balbuceando entre sollozos: “Casi me matas de un susto niña.”
Serena se asustó un poco con la reacción de Marta y se acurruco obedientemente en su regazo sin decir palabra.
“Lo siento.”
La suave voz pidiendo disculpas sono una vez más.
Marta la abrazó más fuerte: “No se te ocurra hacer algo así otra vez, entendido?”
“Si, tia.”
Serena respondió con voz baja, sin atreverse a decir más
La severidad de Dorian y las lágrimas de su niñera la dejaron confundida, sin saber cómo manejar la situación con su pequeña comprensión del mundo.
La policia, al ver que se conocian, se acercó para preguntar. “¿Eres parte de la familia de la niña, verdad?”
Marta asintió rápidamente: “Si, soy su niñera. Ella me llama ‘tia“. Vivimos en Jardines del Valenciano.”
El oficial miró a Serena: “Pequeña, ¿ella es tu pariente?”
Serena, medio entendiendo, asintió: “Ella es mi tia.”
Y como si temiera que el oficial no le creyera, se aferro más fuerte al cuello de Marta.
El oficial asintió, preguntó a Marta detalles como su nombre, teléfono, dirección de casa y demás. Solo miró a Marta después de verificar la información. Le advirtió: “La niña es muy pequeña, los adultos deben estar más atentos, ¿qué pasaría si algo malo ocurriera?”
“Entendido, entendido“. Marta respondió apresurada. “Fue mi descuido, no pensé que ella abriria la puerta y saldria. Supuse que ya estaba acostada, quién podia imaginar que…
El oficial se giro hacia Serena para instruirla: “Pequeña, debes saber que no puedes salir sola, ¿verdad? Hay muchos maleantes allá afuera.”
Serena asintió obedientemente.
El oficial pidió más detalles sobre Dorian para verificar que efectivamente eran familiares y conocidos cercanos de Serena, Después de repetir sus consejos unas veces, solo entonces se sintió tranquilo para entregar la niña a ambos.
Marta, aliviada al ver que el oficial se iba, se volvió para agradecer a Dorian repetidamente.
Dorian la miró y dijo: “Sra. Marta, hoy realmente has fallado en tu deber. Si no fuera porque Serena tuvo suerte y se encontró con una buena persona que llamó a la policia, ¿te das cuenta de lo grave que podría haber sido?”
Su voz no era alta, pero el tono autoritario hizo que tanto Marta como Serena se encogieran de miedo.
En particular, Serena
Siempre había conocido al señor bonito como un hombre amable y dulce, nunca habia visto esa faceta fria y aterradora, así que se acurruco más cerca de Marta, abrazando su cuello en silencio y mirando a Dorian con temor.
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también notó el miedo en los ojos de Serena y extendió su mano hacia ella: “Serena, ven aqui.”
Serena vacilo, negando con la cabeza: “Tengo miedo.”
Amelia, que estaba a punto de salir por la puerta de emergencia, detuvo su paso en seco al ver a Dorian alcanzar la mano hacia Serena
Donan, sintendo algo, se volvió con el ceño fruncido.
Casi en el mismo instante, Amelia se retiró tras la puerta, su corazón latiendo frenéticamente. El pánico que había sentido se calmo por un momento al ver a Serena, solo para ser reemplazado por un nuevo temor cuando Dorian se girò repentinamente.
Yael, viendo a Dorian girarse de repente, preguntó con confusión: “Sr. Ferrer, ¿qué ocurre?”
El nego con la cabeza, su entrecejo aún fruncido, su expresión llevaba un atisbo de confusión que ni el mismo podia
explicar.
“Señor Ferrer?” Al ver que Dorian tenia una expresión extraña, Yael no pudo evitar llamarlo una vez más.
Donan le echo un vistazo y luego, sin poder resistirse, miró también hacia donde estaba el ascensor.
Justo en ese momento, Rafael salia del ascensor, acompañado por otros empleados de la empresa. El viaje habia sido intermitente, con paradas en varios pisos, lo que le había retrasado un poco.
Rafael noto la mirada que Dorian le enviaba, asi como a Serena, que estaba en brazos de Marta al otro lado. Por un instante se detuvo, pero su rostro permaneció tan sereno como siempre.
Dorian mantuvo su mirada en Rafael por un instante y luego la desvió hacia la escalera al lado, subiendo lentamente la vista hasta encontrar la cámara de seguridad que estaba en la parte superior.