Capítulo 271
Frida se quedo muda por un momento, con la incredulidad pintada en su rostro.
“¿Dorian? ¿El te buscó?”, preguntó, como si le costara aceptar la idea. “Pero si ese hombre es todo un señorón, serio y respetuoso, ¿cómo pudo siquiera pensar en acercarse a ti, que ya no eres su novia ni su esposa?”
Amelia le lanzó una mirada silenciosa, como si estuviera acostumbrada a esa clase de sorpresas. “No te olvides cómo empezó lo nuestro. En aquel momento tampoco teniamos ninguna relación.”
“Pero, a ver…” Frida la observaba con curiosidad. “Si no eres alguien especial para él, ¿cómo es que un tipo tan controlado como
Dorian pierde la compostura?
Yo también fui su compañera de clase, ¿y no estoy nada mal, verdad? Estaba en esa fiesta esa noche, ¿no? ¿Por qué no se ofreció a llevarme a casa o a pasar un rato en mi sala?” Frida continuó con su interrogatorio, “Con todo lo que Dorian tiene a su favor, seguro que no le faltan mujeres que lo busquen. Ni hablar de la belleza impresionante de Carolina, que deja a la mayoría de los hombres sin aliento, ¿y lo viste perder la cabeza por ella?”
Amelia la miró un segundo y tras un breve momento de duda, finalmente dijo: “¿Sabes por qué Dorian me cuidaba tanto en nuestro último año de preparatoria?”
¿Porque fueron compañeros de pupitre?”
Esa era la única explicación que Frida podía imaginar.
Amelia tenía esa cara de chica de al lado que a todos inspiraba protección, su aura era de pureza e inocencia, su carácter era suave y humilde, siempre en un segundo plano sin buscar conflicto.
Así que no solo Dorian quería cuidarla, sino que había un montón de chicos que sentían lo mismo, aunque debido a que ella y Dorian eran cercanos, los demás solo lo pensaban y no se atrevían a mostrar demasiado interés.
La mayoría le tenía un poco de miedo a Dorian.
No porque él fuera un matón en la escuela, sino más bien por esa especie de admiración que inspiraba y que les impedía actuar precipitadamente.
Amelia negó con la cabeza ligeramente: “No es eso.”
Frida se quedó perpleja: “¿Entonces por qué?”
“Porque me parezco a alguien.” Dijo en voz baja. “A una chica que fue muy importante para él, pero a la que él siempre sintió que le debía algo. Así que compensó ese sentimiento conmigo, porque me parezco a ella.”
Su amiga guardó silencio.
Amelia nunca le había contado eso antes.
Cuando decidió divorciarse, simplemente dijo que no eran compatibles.
Conociendo el temperamento explosivo de Frida, Amelia sabía que si se lo decía, ella buscaría a Dorian para hacer justicia, así que prefirió mantenerlo en secreto.
“¿Y ahora? ¿Él todavía te ve como a ella?”, preguntó Frida.
Amelia negó otra vez con la cabeza: “No lo creo. La chica volvió, pero él se ha negado a tener cualquier contacto con ella, también rechazó el matrimonio arreglado que sus padres habían planeado.”
Frida frunció el ceño: “Entonces, ¿en el tiempo que han estado juntos, has reemplazado a esa otra chica en su corazón?”
“No lo sé.” Amelia fue honesta. “Tal vez es costumbre o hay otras razones. Nunca hemos hablado de eso.”
¿Y si lo discuten?”, sugirió Frida.
Amelia apenas movió su cabeza en señal de negación: “Lo que nos faltaba no era comunicación. Siempre fuimos como dos partes en una negociación, exponiendo nuestras demandas con calma y buscando un punto medio que ambos podríamos aceptar, para luego cumplir con el acuerdo de manera metódica. Al final, todo regresaría a como era hace dos años.
He luchado mucho para salir de esa vida y no quiero volver.”
Dijo en voz baja, bajando la mirada hacia Serena, que ya dormía plácidamente.
Ese ambiente de cortesía no era el mejor para que Serena creciera, además estaba la cuestión de Eduardo y Cintia. Al fin y al cabo, eran los padres de Dorian y por más que intentaran evitarlo, no podrian eludir por completo el contacto. Cuando estaba sola, Amelia podia ignorar que la despreciaran, pero no quería que Serena tuviera que enfrentarse a la situación
de que su abuela y abuela la miraran por encima del hombro a ella a a su madre. Eso sería doloroso y desalentador para la niña, e incluso podria torcer su visión del mundo.
Amelia soñaba con que su hija creciera en un ambiente lleno de paz y amor, con valores sólidos, no como en la casa de Dorian, donde imperaba el clasismo.
¿Y aun así siguieron adelante?” Frida no pudo evitar preguntar.
Amelia se sintió un por incómoda y no contestó.
Quizás en aquel entonces, Dorian se mostraba más humano, con la calidez y los sentimientos que se esperarían de cualquiera, en lugar de esa sensación de distancia inalcanzable que normalmente proyectaba. Bastaba con que Dorian le mostrara un atisbo de esa calidez humana para que el autocontrol y la racionalidad de Amelia se derrumbaran por completo.
El impacto de Dorian en su vida era mucho más profundo de lo que había imaginado.
No se arrepentía de haber vuelto; el proyecto del resort con encanto tradicional era el fruto de su esfuerzo y su gran oportunidad. Aun şi pudiera volver el tiempo atrás, elegiría no renunciar a su futuro solo para evitar a Dorian.