Capítulo 201
Dorian llegó a casa pasada la medianoche.
La luz de los neones al otro lado de la ventana ya se había desvanecido.
El mundo entero comenzaba a caer en el sueño profundo.
Durante los dos años que había vivido solo, nunca se acostumbro del todo.
En el silencio de la noche, aún recordaba a Amelia.
Se había acostumbrado a su compañía y no era algo que pudiera ser reemplazado por otra costumbre
Con un suspiro largo, camino hacia el armario y sacó una maleta del rincón, luego tomó algunas prendas del perchero y comenzo a empacar.
Tenia un acuerdo de fusion para discutir en Bariloche en un par de dias.
Un viaje de trabajo era la mejor manera de distraerse en momentos así.
Abrió la maleta y justo cuando iba a colocar la ropa doblada dentro, vio un papel amarillento en un bolsillo de malla que lo hizo detenerse
Aún se podían ver las marcas de los dobleces en el dorso.
Esa maleta era la que había usado para ir a Zúrich hace dos años.
Y ese papel doblado era el informe de la prueba de paternidad con el ADN.
Entonces, Dorian recordó el día que Amelia fue al hospital para el aborto.
El salió a comprarle comida, pero ella no queria verlo, asi que pagó a alguien para que se la llevara.
Se quedó solo en la acera de una calle desconocida, viendo a la gente pasar, sintiéndose perdido y con el corazón roto. Pensando que, si no fuera por ese informe de paternidad, si no hubieran discutido sobre Amanda, ¿Amelia habría decidido quedarse con el bebé?
El informe había quedado arrugado en un momento de descontrol y aunque no lo tiró, terminó metido de cualquier manera en la maleta al volver.
Con el pasar de los años, casi se había olvidado de su existencia.
Dorian miro el papel amarillento por un buen rato, luego dejó la ropa a un lado, abrió la cremallera y sacó el informe.
El tacto áspero del papel le recordó aquella tarde, cuando Frida le llamó para decirle que Amelia estaba en el hospital y que había decidido no tener al niño. Corrió al hospital y la vio, pálida y débil, mientras los médicos la sacaban del quirófano. Ambos se quedaron en silencio, separados por el largo pasillo..
La opresión en su pecho volvió a inundarlo.
Dorian apretó los labios, se dio la vuelta y metió el informe arrugado en el cajón del tocador. Si no lo veía, no lo recordaria.
Yael recibió la notificación de que Dorian quería que lo acompañara en un viaje de trabajo la mañana siguiente.
Quedó sorprendido por el aviso de último momento, no entendía por qué Dorian quería viajar justo ahora, y además, por un periodo prolongado.
Pero como buen empleado, no se atrevió a preguntar demasiado, se preparó rapidamente y condujo a la casa de Dorian para recogerlo
Señor Ferrer, ¿por que decidió hacer este viaje de trabajo de repente?”
el camino al aeropuerto, Yael no pudo resistirse a preguntar.
Por necesidad laboral.
Dorian respondió con indiferencia, sentado en el aslento trasero con su laptop sobre las piernas, tecleando rápidamente, enfocado en el documento de la fusión en su pantalla.
Al verlo tan concentrado en el trabajo, Yael no se atrevió a preguntar más.
El destino de su viaje era Bariloche.
Yael recordó que Amelia habla mencionado que Frida estaba alli. Habia tenido un breve contacto con ella y le habla causado buena impresión, además, era la mejor amiga de Amelia. Al ver en el espejo retrovisor que Dorian cerraba su computadora, no pudo evitar mencionar. “Parece que Frida también está en Bariloche. ¿No la estaba buscando?”
La mano de Dorian que descansaba sobre la laptop se detuvo y luego cerró la tapa con calma.
“Ya no es necesario buscarla.”
Dijo Dorian.
Yael no estaba convencido: “Eso no puede ser, aún me debe unas cuantas comidas.”
Aunque tampoco tenia el contacto de Frida, siempre habia una manera de encontrar a alguien. Amelia había regresado, así que no creia que fuera imposible conseguir el contacto de Frida.
Así que, tan pronto como llegaron y se acomodaron en Bariloche, Yael le envió un mensaje a Amelia.
“Señorita Amelia, ¿me haría el favor de pasarme el número de teléfono de Frida?”