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Mi Frío Exmarido Capítulo 173

Capítulo 173

Cintia siempre había querido arreglar las cosas con Dorian

No era como Eduardo, que era su padre biológico. Por más que Eduardo se mostrara duro, Dorian siempre tendría en cuenta el lazo padre-hijo y no llegaría a extremos

Pero ella, después de todo, solo era una madrastra y quien mandaba ahora no era Eduardo. No tenia la confianza suficiente para enfrentarse a Dorian.

Por eso, en su opinión, la mejor manera de reconcillarse con Dorian era emparejarlo con Amanda.

Aunque Eduardo se molestaba con Dorian por defender a Amelia, en el fondo, como padre, esperaba que su hijo tuviera su propia familia con niños.

Por el cariño y la gratitud hacia la dulce Amanda, además del hecho de que la familia Sabin era de prestigio, Eduardo deseaba que Dorian y Amanda estuvieran juntos.

En ese asunto, los dos estaban de acuerdo

Ese consenso hizo que Eduardo, despues de enfurecerse con su hijo, se calmara rápidamente gracias a su esposa.

Después de esa cena con Manuel Sabin, habia pensado en buscar el momento para hablar del asunto con Dorian, pero no contaba con que el problema con Amelia se interpusiera y que su relación con su hijo se volviera tensa.

No encontró el momento adecuado para hablar, ni podia rebajarse a hacer las paces primero. Se quedó aguantando la rabia en silencio durante dias, hasta que finalmente, con la persuasion de Cintia, aceptó pedir ayuda a Rufino.

Justo cuando Rufino les presentó el proyecto de diseño modificado por Amelia y terminaron de hablar de trabajo, la conversacion se desvio naturalmente hacia Dorian.

“¿Qué está pasando realmente ahora entre Dorian y Amelia?”, preguntó Cintia oportunamente al cerrar el portafolio del

proyecto

Era un tema delicado para Rufino, especialmente porque estaba frente a los padres de Dorian, quienes no la velan con buenos ojos.

Él sonrio cortesmente: “La verdad es que no estoy seguro.”

“¿No eres como un hermano para él?”, intervino Eduardo. ¿No te cuenta nada?”

“Sr. Eduardo, usted sabe cómo es Dorian, respondió Rufino con una sonrisa. “Él no es de los que comparten sus asuntos personales.”

Eduardo asintió, pensando que era cierto, luego preguntó: “¿Ha tenido contacto con Amanda?”

Rufino se quedó perplejo con la pregunta, ya que no tenía idea, nunca había oído a Dorian mencionarla

En teoría, encontrar a Amanda debería haber sido una noticia feliz, pero desde que ella apareció, su amigo dejó de mencionarla y de buscarla.

“Hace unos días comi con el abuelo de Amanda. Ella está soltera y los dos han sido amigos desde la infancia, conocen bien sus respectivas familias y son muy compatibles. Asi que el abuelo de Amanda y yo pensamos en intentar juntarlos”, dijo Eduardo, mirando a Rufino. “Dorian ha estado enojado conmigo últimamente por el asunto de Amelia y no puedo decirle ni media palabra. Si tienes tiempo, ayúdame a sondear su opinión y a ver qué actitud tiene, por favor

Esa idea coincidia con lo que Rufino tenia en mente.

Viendo a Dorian tan apagado, él preferiría que comenzara una nueva relación.

Después le preguntare”, dijo Rufino, aceptando ocuparse del asunto, pero sin comprometerse del todo.

Todavia estaba considerando los sentimientos de Amelia y antes de intentar juntarlo con otra persona, queria hablar con ella para entender cuáles eran sus verdaderas intenciones hacia Dorian y si todavia habia alguna posibilidad.

No queria que su intento de emparejarlos resultara en otro daño para su diseñadora.

A que después de volver de casa de los Ferrer y aprovechando que el proyecto del resort de estilo tradicionat abl

pasado la revisión del cliente y se habla oficializado, Rufino invitó a toda su equipo a corner juntos para celebrar.

Para Amelia, como la diseñadora principal del proyecto, era obvia su asistencia.

Rufine eligió con esmero el sitio para la reunión: una villa para una fiesta grande, Igual que la última vez, donde todos cocmaban algo por su cuenta.

Esta vez, Rufino no invitó a Dorian con antelación.

Durante la fiesta, ya habia grupitos aquí y allá, ocupados preparando los ingredientes.

Amelia, por su parte, estaba medio aburrida asando came.

A ella realmente no le gustaban esos eventos, sobre todo porque había pasado por uno hace pocos días.

Pero Rufino le había dicho que, como diseñadora jefa, la celebración era en su honor y que, como protagonista, no podia faltar

Asi que no tuvo mas remedio que asistir

Mientras estaba alli, asando came distraidamente, su jefe se sentó a su lado sin hacer ruido.

“¿No esta Dori y no tienes animo?”, pregunto Rufino con una sonrisa, tomando una brocheta de carne del lado.

Amelia detuvo su tarea un momento y lo miró “No, para nada. Solo que, Sr. Rufino, su creatividad para organizar eventos está un poco escasa. Hace nada tuvimos una parrillada y ya estamos de nuevo con lo mismo.”

El hombre se rio: “Es para que todos se conozcan mejor, ¿sabes? Sentarse en una mesa muy formal a comer no une a

la gente”

Amelia sonrió sin replicar, al fin y al cabo, el jefe siempre tiene la razón.

Rufino vio que ella no parecia molesta y tras una pausa, le pregunto. “Amy, ¿qué pasa realmente entre Dori y tú?”

Ella lo miró, sorprendida.

Rufino sonrió, pero se puso serio rápidamente “Aunque soy tu jefe, siempre te he considerado una amiga. Y Dori, bueno, crecimos como hermanos. Que ustedes estuvieran juntos seria maravilloso, pero no los veo bien últimamente. ¿Es que ya no hay posibilidad entre ustedes dos?”, preguntó Rufino.

Amelia quardó silencio un momento, luego asintió levemente: “No somos compatibles.”

“¿Por sus padres?”, preguntó Rufino, recordando la actitud de Eduardo y Cintia hacia Amelia, no pudo evitar negar con la cabeza “Sus padres son un poco..

No sabia cómo describirlo, tampoco le parecía correcto hablar mal de ellos, después de todo, conocía a la familia Ferrer desde hacía mucho tiempo y les tenía más cariño que a Amelia.

Ella sonrió: “Eso también, pero mis propios problemas son más grandes.”

Rufino también sonrio y tras un silencio, la miró: “La familia de Dori y la de Amanda quieren emparejarlos, me refiero a Fabiana, ¿sabes de eso?”

Amelia dejó de asar por un instante, sus párpados se cerraron ligeramente y luego lo miró con calma: “Sr. Rufino, si tiene algo que decir, dígalo directamente.”

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