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Mi Frío Exmarido Capítulo 167

Capítulo 167

“Como fue que nos conocimos, Dalia aún parecia confundida al recordarlo. “No tengo idea de por qué le interesaba

tanto eso.”

Amelia frunció el ceño: “¿Y qué le dijiste?”

La chica se encogio de hombros: “Pues, te segui la corriente y le conté que nos conocimos mientras comíamos. Tu celular se habia quedado sin batería y yo simplemente te ayudé con la cuenta.”

Ella le preguntó: ¿Y qué dijo el Sr. Ferrer?”

“Me empezó a interrogar sobre cuándo y dónde habia pagado la cuenta y hasta me pidió que le mostrara el recibo del pago Dalia sintió un escalofrio al recordarlo “El Sr. Ferrer me miraba con unos ojos que daban miedo, como si estuviera interrogando a una criminal. Era obvio que no me creia ni una palabra.”

“A veces el Sr. Ferrer puede ser bastante intimidante, concordó Amelia con una sonrisa, mirando hacia la chica. “¿Y entonces qué pasó?”, preguntó.

“Bueno, le dije que había pagado en efectivo”

“Apuesto a que no te creyó

Amelia podia imaginarse perfectamente la expresión imperturbable de Dorian al escuchar esa respuesta.

“Exacto, asintió Dalia con sinceridad. “Dijo que era demasiada coincidencia y esa mirada suya me daba terror. No pude resistir la presión y rompi a llorar.”

Ella se sorprendió por el giro inesperado de los acontecimientos

La chica se sentía avergonzada: “En ese momento, la presión era tan grande que no podía más. Luego el Sr. Ferrer pareció quedarse sin palabras y no me preguntó más. Me dijo que me podía ir.”

Amelia no podia imaginarse a Dorian sin saber qué decir.

Ella rara vez habia llorado frente a él. La única vez fue en una cena con Rufino, cuando Dorian descubrió que queria irse y le preguntó con una severidad sorprendente si realmente había cortado todos los lazos y le exigió que le dijera la verdad sobre si el niño seguia vivo o no. En ese momento, él rompió todas sus defensas psicologicas.

Ese descontrol era más un reflejo de su repulsión y desprecio por no haber cerrado ese capitulo de su vida por

completo

Dos años atrás, en la sala de operaciones donde se realizaría su aborto, Amelia no pudo llevarlo a cabo.

Su razón le decía que si quería cortar con Dorian de manera definitiva, no podia quedarse con el niño.

Pero cuando realmente se tumbó en la mesa de operaciones, no pudo contener las lágrimas

No era porque no queria cortar los lazos con Dorian, sino porque no podia abandonar a su bebé.

Aunque aún no podia sentir su pequeño corazón latiendo, solo de pensar en su llegada, la elección de ser su madre y la idea de rechazarla, hacia que Amelia llorara inconsolablemente.

No podía permitirse el lujo de abandonarle.

Ese bebé era la única persona que había elegido estar con Amelia en toda su vida, la única que compartía su sangre.

Amelia siempre habia anhelado tener una familia, pero aunque la tenia, no la tenía. Nunca había tenido familia de verdad.

Ese embarazo representaba la oportunidad más reciente y quizás única, de tener a su propia familia.

Ese bebé era el único que la habia elegido no por parecerse a alguien más, sino simplemente porque queria que Amelia fuera su madre.

A pesar de ser joven, tenía la capacidad económica para criarlo por su cuenta y estaba mentalmente preparada para hacerlo sola. Todo estaba listo, pero aun asi, no queria abandonar a su bebé por no querer enredarse con el padre.

Desde aquel momento en que la sacaron de la sala de operaciones, Amelia supo que a menos que su bebe decidiera

no quereris, nunca podria abandonarle

No abandonar a su bebé y no enredarse más con Dorian era la mejor manera de no perturbarse mutuamente.

Dorian nunca sabria de la existencia de su hija y la niña no perturbaría la familia ni la vida de Dorian.

En esos dos años, Amelia habia manejado bien la situación. A pesar de lo dificil que había sido, se sentía feliz y satisfecha

Nunca se habis arrepentido de la decisión que tomó ese dia en el hospital.

Amelia pensó que la vida seguiria su curso de manera ordenada y predecible.

Sin embargo, no se esperaba encontrarse nuevamente con Dorian.

Sin previo aviso, se cruzaba en su camino una y otra vez.

Y en esos encuentros, Dorian le preguntaba con un tono severo y directo si realmente había cortado todo lazo con él, esa clase de cuestionamiento incisivo la hacía sentir completamente expuesta, como si él desenmascarara cada una

de sus mentiras.

Ella no había logrado lo que decía, no había cortado por completo con él.

Ese hecho la repugnaba a sí misma y su emociones se desplomaron, sin poder contenerse.

Fue la única vez que lloró frente a Dorian.

Pero en ese momento, frente a su desmoronamiento y llanto, Dorian mantuvo una mirada fría e impasible.

Amelia no podía imaginarse cómo Dorian reaccionaría ante el llanto de Dalia sin decir palabra.

Nunca lo había visto quedarse sin palabras.

Dalia tampoco podía describirlo.

“Es como si tuviera esa cara de ¿esta será idiota o qué? Esa especie de incredulidad”, intentaba describir Dalia, pero no encontraba las palabras adecuadas, al final, probablemente harto de ver a una mujer llorar frente a él, simplemente me dijo que me fuera.”

Para Dalia, Dorian parecia detestar ver llorar a las mujeres.

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