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Mi Frío Exmarido Capítulo 161

Capítulo 161

Rufino no pudo ocultar nada: “Si, lo hizo, también vio a Amella,”

“¿Y qué le dijo a Amelia?”, preguntó Dorian, con un tono de voz que se enfriaba poco a poco.

“No dijo nada demasiado grave, solo estaba curioseando si el puesto de directora de diseño era tu compensación por el divorcio para ella.” Rufino dijo eso y no pudo evitar reírse y mirarlo. “Ya sabes cómo es tu madre, todavia le importa mucho guardar las apariencias. Pero cuando está frente a Amella, se nota que no la puede ver ni en pintura.

Estás ocupado, lo sé, pero de vez en cuando deberías poner un poco de atención, ver cómo se llevan tus padres con tu esposa.”

Rufino le dio una palmada en el hombro: “No se trata de cómo se llevan cuando estás presente, sino de cómo lo hacen cuando tú no estás”

Dorian lo miró.

Con las manos en alto, Rufino se rindió: “No me mires asi, solo temo que tu madre espante a mi gente, no fue fácil traerla de vuelta.”

Terminó de hablar y no se demoró más. Con un “Voy a volver a mi oficina” se apresuró a salir.

Dorian miró cómo se cerraba la puerta de la oficina y presionó el intercomunicador para llamar a Yael: “Pasa un momento por favor.”

Yael dejó lo que estaba haciendo y entró rápidamente: “¿Me llamaba, Sr. Ferrer?”

Él dijo: “Pidele a Cintia que venga a mi oficina.”

Yael se quedó paralizado.

No era común que Dorian llamara a Cintia por su nombre.

En privado, solia referirse a ella cortésmente como “mama” y en la empresa, siempre usaba cortesia para referirse a ella como “la esposa del presidente del consejo”, rara vez la llamaba por su nombre.

“¿Algo más?” Dorian preguntó al ver a Yael todavía parado sin reaccionar.

El asistente volvió en si: “Oh no, enseguida me ocupo.”

Al salir de la oficina de Dorian, Yael llamó a la oficina de la asistente de Cintia para pasar el recado de que Dorian la buscaba.

“La señora acaba de salir, respondió la asistente con cortesía.

“¿Salió?” Yael frunció el ceño. Rufino acababa de regresar de la oficina de Cintia hace un momento.

“¿Cuándo fue eso?”, preguntó.

“Justo hace unos minutos,” respondieron desde el otro lado del teléfono.

Yael preguntó: “¿Dijo cuándo volvería?”

“Ella no volverá hoy, dijo que tenía asuntos que atender.”

“Ah si? Yael frunció aún más el ceño, Está bien, gracias.”

Colgó y volvió a informar a Dorian sobre la situación.

¿A dónde podria ir durante el horario de trabajo?”, preguntó Dorian. “Pregunta al departamento de recursos humanos si ha pedido permiso. Si no lo ha hecho, trátalo como una ausencia sin permiso.”

Yael no sabia qué decir.

Obviamente, Cintia no iba a pedir permiso.

Qué en recursos humanos se atrevería a cuestionar a la madre del CEO?

Dorian continuó Además, pide al departamento de recursos humanos que ceu

registrado, también trátalo como una ausencia sin permiso. Si acumula cinco ausencias, según las políticas de la empresa, procede con la liquidación del contrato.”

Yael vacilo

Dorian lo vio inmóvil y levantó la vista: “¿Qué esperas?”

El asistente forzó una sonrisa incómoda: “Sr. Ferrer, ¿eso no será demasiado?”

Temia que Eduardo, el padre de Dorian, se enfureciera y viniera a buscarlo.

Despues de todo, Cintia fue colocada en la empresa por Eduardo y siendo la esposa del presidente del consejo y la madre del CEO, en realidad esa era su propia empresa. No había nadie que se atreviera a cuestionar si ella marcaba el reloj o no. Con el carácter de Cintia, era suficiente con que no causara problemas, mucho menos esperar que se adhiriera estrictamente al horario de trabajo.

“¿Qué tiene de excesivo?” Dorian pregunto con calma “Si los lideres de la compañía no dan el ejemplo y encima lideran las ausencias sin permiso, ¿quién querra trabajar con ellos?”

Yael no supo qué responder, mas que, “Lo manejaré ahora mismo.”

Sin atreverse a decir más, se retiró rapidamente, decidiendo no involucrar a nadie más y dirigirse personalmente al departamento de recursos humanos para hacer las consultas.

Como Dorian había anticipado, Cintia no habia pedido permiso, ni había marcado asistencia.

Yael se vio en la necesidad de ser el portador de malas noticias y cumplir con las órdenes de la empresa para despedirla

En el departamento de recursos humanos, la noticia cayó como un balde de agua fria. Nadie se atrevía a proceder sin más, así que rápidamente se le informó al gerente del departamento para que él tomara cartas en el asunto.

Todos sabían que Cintia era la madre de Dorian, pero nadie estaba al tanto de que era su madrastra.

Cintia se habia casado con Eduardo cuando Dorian era solo un niño. Durante más de una década, se habia dedicado a cuidar de su hogar y a la educación de su hijo, sin involucrarse en los asuntos de la empresa. Además, después de más de veinte años de matrimonio, muchos de los empleados veteranos ya habian dejado la empresa y con ellos se fue el conocimiento de la verdadera relación entre Cintia y Dorian.

Los empleados actuales no tenían ni idea de la situación. Cuando llegó la orden de despedir a Cintia, el gerente de recursos humanos no quiso proceder sin antes consultar con el gerente general.

El gerente general, que también seguía las órdenes del presidente de la empresa, al enterarse de que la orden venial directamente de la oficina del presidente, actuó de inmediato. Sin embargo, teniendo en cuenta que Cintia era la madre de Dorian y sin saber si habia alguna disputa entre ellos, prefirió no hacer mucho escándalo y simplemente instruyó al gerente de recursos humanos para que le enviara a Cintia un correo electrónico con la notificación de su despido, siguiendo el procedimiento estándar de la empresa.

Cintia estaba almorzando con Eduardo y la familia Sabin cuando recibió el correo electrónico de recursos humanos informándole de su despido.

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