Capítulo 159
Amelia escuchó la voz de Cintia resonar a través de la oficina, las palabras cargadas de burla atrajeron todas las miradas hacia ella.
La oficina estaba llena de caras nuevas, nadie conocía a Cintia, pero su comentario de “la compensación que mi hijo te dio” llevaba un aire de insinuación que hizo que la gente empezara a murmurar.
Rufino estaba alli y al ver la escena en la entrada, se apresuro a intervenir con una sonrisa conciliadora.
“Señora Cintia, ¿qué sorpresa, a qué debemos su visita?”, dijo con una sonrisa, interponiéndose sutilmente entre ambas. “Amelia es nuestra nueva directora creativa, la hemos contratado especialmente para el cargo”
Cintia soltó una risita y estaba a punto de replicar cuando Rufino la interrumpió. ¿Vino por el asunto del proyecto? Será mejor que lo hablemos en mi oficina.”
Mientras hablaba, la guiaba hacia su oficina y no dejaba de mirar hacia atrás para asegurarse de que Amelia estuviera bien.
Amelia permanecia imperturbable como siempre.
Al ver la preocupación en la mirada de Rufino, le respondió con una sonrisa educada y se giró hacia la persona encargada de recursos humanos
La persona de recursos humanos, que conocía a Cintia y estaba a cargo de las tarjetas de acceso especiales, miró a Amelia con curiosidad y especulación.
Pero ella no aceptó la tarjeta.
“No la necesito, gracias”, dijo suavemente, rechazando la oferta con su habitual tono dulce y sereno. “Si le preocupa como explicárselo a sus superiores, digales que la rechacé yo y que se pongan en contacto directamente conmigo si hay algún problema.”
La persona de recursos humanos vaciló, pero asintió: “Está bien.”
Y se fue.
Cuando Amelia regresó al escritorio de Dalia, su compañera le preguntó con curiosidad: “¿Qué era eso?”
Nadie en la oficina sabia de qué se trataba la conversación entre la persona de recursos humanos y Amelia, ya que ella había rechazado la tarjeta antes de que pudieran explicarle para qué era.
“No es nada.”
Amelia no quería discutirlo más y se inclinó sobre la computadora, señalando lo que Dalia necesitaba corregir antes de volver a su oficina, dejando atrás miradas curiosas y susurros.
La puerta de la oficina se cerró, aislando finalmente el bullicio del exterior.
Dentro de la oficina de Rufino, una vez cerrada la puerta, Cintia se volvió hacia él y pregunto: “¿Dorian te pidió el favor de darle ese puesto de directora creativa?”
Como esposa de un magnate durante más de veinte años, Cintia estaba acostumbrada a hablar con un tono autoritario, especialmente con los más jóvenes.
Rufino no tomó su actitud en serio y respondió con una sonrisa: “Señora Cintia, usted bromea. ¿Acaso Dorian es alguien que hace o pide favores indebidos?”
“Eso nunca se sabe, respondió Cintia sin descartar la posibilidad. “Dorian siempre ha sido leal y honorable. Aunque él salió perdiendo en su matrimonio, siempre sintió que le debía algo y querria compensarla. No seria extraño”
Rufino mantuvo su sonrisa. “Si Dorian quisiera compensar a Amelia, hay muchas maneras de hacerlo sin necesidad de comprometer un puesto tan importante.”
Importante? Es solo una fachada, dijo Cintia con una sonrisa. “Al final, el verdadero poder esta en tus manos. Solo le das un titulo impresionante con un toque dorado. Se ve bien para ella, no te cuesta nada y Dorian queda satisfecho con
0 compensación,”
Cintia estaba acostumbrada a recibir esos titulos simbólicos de su esposo, conocía bien el juego.
Rufino cambio de tema sin discutir más: “Por cierto, señora Cintia, ¿venía por el asunto del diseño del resort?”
“S respondió la mujer, volviendo al tema principal. “¿Qué está pasando con ese proyecto? Se ha retrasado mucho,
por qué no avanza?
“Bueno, recientemente intentaron tentar a nuestra diseñadora con una oferta de mucho dinero y me preocupaba que si aceptaba, nadie seguiria con el proyecto. Por eso no me atrevi a impulsarlo sin más”
Habiendo dicho eso, Rufino puso una cara de dolor de cabeza a proposito. “Recuerdo que el Sr. Ferrer siempre insiste en que los diseñadores sigan de cerca los proyectos”
Aloir eso, Cintia se preocupo: “Pero como van a sacar a una disenadora justo en este momento.”
Luego, preocupada, miro a Rufino Y ahora que pasa? ¿Tampoco podemos usar este diseño?”
El hombre la miro y asintio con dificultad “Existe ese riesgo, por eso la empresa también lo está sopesando. Podríamos asignar otro diseñador para que haga una nueva propuesta, yo garantizo…”
“No puede ser.” Cintia lo interrumpio sin pensar, Yo quiero este diseño. Si es necesario, ofrece más dinero para retener a la diseñadora, dales una comisión más alta, nadie le hace el feo al dinero.
“No es una cuestion de dinero, mejor le busco otro diseñador Rufino todavia tenia una cara de apuro, “De hecho, los otros diseñadores de nuestra empresa no son menos talentosos que el actual y con la propuesta que presenten, yo garantizo que estará satisfecha.”
“Oye Rufino ¿Que te pasa?” Cintia lo miró insatisfecha. “Este diseño ya estaba hecho para nuestro proyecto, yo soy el cliente y ahora que me ha gustado, ¿por que te haces el dificil?
“Es que no quiero que usted actúe por impulso. Dijo Rufino, sacando de la mesa el diseño del resort con estilo tradicional de Amelia, “Mire este diseño, ni siquiera tiene un estilo tan destacado
“A mi me parece que el estilo del diseño es bastante distintivo. Cintia tomó el diseño de sus manos y lo hojeó brevemente. Aunque en general usa un estilo de arquitectura popular, la combinación de torres y puentes sobre rachuelos es muy original y natural, con una belleza pictórica de paisajes montañosos que parece naturalmente creada. La distribucion del jardin interpreta perfectamente las características de un camino serpenteante que oculta sin esconder y audazmente incluye elementos del estilo de la capital en el diseño del patio, integrando puertas y tejas en el ambiente de los puentes de piedra, el diseño no solo es armonioso, sino que también evoca el espacio imaginario de un regreso a la antigüedad
Cintia continuó, mirando a Rufino: Se nota que esta diseñadora tiene ideas y talento, nuestro proyecto no solo debe ser hermoso, sino también ofrecer una experiencia inmersiva. Este lo ha logrado.”
Rufino la miró sonriendo. Quién lo diria, usted también entiende del asunto
Η
“Estudié diseño arquitectónico cuando era joven. La mujer también sonrió, “Aunque cambié de carrera después de graduarme, pero después de tantos años trabajando con el Sr. Eduardo, he aprendido un poco sobre arquitectura, ¿o realmente pensó que era solo un capricho? Tomé mi decisión como una profesional.”
Rufino también sonrió, pero rápidamente se puso serio de nuevo y la miró: “Entonces, Sra. Cintia, ¿usted no aceptara a otra persona ni otro diseño?”
“Por supuesto.” Cintia estaba segura, “Solo esa diseñadora puede hacerlo y solo ese diseño funcionará.”