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Mi Frío Exmarido Capítulo 153

Capítulo 153

Amelia estaba parada en la entrada de la escalera, apoyando una mano en su rodilla y con la otra golpeándose el pecho, respirando pesadamente, con su rostro sonrosado y su cabello algo desordenado. Una fina capa de sudor adornaba su frente.

Cuando vio que Dorian la observaba se sintió un poco incómoda.

“Hoy es la inauguración de la nueva empresa y todos estan muy felices. ¿No te gustaria unirte a la celebración?”. pregunto con timidez “A todos les gusta ver al jefe disfrutando con el equipo, asi se siente menos distancia entre

nosotros

Dorian miro el pecho de Amelia, todavia apaciguando sus latidos, luego su rostro levemente húmedo por el esfuerzo, fyando su atención en sus ojos Viniste especialmente a buscarme?”

En el delicado vinculo que compartian Amelia y Dorian, la palabra “especialmente” tenia un tinte de ambigüedad.

Ella no lo habia pensado mucho antes de actuar, impulsada por la imagen de su solitaria silueta, habia corrido a

buscarlo

“No exactamente, respondio Amelia con una sonrisa nerviosa. “S Solo pense que seria una lástima que el gran jefe no estuviera presente en la celebración, mientras todos los demás estan felices.”

Miro la oficina vacia y luego a él. “Además, estas aqui trabajando solo. Si el trabajo no es urgente, podrías darte un

respiro de vez en cuando, no tienes que ser tan duro contigo mismo.”

Yael la miro con sorpresa

Elia todavia se preocupaba por Dorian de manera inconsciente, lo que lo tomó por sorpresa.

Dorian le echo un vistazo

Con mucho tacto. Yael se apresuro a despedirse “Ustedes sigan hablando, el señor Rufino tambien me invito a la

celebracion, asi que me ire para que no tengan que esperar

Dicho eso, se fue rapidamente.

Donan detuvo su mirada en la frente aun sudorosa de Amelia, tomando algunas servilletas de un escritorio cercano y

acercandose a ella.

Cuando se detuvo frente a ella, ya estaba secando las gotas de su frente con la servilleta: “¿Subiste por las escaleras?”

“Si, el ascensor no funcionaba ella respondio ligeramente y con un gesto de timidez tomó la servilleta, “Dejame

hacerlo

El la miro y sin insistir le entrego la servilleta

Luego de secarse el sudor de la frente, Amelia lo miro de nuevo “¿Vienes conmigo?”

Dorian asintic “Claro”

Una sonrisa aparecio en los ojos de Amelia

También en los oscuros ojos de Dorian habla un atisbo de sonrisa, aunque discreta.

“Vamos, dijo y bajaron juntos las escaleras.

Rufino ya habia enviado la dirección del lugar a Amelia.

Había escogido una azotea con parrilla y fogata incluidas

Cuando ellos llegaron, todos ya estaban ocupados preparando la comida para el asado, cada uno atareado y

disfrutando.

La llegada de Dorian causó un breve silencio y algo de tensión.

Amelia dijo con una sonrisa: “Sigan divirtiéndose, no se preocupen por nosotros.

Su presencia amable y su rostro inocente aligeraron la atmósfera opresiva que Dorian podia traer y el ambiente se

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volvió festivo de nuevo.

Ella se acercó con algunos pinchos para Dorian: “¿Quieres asar algo?”

Dorian la miró, asintió y se pusieron, juntos a asar la comida.

Rufino y Yael, que también estaban asando cerca, se sorprendieron al verlos juntos.

Así que tú también te animas a este tipo de eventos?”, preguntó Rufino.

“¿Hay algún problema?” Dorian replicó, tomando un pincho que Amelia le pasaba y colocándolo hábilmente en la parrilla

“Ninguno, claro que no, respondió su amigo feliz. “Siempre lo he dicho, no es bueno vivir tan tenso, hay que darse un

descanso de vez en cuando.

Dorian no respondió y simplemente tomó otro pedazo de came de las manos de Amelia para asarlo, disfrutando el momento juntos.

Dalia acababa de traer una bandeja de brochetas al asador, jadeando por el esfuerzo. Sin prestar mucha atención, echó un vistazo y en seguida se emocionó al ver a Amelia, animándola a unirse a ella para preparar las brochetas

Dorian le echó una mirada indiferente

La chica se enderezó de inmediato. “Ya vuelvo, voy a estar ocupada.”

Y ya no se atrevió a invitar a Amelia.

Ella miró hacia donde estaban las otras chicas, había bastante trabajo, así que se giró hacia Dorian y dijo: “Voy a ayudar por allá

Dorian miró la pila de brochetas y asintió: “Ve.”

Mientras Amelia se alejaba, Dorian dejó lentamente lo que estaba haciendo, perdiendo interés.

Rufino sabía que a Dorian no le gustaban esas actividades, así que le dio un codazo en el brazo y le dijo: “Si no te gusta, ¿para qué te fuerzas?”

Élle lanzó una mirada: “No es cuestión de gustar o no, es solo para pasar el tiempo.”

Dicho eso, volvió a mirar en dirección de Amelia

Ella ya se había sentado al lado de Dalia, sacando la carne de una caja y preparándolas con algo de torpeza.

Todas las chicas estaban lavando y enseñandose mutuamente

A diferencia de la algarabia del resto, Amelia parecia mucho más tranquila y serena, pero no era que tuviera aires de grandeza o fuera antisocial, simplemente no le gustaba el bullicio, aunque escuchaba y sonreía, por lo que no

desentonaba alli sentada

Dorian no fue a molestarla, pero tampoco tenia mucho interés en seguir asando. No era de los que disfrutaban pasar su tiempo en esas actividades.

Por suerte, su celular sono con una llamada de trabajo.

Se alejo para contestar y cuando volvio, todos habian dejado lo que estaban haciendo y estaban bailando alrededor de la fogata, con música y risas llenando el ambiente.

Sus ojos oscuros escanearon la multitud, pero no vio a Amelia.

Miró hacia afuera del grupo y allí estaba ella, todavía ocupada con las brochetas.

No se había unido al festejo, simplemente estaba asando unas brochetas distraidamente y de vez en cuando levantaba

la mirada hacia el grupo bullicioso, con una sonrisa en los labios, pero sin intención de unirse.

Dorian se acercó a ella y se detuvo a su lado, tomando un pincho de came del plato.

“¿Por qué no te unes?”, pregúntó, colocando el pincho en la parrilla.

Sorprendida por la voz repentina, ella se volvió y al verlo, la sorpresa en sus ojos se suavizó.

¿Terminaste? preguntó, pues habia visto a Dorian hablando por teléfono, claramente en asuntos de trabajo.

El asintió levemente: “Si.”

Observando el pincho de came chisporrotear sobre las brasas, miró a Amelia: “¿Por qué no te unes con los demás?*

“No estoy muy acostumbrada. Respondió ella, sin querer admitir que temía dejar a Dorian solo y aburrido después de su llamada

Elia habla insistido para que viniera, así que no queria dejarlo solo perdiendo el tiempo.

Con la personalidad de Donan, era imposible que se uniera a ese tipo de bailes y cánticos.

El la miro, luego a la gente nendo y saltando, asi que le dijo: “¿Qué tal si nos unimos a la diversión?”

Amelia lo miró sorprendida, pero asintió: “Claro.”

Cuando ambos se unieron al grupo, todos se quedaron boquiabiertos por un momento, pero Rufino fue el primero en soltar la mano de Dalia para dejarles espacio para entrar.

Amelia y Dorian se unieron al baile en circulo.

No era un baile de gran dificultad técnica, solo un grupo de personas tomadas de la mano siguiendo la música ritmica con saltos esporádicos

Al principio, Amelia se sentia un poco cohibida, pero pronto fue contagiada por el ambiente festivo y se unió a la risa y aljolgono

Entre risas, no pudo evitar mirar a Dorian.

Él tenía una expresión calmada y una ligera sonrisa en sus labios, no tan expansiva como la de los demás, pero sus ojos y su rostro mostraban relajación y disfrute.

Comparado con su seriedad habitual e inaccesibilidad, debajo de su calma y estabilidad, había un toque de la vitalidad propia de su edad

Justo entonces, Donan también la miro

Ella le sonno levemente

El tambien sonrio

Rufino y Yael se habían adueñado de los microfonos y con la música de fondo, comenzaron a cantar a todo pulmón, desafinando en cada nota. Su entonación erratica flotaba sobre el lugar sin perturbar la alegria de la gente.

Amelia y Dorian se sentaron frente a la parrilla.

El tomo unos pinchos de carne que habia preparado un rato antes, los calentó un poco en la parrilla y se los pasó.

“Gracias”, dijo ella, aceptando el pincho y mirando a Yael, que cantaba con pasión, “Nunca hubiera imaginado que el Sr. Yael se soltara asi.”

“El siempre ha sido de espiritu libre, explico Dorian, solo que a mi lado ha tenido que moderarse un poco.”

Amelia no pudo evitar mirarlo

Definitivamente, Dorian posela esa misteriosa fuerza que hacia que la gente se contuviera en su presencia.

“¿Qué pasa?”, pregunto él.

“Nada”, sonrió Amelia, “es solo que parece que todos se cohiben un poco contigo.”

“¿Incluso tú?”, indago Dorian.

Amelia asintió sinceramente: “Si.”

“Quizás debería reflexionar sobre eso”, dijo él.

“No creo que sea necesario, respondió ella, “algunas personas simplemente nacen con una presencia real.”

¿Eso es un cumplido?”, preguntó Dorian.

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“Supongo que si.”

Amelia sonrió timidamente…

También sonrió y luego volvió su atención hacia los otros, que seguían divirtiéndose alegremente.

Amelia lo observó relajarse y sintió que había hecho bien en convencerlo de unirse a la reunión.

¿Alguna vez has asistido a algo asi?” preguntó ella.

“No”, respondió él, mirándola.

*Parece que para ti todo lo que no es trabajo no importa”, comentó Amelia con una sonrisa.

Esa era una curiosidad que había tenido desde hace tiempo, pero en aquel entonces, en su matrimonio, estaba demasiado insegura para discutirlo con Dorian.

Él la miró fijamente y asintió levemente: “Supongo

“Es genial”, dijo ella sonriendo.

“¿Qué es genial?”, preguntó Dorian.

“Ser apasionado por el trabajo”, dijo Amelia. “Aquellos que aman su trabajo lo ven como un desafio, así que no se sienten cansados ni irritados, explicó, es algo con lo que mucha gente solo puede soñar. Seria maravilloso si el trabajo pudiera ser tan placentero como disfrutar de una buena comida.”

Dorian solo sonrió, sin continuar la conversación y miró los pinchos en su plato. Tomó uno y mordió.

¿Está bueno, verdad?, preguntó Amelia

Dorian asintió: “Está decente.”

“Yo los preparé”, dijo ella con una sonrisa.

“Buena mano entonces, la elogió

“Eso creo”, dijo Amelia y luego, sin poder evitarlo, volvió a mirar el rostro atractivo de Dorian. Observando su expresión relajada, habló con suavidad. “Dorian, mira, nosotros también podríamos ser amigos, ¿verdad?”

Dorian se detuvo en su acción y la miro

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