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La Heredera del Poder Capítulo 97

Capítulo 97

Sofía se encontraba sola y desamparada en Capital Nube.

Parecía que su familia realmente la habia abandonado, y sin ellos, Sofia no tendría futuro en Capital

Nube.

Dicho esto

¡Sofía no tenía más opción que bajar la cabeza y admitir su error!

Diego, Teresa y Simón se acercaron y dijeron: “¡Exacto! ¡Cortar lazos! Sofía, si no te disculpas hoy con el

Lazcano, ¡cortaremos lazos familiares contigo inmediatamente!”

Sc

Sofia levantó la mirada hacia todos.

Sentia una profunda tristeza en su corazón.

Delante de ella estaban sus padres, su hermano y su hermana….

Nunca imaginó que un día se encontraria enfrentándose a ellos de esta manera.

Ellos eran su propia carne y sangre, pero hoy, expresaron esas palabras de manera bastante fácil: cortar lazos familiares.

Parecia que en sus corazones, ella ya no era parte de su familia.

En ese instante, las lágrimas que Sofia había estado conteniendo estuvieron a punto de desbordarse.

“¡Cortar lazos, entonces!” Gabriela levantó ligeramente la mirada, “¡Lo deseo con todas mis fuerzas! Desde ahora, mi madre y yo no tendremos ningún lazo con ustedes!”

Sofía respiró profundamente y dio un paso adelante, “¡Gabi tiene razón! ¡Corten los lazos! De todos modos, ustedes ya no me consideran su hija, su hermana menor. ¡En su corazón, solo soy un objeto que se puede regalar a otro fácilmente!”

Si no se cortaba lo que debía cortarse, solo quedaría el caos.

Hoy era ella la que estaba siendo entregada a Julio, y quién sabia si en el futuro seria su hija.

Después de todo, si había una primera vez, habría una segunda.

Sabiendo que existía esa posibilidad, mejor aprovechar la oportunidad y cortar todo de raíz.

Gabriela miró a Sofia con sorpresa.

Para ser honesta.

La reacción de Sofía la tomó por sorpresa.

En su corazón, Sofía siempre había sido una persona de carácter suave, pero nunca esperó que, frente a un gran problema, Sofía pudiera ser tan decidida.

Mientras Gabriela miraba a Sofía, ella también giró la cabeza hacia Gabriela y le sonrio, señalándole que todo estaba bien.

Al escuchar esto, Sara estaba a punto de estallar de ira.

¡Nunca supo que su hermana menor fuera tan ingrata!

¡Parecía que si Sofía no llegara a sufrir una vez, nunca entendería su error!

Capitulo 97

“¡Está bien!” dijo Sara con el rostro tenso, “¡Ya que las cosas han llegado a este punto! ¡Desde ahora, no tendrás a Sara como tu hermana! ¡De ahora en adelante, tú eres tú y yo soy yo! ¡Nuestras aguas no se mezclarán! ¡Espero que no lo lamentes!”

Sofia levantó la cabeza con firmeza, “¡Nunca me arrepentiré de esta decisión!”

“¡Tranquila!” S

Con esas palabras, Sofía miró a Gabriela y Sergio, diciendo: “Vámonos.”

“De acuerdo.”

“¡Sergio, detente!” Teresa, al ver que Sergio también se iba, intervino, “¡Si te atreves a irte con esta desgraciada hoy, no tendrás más a esta madre!”

Sergio se volvió hacia Teresa y una sonrisa fría se reflejó en sus labios, “Simón, ¿no es cierto que siempre has tenido un solo hijo querido? ¿Recuerdas lo que me dijiste el día que me mudé de la casa familiar? ¿Cuál es la diferencia entre yo y cualquier gato o perro de la calle para ti? Desde que tengo memoria, ha sido mi hermana quien se ha encargado de cuidarme, luego fue ella quien dejó la escuela y trabajó para pagarme los estudios.”

Desde pequeño, Sergio usaba la ropa que Simon ya no queria.

Comía las sobras de su comida.

Cuando era muy pequeño, pensaba que no era lo suficientemente bueno, por eso sus padres no lo querian. Se esforzó en sus estudios y, emocionado, le mostró a sus padres su examen con calificaciones perfectas.

¿Y qué obtuvo à cambio?

Una acusación de copia.

Ese día, su padre lo azotó con un cinturón hasta casi matarlo. Bajo el peso de la tristeza, llegó a pensar en la muerte como una salida. Si no hubiera sido por Sofía, que lo protegió con su vida, él ya estaría muerto.

Desde entonces, supo que frente a alguien que no te llevaba en su corazón, no importaba cuán sobresaliente fueses, nunca ganarás ni una pizca de su afecto.

Al recordar aquellos momentos de su infancia, las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de Sergio.

“De ahora en adelante, no tengo ni padres ni hermanos, ¡solo tengo una hermana! ¡Ella se llama Sofía! ¡Yo no tengo nada que ver con ustedes!” Sergio tomó del brazo a Sofía, “Hermana, vámonos.”

Mientras observaba cómo se alejaban, Nieves esbozó una media sonrisa.

Capitulo 98

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