Capítulo 169
Cuando salía, justo coincidió con el regreso de Rodrigo de la empresa.
“Adam.”
“Papá.” Adam detuvo sus pasos.
“¿A dónde vas? ¿Necesitas que papá te lleve?” Rodrigo seguía siendo tan elegante como siempre, con una sonrisa ligera en sus ojos.
“No es necesario“, Adam miró a Rodrigo, como si tuviera mil palabras que decir, pero cuando llegó el momento, solo quedó un, “Papá…”
“Adam, ¿qué pasa?” Rodrigo notó que Adam parecía tener algo en mente.
La mirada de Adam cayó en la prótesis de Rodrigo, y una sonrisa apareció en su rostro, “No pasa nada, me voy ahora.”
Rodrigo estaba un poco preocupado, “Si hay algo, asegúrate de decirselo a papá.”
Adam asintió con la cabeza.
El sol del mediodía era abrasador, pero Adam no sentía calor en absoluto; más bien, le recorria un escalofrío por todo el cuerpo.
Media hora después, en la carretera de montaña, apareció una moto veloz.
La velocidad era asombrosa.
Ya fuera en curvas amplias o en sucesión de curvas, las atravesaba como si flotara.
La fricción entre las llantas y el suelo incluso generaba humo.
“¡Maldición! ¡Adam se está volviendo loco!” Santiago, que tenía un cigarrillo en la boca, dejó caer el cigarro al suelo al ver la escena.
“¿Qué le pasa a Adam?” preguntó un chico gordito a su lado.
Otro chico delgado golpeó al gordito y dijo, “¡Seguro que extraña a su madre! ¡Kelvy, Santiago, presten atención cuando hablen con él!”
“Entendido.” Kelvy y Santiago asintieron.
Justo en ese momento, una moto genial se detuvo frente a ellos.
Se quitó el casco del mismo color, revelando un rostro joven y enérgico.
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Capitulo 169
Era Adam
Santiago le lanzó un cigarrillo y dijo. “Adam, atrapa esto.”
Adam inclino ligeramente la cabeza y agarró el cigarrillo con los dientes.
Lo sostuvo así, sin encenderlo, y se dirigió a los tres, “¿Quieren jugar?”
“¡Claro!”
Los tres asintieron y se pusieron los cascos, subiéndose a las motos.
La velocidad era increible.
Cuatro motos corrian unas detrás de otras, experimentando la emoción de la adrenalina.
Una hora después, cuatro motos estaban estacionadas en un prado junto a la carretera. Los cuatro jóvenes yacían en el césped, con las manos detrás de la cabeza, mirando el cielo azul.
Nadie dijo nada.
Después de un rato, Adam habló, “Santi, Kelvy, lan, ¿cómo ven a mi abuela?”
Los tres se miraron entre sí y vieron la perplejidad en los ojos del otro.
Kelvy dijo: “Está bien, bastante amigable“.
lan dijo: “Cómo decirlo, no estoy seguro, pero siento que tu abuela no me quiere mucho. cuando estoy contigo“.
lan era el chico más común entre los cuatro.
Cada vez que iba, lan siempre sentía que la mirada de Jana no era correcta.
Esa mirada, era como él llevara a Adam por el mal camino.
Con el tiempo, lan dejó de querer ir a la familia Lozano como invitado.
Santiago asintió, “También siento eso“.
Con esas palabras, Santiago agregó: “Y también escuché a mi abuela decir que cuando tu abuela era joven, tenía una personalidad muy dominante, siempre quería tenerlo todo…”
Al escuchar a Santiago e lan, Adam cayó en profunda reflexión.
Estaba pensando.
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Capitulo 169
Podría ser que su madre provenía de una familia común y corriente, y Jana no lo aprobaba, por lo que…
Al pensar en eso, Adam se levantó de repente del suelo y dijo, “Tengo que investigarlo!”
“¿Investigar qué?” Santiago, Kelvy e lan se sorprendieron.
Adam continuó, “Santi, ¿cómo va la investigación sobre ese asunto?”
Santiago negó con la cabeza, “No hemos encontrado pistas en la oficina del Hermano Daniel. Se dice que en ese momento había muchos lugares que producían ese tipo de caramelos, solo esos pocos envoltorios de caramelos, no tenemos idea de dónde vienen. Pero hay una cosa segura, debido a problemas de transporte, esos caramelos solo eran populares cerca de los lugares de producción“.
Adam pensó por un momento y preguntó: “¿En qué lugares hemos confirmado que se produjeron esos caramelos hasta ahora?”
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