Capítulo 106
Al día siguiente, las recién contratadas Lia y Nora, junto con la señora Alicia, ya estaban trabajando.
La presencia de tres personas adicionales, sumado a que Gabriela pagaba mejores salarios que otros locales, hizo que trabajaran con mucha dedicación. Tanto Gabriela como Sofía se sintieron más
aliviadas.
Debido a una buena campaña de promoción, el negocio iba en aumento, y paulatinamente ya no daban abasto, así que Gabriela contrató a dos personas más.
Con el paso de los días, y aprovechando que Gabriela aún no había empezado las clases, Sofía quiso llevarla a visitar la casa de Fernanda, para comunicarle también sobre su nuevo negocio.
A lo largo de los años, Fernanda había sido de gran ayuda para Sofía en muchos aspectos, y ella quería aprovechar la oportunidad para agradecerle debidamente.
Cuando Sofía compartió la idea con Gabriela, ella asintió con la cabeza: “Justo hermana Tasha tiene mañana libre, ¿por qué no vamos entonces?”
Al día siguiente, madre e hija compraron una gran cantidad de regalos y se dirigieron a la casa de Fernanda.
Ella vivía en un complejo de viviendas antiguo. Aunque no era comparable con todas las nuevas actualizaciones, tampoco estaba mal; se consideraba una familia de clase media en la Capital Nube. Fernanda recibió a Sofía y Gabriela con gran alegría.
“Tasha! ¡Tu tía Sofi y Gabi han llegado!” Luego agregó: “¡Sofi, Gabi, pasen y siéntense!”
Al ver todas las bolsas que Gabriela llevaba, Fernanda les reprendió cariñosamente: “¡Sofi! Si vienes a visitar con la niña, ven y ya. ¿Por qué compras tantas cosas? ¿Acaso te sobra el dinero? Conozco las dificultades que has pasado a lo largo de estos años, y realmente no quiero que malgastes tu dinero.” Sofía respondió: “No he gastado mucho. Además, Fer, ¿no has comprado tú también muchas cosas para mí a lo largo de los años?”
Fernanda replicó: “¡Somos como una familia!”
Sofía sonrió y dijo: “¡Exacto! Somos como una familia. Solo compré algunas cositas, si no las aceptas, es como si me estuvieras tratando como una extraña.”
Fernanda la golpeó suavemente: “¡Mira, me has hecho caer en tu juego!”
En ese momento, Natasha salió corriendo de la habitación: “¡Gabi!”
“¡Hermana Tasha!” Gabriela la abrazo con cariño.
El esposo de Fernanda, Pedro, también salió de la casa.
Sofía le presentó a Gabriela: “Gabi, este es tu tío Pedro.”
“Mucho gusto, tío Pedro.”
Pedro era un hombre de mediana edad, de apariencia bondadosa y algo corpulento.
Con una sonrisa, respondió: “La primera nieta es tan hermosa como su madre.”
Luego dijo: “Bueno, Fer, mientras tu atiendes a tu hermana en la casa, yo voy a comprar algunas cosas.”
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“¡Adelante!” Fernanda agregó: “Recuerda comprar un pescado para hacer ceviche, a Sofi le encanta.”
“Lo tendré en cuenta.” Pedro salió para hacer las compras.
Sofía se sintió un poco incómoda: “Con lo que haya en casa es suficiente, cuñado, no hay necesidad de que compres nada, es una molestia.”
Fernanda colocó un brazo alrededor del hombro de Sofía: “No es ninguna molestia, nosotros también vamos a comer. Déjalo ir. Vamos a la sala para conversar.”
El salón de la familia Lozano estaba muy ordenado y limpio.
Natasha se ocupaba de servirles agua.
Fernanda fue a cortar frutas.
Natasha le entregó el agua a Gabriela y, al ver que su móvil aún estaba encendido en la mesa de café, dijo: “Gabi, ¿estás jugando a algo? ¡Juguemos juntas!” Justo estaba en medio de un juego cuando escuchó que Gabriela había llegado y corrió emocionada a recibirlos sin terminar la partida.
Gabriela preguntó: “¿A qué jugamos?”
“¡Arena de Valor!” respondió Natasha.
Gabriela arqueó ligeramente una ceja y dijo, “Parece que a mi tío también le gusta mucho jugar Arena de Valor. ¿Es realmente tan divertido?”
“¡Es divertidísimo!” exclamó Natasha con emoción: “¡Yo soy de rango Plata! ¿Te animas a jugar? ¡Yo te ayudo a subir de nivel!”
Capítulo 107
“¿Qué significa plata?” pregunté Gabriela.