Capítulo 68
Apenas terminó de hablar, Elisa Terrén en el auto no pudo contener la risa.
“¡Ay, Selena, eres increíble! ¡Lola, ¿escuchaste? Selena me llama un tesoro invaluable
“Si, lo escuché, Elisa Terrén“,
Lola respondió riéndose, pensando en lo valiente que fue Elisa. Si el auto no se hubiera parado, jambas estarian en peligro!
¡Aún le temblaban las piernas!
Después de terminar de hablar con Raquel Fernández, Selena Morales centró toda su atención en Rosa Morales, con una mirada más fría.
“Rosa, ¿crees que no sé lo que estás pensando? Como figura pública, si bromeas con la vida de los demás y eso sale a la luz, ¿crees que la opinión pública te perdonará? ¿O crees que porque tienes el respaldo de Estrella de Oro no tienes nada que temer?”
La voz de Selena era tan seria que Rosa se puso rígida, se bajó un poco el sombrero y su cuerpo comenzó a temblar aún más.
Sin embargo, no se sabía si su miedo era fingido o real.
“¡Lárgate! ¡Alejate de nosotros! ¡Mujer despiadada!”
Raquel, enfurecida, empujó de repente a Selena.
A Selena la pilló desprevenida y retrocedió dos pasos, golpeándose la espalda contra el Rolls–Royce de Héctor Cedrés que estaba detrás de ella. Sintió un fuerte dolor y finalmente frunció el ceño.
Raquel todavía estaba furiosa y se acercó para chocar otra vez contra el hombro de Selena.
“¡Lárgate! ¡No ensucies el coche de mi primo!”
“¡Raquel!”
Héctor finalmente no pudo soportarlo más y reprendió a Raquel.
David Terrén tenía una mirada muy fría.
“José Bernardo“. Su voz era tan fría que parecía congelar el aire.
José se alertó de inmediato y respondió: “Sí, señor“.
“¡Rómpele el brazo a esa mujer! Y… ¡destroza el coche!”
¡Selena no se dejaría intimidar por nadie!
“Sí, señor!”
José respondió sin dudarlo, poniéndose de pie y acercándose con rostro frío.
José se acercó primero a Selena y preguntó respetuosamente: “Señorita Selena, ¿está bien?”
Selena levantó la cabeza, miró a José y se enderezó lentamente en el auto, frunciendo el ceño.
“Apártese y descanse un rato, todavía tengo que ocuparme de algunas cosas“.
Selena apretó los labios y asintió ligeramente.
No sabía qué le había dicho David a José, pero sintió que, después de todo, fue Elisa quien estuvo a punto de tener problemas, y no podrían quedarse de brazos cruzados.
Al ver a Selena marcharse, dejando a José, Héctor instintivamente protegió a Rosa en sus brazos.
Con cara desprecio, José miró a Raquel que ya se había hecho a un lado.
Raquel lo miraba con recelo, aprovechando la presencia de Héctor, se armó de valor para señalar a José, su voz sonaba un poco aguda debido a los nervios. “¿Qué piensas hacer? Te lo advierto, si te atreves… Ahhh…”
Raquel comenzó a gritar antes terminar de hablar.
Selena se detuvo y al voltearse vio a José con una mano presionando el hombro de Raquel. Mientras Raquel gritaba, se escuchó un crujido nítido. Aunque el sonido no era fuerte, todos los presentes pudieron oírlo claramente.