ficiente…”
Capitulo 370
Capítulo 370
Ella se resistió a la urgencia y temblor en su cuerpo. “Ya… ya es suficiente…
Su gran mano se poso en su cintura, levantó ligeramente el borde de su ropa, y en un instante tocó la piel de su cintura.
Los ojos de Selena se abrieron de par en par.
Esa mano empezó a moverse bajo su camisa, sintiendo la delicadeza y suavidad de su piel.
Ya basta… si seguimos asi, las cosas se van a salir de control…
Selena respiraba con dificultad, su mano sobre la suya, separada por la ropa.
“¡Qué valiente eres, Selena, aceptar este compromiso en este momento!”
La voz grave de David cayó, y de repente se inclinó y la mordió en los labios con fuerza.
Selena parpadeo, la dureza de los dientes apretados del hombre frente a ella aceleró su corazón.
1
Presintió que, si llegaba a ese punto, probablemente se sentiria exhausta.
“Voy a ducharme“.
Selena se movió des de debajo de él, mirándolo nerviosamente.
Se levantó de la cama y David le agano la muñeca de nuevo, su voz grave aceleró el corazón de Selena.
“Dúchate aquí“.
Selena se quedó paralizada por un momento, lo primero que le vino a la mente fue el mensaje que David le habia enviado esa tarde.
Parece que solo faltaba pasar la noche juntos“.
Después de dudarlo un momento, asintió.
“Ve, ponte mi ropa“. David sonrió y fue al armario, sacó una camisa y se la pasó.
“Esto…” Selena miró la ropa en sus manos, algo indecisa.
“¿Qué pasa?‘
David la observaba, su mirada parecía decir que podía lanzarse sobre ella en cualquier momento, lo que hizo que Selena sacudiera la cabeza.
“Nada“.
Luego, con la cara roja, entró en el baño con la ropa en brazos.
Después de ducharse, se puso la camisa de David.
Antes, estaba preocupada porque solo llevar una camisa podría ser demasiado revelador.
Pero al verse en el espejo, la camisa cubría perfectamente hasta sus muslos, se dio cuenta de que había estado pensando demasiado.
No era una mujer de estatura baja, pero nunca pensó que la camisa de un hombre podría ser tan grande en ella.
La puerta del baño se abrió, Selena tirando de su ropa y su cabello húmedo colgaba sobre sus hombros.
David estaba sentado en el sofá, levantó lentamente la cabeza, dejó a un lado la tableta en sus manos, su mirada siguió de cerca su figura. La vio con su camisa, sentada en la cama secándose el pelo,, sus piernas blancas y delicadas juntas, atrayendo su mirada.
Podía oler
que
había usado su gel de baño, pero en ella, había un aroma fresco diferente, con un toque de feminidad, que llegaba a su nariz.
Se levantó, tomó la toalla de sus manos, y la ayudó a secarse el pelo.
“¿Quieres dormir aquí esta noche?”
Selena apretó los puños, mirándolo. Sus miradas se cruzaron, sus ojos profundos eran como estrellas reflejadas en un lago. Parpadeo suavemente, asintiendo con una sensación repentina de tranquilidad. “Está bien“.