A medida que pasaba por los periodistas y se acercaba, su rostro se volvió pálido
Retrocedió un par de pasos, sin poder creer, su rostro se volvió aún más pálido.
El director que había sido empujado al frente por los periodistas parecia como si tuviera clavos en los pies, parado allí sin moverse, con las piernas temblando y los labios temblando, sin poder hablar.
“Vaya, qué animado, no pensé que nuestra partida de cartas podría llegar a ser noticia de portada,”
Renato se recostó en su silla, con las piernas cruzadas, jugando con unas cartas de póker en la mano. Su rostro guapo lleno de interés, pero muchos podían sentir la ira en sus palabras.
“Nunca pensé que jugar a las cartas atraería tanta atención, si lo hubiera sabido antes, habría rechazado algunos trabajos y jugado más cartas con ustedes en mi tiempo libre.”
La mujer frente a Renato también sonrió, su voz suave, tranquila, mostrando una imagen de serenidad y elegancia. Mientras hablaba, lanzó una mirada a Rosa y sonrió.
El rostro de Rosa se volvió rigido y aún más pálido.
Originalmente habia planeado atrapar a Roque en su habitación, pero no esperaba…
¡Ver esta escena al entrar!
Sentado justo frente a la puerta de la habitación, David estaba impecablemente vestido con un uniforme negro que realzaba su aire distinguido y estable.
Su hermoso rostro era como si hubiera sido esculpido, sus ojos profundos y misteriosos.
Estaba allí sentado, pero su presencia era increíblemente fuerte.
“Sr. Terrén…”
El director, con los labios temblando, apenas pudo pronunciar esas palabras.
David estaba lentamente arreglando unas cartas en su mano, al oír la voz, se detuvo.
La gente en la primera fila retrocedió un par de pasos debido a este pequeño gesto.
Levantó lentamente la vista, su mirada fría y distante se posó en Rosa…
Rosa estaba tan nerviosa que su corazón parecía salirse de su pecho. Al ver la mirada de David, sonrió levemente, mostrando su mejor sonrisa a este elegante y guapo hombre.
Sin embargo, él no cambió su expresión y dirigió su mirada al director al lado.
“Dime… ¿Quién soy yo?”
Al oír esto, el rostro del director se volvió aún más pálido.
“Sr. Terrén… es una confusión… una confusión…”
“¿Una confusión?”
David asintió ligeramente, con un tono indiferente, el director soltó un suspiro de alivio.
“¿Qué se ha malinterpretado?”
El director se sintió muy avergonzado, el ambiente se volvió muy tenso.
“Fui yo… yo malinterpreté a Selena…”
David, con el rostro inexpresivo, continuó preguntando: “¿Hay algo más?”
“No sabía que eran ustedes los que estaban en la habitación, y ustedes no son como yo dije…”