Capítulo 305
“¿Por qué te preocupas tanto por mi, Héctor? Estoy bien. Tu prometida sigue aquí. Se muestra amable y generosa contigo, pero yo soy su primera víctima cuando das la vuelta. ¡Aunque sus tácticas son burdas, es molesto ser acosada! ¡Cuida tus palabras!”
Héctor estaba totalmente desconcertado por las palabras de Selena. No tenía idea de qué decir.
Cuando él expresó su preocupación por ella, ella cambió el enfoque hacia él….
Ella nunca había sido asi antes.
Rosa, al percatarse del ambiente incómodo, rápidamente cambió de tema.
“¿De quién es ese coche, hermana?”
Al entrar, notó un coche desconocido estacionado en el patio. A pesar de estar oculto en la oscuridad, su discreta elegancia era innegable.
Selena sonrió levemente, como si lo hubiera esperado.
“Lo compré yo misma, para mimarme un poco… ah, al contado.”
La cara de Rosa cambió al instante.
¿Presumiendo de su riqueza usando el dinero de la familia? ¡Qué descaro!
Juró que algún día recuperaría todo de Selena.
Por ejemplo, Sele Internacional…
Al ver la cara seria de Rosa, Selena sintió que su ira volvía a encenderse.
Rubén había mencionado a Sele Internacional esa noche. Estaba seguro de que Rosa estaba tramando algo a sus espaldas.
Rosa no esperaba que Selena mencionara el tema y respondió con una expresión inocente:
“¿De qué estás hablando, hermana? Todos saben que Sele Internacional es tu empresa…”
Selena entrecerró los ojos, su mirada era irónica.
Pocas cosas has tomado de mí, verdad?
¿Qué está pasando? Rosa, ¿quieres Sele Internacional?”
Héctor frunció el ceño al escuchar esto. Rosa, como si estuviera asustada, negó con la
cabeza rápidamente.
“Héctor, todavía estoy trabajando en la empresa, todavía soy la perfumista de tu empresa, ¿cuándo tendría tiempo para hacerme cargo de otra empresa?”
Héctor vio a Selena, “Selena, ¿podrías estar equivocada?”
Selena agitó suavemente su cabello, riendo por lo bajo.
¿Así de confiado estaba él en ella?
“¿Qué te pasó en el cuello, hermana? ¿Fuiste mordida por algún bicho?”
La voz de Rosa sono sorprendida, intentando desviar el tema.
Selena se detuvo al escuchar esto.
Héctor volvió su mirada hacia ella y notó la marca roja en su pálido cuello, e
so era…
Como hombre, sabía lo que era.
Recordó la escena que vio fuera del centro comercial el día anterior; e
lla estaba en los brazos de otro hombre, actuando de manera íntima.
¿Cómo pudo suceder esto?
Sus ojos se abrieron de par en par, mirando a Selena con incredulidad.
Selena se tocó suavemente el cuello, pensando durante un momento, luego levantó la vista hacia el coche estacionado a poca distancia. David había estado observándola desde el espejo retrovisor del coche. Había ajustado el ángulo para poder ver a Selena.
Cuando la vio tocarse el cuello y mirarlo, sonrió ligeramente.
Luego frunció el ceño y presionó brevemente la bocina del coche, enviándole un saludo a Selena desde lejos.
El corazón de Selena latía más rápido y después de un momento, una sonrisa irónica cruzó su rostro.
Este hombre, ¿qué tanta molestia sentía por no poder bajar del coche?
Estaba haciendo todo lo posible para hacer sentir su presencia.