Capítulo 256
Raquel, asustada por la mirada de Selena, corrió a esconderse detrás de Rosa, que acababa de acercarse para ver qué pasaba, mirándola con precaución.
“¿Qué… Qué quieres?”
Selena miró al suelo y dijo: “Arrodillate.”
La cara de Raquel se puso roja al instante.
Rosa, forzada a protegerla, estaba a punto de romper los dientes de frustración,
“¡Hermana, siempre dices que actúas con justicia, pero hoy es la segunda vez que nos engañas!”
Pensar que todo el dinero que había ganado trabajando duro durante un año en la filmación de películas se había ido de repente al bolsillo de Selena la hizo enfurecer.
Selena se sentó en una silla cercana, riéndose de la situación.
“Las mujeres son volubles, de repente me pareció divertido jugar estos juegos. Además, ¿no fuiste tú quien siempre se mete en problemas? Te pones en mi camino buscando problemas, entonces si no te castigo, ¿no sería injusto para ti?”
“Selena, si tenías un as en la manga, ¿por qué no lo mostraste desde el principio?”
“Hmm.” Selena se rio friamente, “¿Lo habrías creído si lo decía? ¿No fueron ustedes las que primero intentaron intimidarme de todas las maneras posibles, tratando de humillarme para probar su superioridad? Disfrutaron todo el proceso, mientras que yo me degradaba para complacerlos.”
“¡No te hagas la buena aquí, eres una estafadora, una vil!”
“No soy buena y es cierto, no lo dije todo el tiempo solo para que siguieran con su farsa, y tú cooperaste mucho, incluso cavaste un agujero para ti misma. Si tengo los recursos para hacerles pagar, ¿por qué no los usaría?”
La cara de Rosa cambió de color, “Hermana, nunca pensé que te convertirías en lo que eres ahora, antes eras fría, pero al menos te importábamos. Antes eras tan buena…”
“¡Basta!” Selena gritó de repente, levantando la vista, mirando a Rosa con una expresión oscura, “¿Buena? Rosa, es repugnante escuchar esa palabra de tu boca. ¡Deja de perder el tiempo y arrodillate, ya que perdiste la apuesta!”
El silencio cayó instantáneamente.
Todos contuvieron la respiración y observaron la situación, sin saber cómo se desarrollaría.
Rosa palideció, se quedó paralizada, “Hermana, Raquel solo estaba bromeando…”
Selena levantó la cabeza, sin ganas de discutir más, con una expresión amenazante: “¿Te arrodillas o no?”
Rosa retrocedió involuntariamente y dijo débilmente: “Hermana… ¿Por qué eres tan intransigente?”
“Si hubiera perdido hoy, ¿me habrías perdonado? ¡No! ¡Porque este agujero fue cavado para mí desde el principio! ¡Solo que no esperabas caer en él tú misma! ¡Basta de hablar! ¡Arrodillense todos!”
Raquel, presionada hasta el límite, con el rostro rojo de ira, escupió, “¡Nadie se arrodillará ante ti! ¡Malvada!”
Selena se puso seria, se levantó de la silla,
avanzó, agarró la muñeca de Raquel y la sacó de detrás de Rosa.
“Malvada, ¡¿qué vas a hacer?!”
“¡Raquel!”
Raquel grito, Rosa intentó ir a ayudarla, pero Selena también le agarró la muñeca. Selena se agachó, pasó entre las dos y llegó a sus espaldas, Luego levantó una pierna y pateó con fuerza las rodillas de las dos.
¡Raquel y Rosa se arrodillaron en el suelo de manera humillante!
Todos estos movimientos se realizaron con precisión y perfección, casi en un abrir y cerrar de ojos, sorprendiendo a todos los presentes.
¡Incluido David en la pantalla del teléfono de Petrona!