Capítulo 1963
Alicia siempre tuvo claros sus deseos, y todos lo sabían.
Incluido Octavio.
Cuando ella le contó a Lisandro que Octavio había aceptado sus demandas sin condiciones, no se sorprendió en lo más mínimo.
Como si la reacción de Octavio ya fuera esperada por él..
Alicia tampoco pensó demasiado en ello.
El día que terminaron los exámenes de ingreso a la universidad, ella salió del aula y se sorprendió al ver a Octavio bajo la sombra de un árbol afuera.
Con un simple pantalón negro y camisa blanca, se ha recostado despreocupadamente contra el coche negro, con un cigarrillo delgado entre los dedos, llevándolo ocasionalmente a los labios.
Su presencia atrajo muchas miradas; algunos padres esperando en la puerta no dejaban de mirarlo, sin embargo, ninguno se acercó a conversar con él.
Parecía joven, pero su aspecto distinguido era innegable, incluso a distancia se podía sentir su ambiente gélido y su aire de distanciamiento.
Su aparición, era sin duda, una alegría para Alicia.
Había tirado su estuche en la papelera del aula y salió con las manos vacías. Al ver a Octavio, se abrió paso entre la multitud y corrió directamente hacia él.
Ella se caracterizaba por llamar bastante la atención.
Ya fuera por su belleza, su aura o su personalidad, todo en ella era libre, impetuoso y ostentoso.
Corrió hacia él, y sin necesidad de mirar, el hombre podía sentir su acercamiento.
Al aplastar el cigarrillo que estaba a medio fumar en el suelo, levantó ligeramente la cabeza, y un destello de luz cruzó por sus lentes de montura plateada.
Sus estrechos y oscuros ojos se ocultaron un poco detrás de ellos.
Pero incluso eso le añadía un toque de elegancia y madurez.
Con su fragancia única, el vestido de Alicia ondeaba mientras corría hacia él y se lanzó a sus brazos.
Su cuerpo suave y fragante se apretó contra él, sus delgados brazos rodearon con fuerza su cuello, colgando casi completamente de su cuerpo.
Cerca de su oído, se escuchaba su respiración acelerada y desordenada.
Incluso su aliento revelaba cierta felicidad.
“Octavio.”
Alicia ajustó su respiración aún en su abrazo, mantuvo la posición y habló junto a su cuello.
Su aliento cálido rociaba su piel.
Los ojos de Octavio se entrecerraron ligeramente.
‘El deseo que me pediste… Quiero que seas mi novio.*
Después de expresar esas palabras, lo abrazó aún más fuerte.
Octavio se quedó en silencio por unos segundos antes de hablar lentamente:
“Con la condición de que apruebes.”
“Definitivamente lo lograré.”
“Hablemos cuando tengamos los resultados.”
Alicia frunció el ceño, enderezó su cabeza y lo miró fijamente, “Ya te dije que pasaré, ¿no confías en mí o te resulta difícil salir conmigo por unos días más?”
Octavio respondió con indiferencia: “Es una cuestión de principios.”
De qué tontería de principio estaba hablando.
“Si realmente no paso, ¿significa que nunca podremos estar juntos en esta vida?”
Octavio esbozó una sonrisa y respondió con otra pregunta:
“Si realmente no pasas, ¿me dejarías en paz?”
Los ojos de Alicia giraron y negó con decisión, “Puedes olvidarte de eso, nunca me libraré de ti en esta vida.”
Mireia fue a la entrada y sacó su teléfono. Desde lejos, vio a dos personas casi abrazándose bajo el gran árbol frente a la entrada de la escuela.
Alicia colgaba descaradamente de Octavio, y él, apoyado en el coche, dando esa sensación de distancia, ahora permitía que Alicia se colgara de él como un perezoso. Una mano no la tocaba, pero su brazo se curvaba ligeramente detrás de la cintura de Alicia.
Incluso si Alicia retrocediera un centímetro más, él podría abrazarla completamente.
Menos intimidad, más protección.
De repente soltó una risa fría, levantó su teléfono y tomó una foto de los dos tal como estaban.
Mirando la foto en su galería, su mirada se volvió irónica.
Todavía podía escuchar la advertencia que Octavio le dio hace dos años.
Negó que su disgusto hacia ella tuviera algo que ver con su gusto hacia Alicia…
Le dijo que no se sobrevalorara demasiado…
¿Pero era realmente de esa manera?
Ahora, al pensar en ello, esas palabras solo significaban que él estaba alejando a Alicia de ella, sin ninguna relación con Alicia, evitando que ella pudiera desquitarse con Alicia.
Aunque ella pudiera desquitarse con Alicia, ¿qué podría realmente hacerle?
Alicia ya le había hecho pasar por peores humillaciones y, sin embargo, ella era la preciosa princesita de la familia Valdivia, protegida por su abuelo, armada por su padre, apoyada por todos en la familia
Valdivia
Ella siendo huérfana de padres y dependiendo de la caridad de otros, ¿qué podía hacerle a ella?
¿Qué era aquello a lo que realmente tenia miedo este hombre? ¿Había algo que realmente valtese la pena su preocupación?
Octavio, ¿es que no te das cuenta o no quieres admitirlo?”
¿Admitir que era tan común y corriente, superficial y vulgar como todos los demás? Enamorado de aquella consentida y arrogante joven llamada Alicia, pero que, ¿resultaba ser distinguida y hermosa?
Guardó su celular y observó fríamente a las dos personas a lo lejos, tragándose las lágrimas que luchaban por salir.
Cuando volvió a mirarlos, sus ojos estaban tan tranquilos como si nada hubiera ocurrido.
Alicia…
¿Hasta cuándo seguiría teniendo tanta suerte?
