Capítulo 1948
Octavio frunció levemente las cejas y luego se recostó en su silla, abriendo nuevamente el libro que había cerrado.
Sus ojos se enfocaron en el texto y su voz sono calmada, sin revelar ninguna emoción.
“No tienes chance.”
Su amigo frunció el ceño de inmediato, hizo una pausa de unos segundos y luego rodó los ojos con desdén.
“Para que sea un primer amor, tiene que haber algo de romance, ¿no crees? ¿No acabas de decir que no te interesaba esa persona?”
Octavio fijó su mirada en una palabra del libro, se detuvo por un instante y su semblante, que se había relajado, pareció volver a ensombrecerse en un instante.
“¿Puedes callarte?”
Conociendo bien el carácter de Octavio, Renato tomó un libro al azar y se acomodó en su silla, esperando a que Mireia
regresara.
Alicia, habiendo terminado su tarea, se sentó aburrida en el sofá, comiendo botanas y viendo una película.
Pero después de comer la mitad de las botanas y ver solo quince minutos de la película, apagó la televisión con el control remoto.
Subió las escaleras, sin saber qué hacer, tomó una almohada del sofá y se paró en la entrada del segundo piso, mirando de un lado a otro, hasta que su mirada se fijó en el extremo izquierdo del pasillo.
Después de dos o tres segundos, se dirigió hacia allá.
La habitación al final del pasillo era la sala de música, con un piano de cola blanco cerca de la ventana. Había otros instrumentos distribuidos por la habitación: violines, violonchelos, flautas, guitarras, todos con su propio espacio.
Alicia también tenía ciertos intereses y pasatiempos, aunque eran más bien una elección “forzada por las circunstancias“.
A pesar de que su padre la consentía, no podía permitir que se convirtiera en una mujer sin habilidades.
Canto, baile, tocar instrumentos musicales, pintura y hasta judo o artes marciales, eran actividades que Lisandro había puesto a su disposición para elegir.
Lisandro realmente esperaba que eligiera algo como el judo o las artes marciales para poder defenderse, pero Alicia ni siquiera consideró el baile.
Sin mencionar el esfuerzo necesario para mejorar la flexibilidad del cuerpo, solo de pensar en moverse y sudar en cada sesión, ya fruncía el ceño con disgusto.
La pintura requeria una paciencia inmensa y ella no se consideraba talentosa en eso. Cantar también le daba pereza, asi que solo le quedaba la música.
Después de todo, siendo parte de una familia prominente, tenía que tener una habilidad destacada para no deshonrar su nombre.
Al principio pensó que la guitarra era genial y aprendió a tocar, luego se interesó por el violin y también lo estudió, seguido del violonchelo. Después, al ver una película histórica, se enamoró del sonido del arpa y finalmente decidió que el piano también era una buena opción, así que consiguió uno.
Aunque a primera vista podría parecer que no era experta en nada, quizá la familia Valdiva tenía una genética privilegiada que le otorgó una mente aguda a Alicia, capaz de tocar cualquier instrumento de la habitación con destreza
Después de mirar alrededor, decidió sentarse frente al piano y empezó a tocar de manera aburrida, presionando fuerte una tecla y produciendo un sonido sombrío que reflejaba su estado de ánimo.
Tras tocar algunas notas discordantes, interpretó una melodía desconocida de manera desganada.
Hasta que el atardecer, con su luz anaranjada, se filtró a través de la ventana y tiñó de color el blanco piano, cuando la
música finalmente se detuvo.
Al volver a su habitación, tomó su celular, eran las cinco de la tarde y no habla ni una llamada ni un mensaje.
Se tiro en su cómoda cama y se quedó mirando el teléfono un largo rato, deslizando los dedos por la pantalla, deteniéndose varias veces en el registro de llamadas y la aplicación de mensajes.
Después de que Octavio la regañara, no le había hecho ninguna llamada ni enviado mensajes.
Solo le preocupaba toparse de nuevo con su mal humor.
Finalmente, lanzó el celular a un lado con frustración.
Se dio la vuelta y enterró la cabeza en la suave almohada, agarrándola fuerte por los bordes con ambas manos.
El único hombre que podía hacer que Alicia fuese tan prudente era Octavio.
La idea de que hubiese un segundo hombre como él, la hizo temblar. Que se largara. No quería complicarse más la vida.
Eran las seis de la tarde y el cielo todavía estaba claro. En la biblioteca, a Mirela solo le quedaban dos problemas sin resolver y Renato, el “sabelotodo” local, había estado mirando esas dos preguntas durante un buen rato, hasta que, cuando Mireia empezó a prestarle atención a Octavio, se rindió en silencio.
Por supuesto, Octavio había notado la pequeña vergüenza de Renato y tomó el cuaderno que Mirela le pasó, echándole un vistazo. Apenas había levantado la mano para empezar a escribir, cuando Mireia rápidamente le ofreció su boligrafo.
Tomando el boligrafo de manera natural, se puso a trabajar en el problema, su voz serena y tranquila llenaba el aire mientras leia y analizaba la pregunta.
En menos de dos minutos, plasmó la respuesta correcta en el papel en blanco frente a él, con una letra desenfadada y firme que traspasaba el papel, clara y ordenada.
“¿Entendiste?“, preguntó.
A pesar de que la voz de Octavio la había puesto nerviosa, Mireia realmente había entendido su explicación simple y ordenada.
Al ver que la chica asentía, también le explicó el otro problema.
“¡Ah, ya veo cómo es!“, exclamó Renato, que parecía haber tenido una epifanía. Octavio lanzó el bolígrafo sobre la mesa y se levantó con el libro que había estado leyendo.
“Por hoy es suficiente“, dijo.
Mireia sintió una oleada de decepción, miró la hoja donde Octavio había resuelto el problema y estaba a punto de decir algo cuando Renato la interrumpió.
¿Así que con explicarle es suficiente para ti?”
Ese comentario hizo que Mireia apretara los labios con fuerza. Si no hubiera entendido, tal vez la reunión no habría terminado tan pronto.
Sin embargo, Octavio solo le echó un vistazo a Renato con indiferencia. “¿No acabas de entenderlo?”
Renato se pasó la mano por el cabello “¿Entender yo no significa que Mirela también lo haga, verdad?”
Pero Octavio solo le lanzó una mirada fría a Renato y sonrió con desdén, antes de irse a devolver el libro.
La risa burlona de Octavio hizo que Renato se diera cuenta de repente de lo que estaba pasando.
Su expresión satisfecha se congeló y luego se transformó en enojo.
Se volvió hacia la chica y preguntó, “¿Qué quiso decir con eso?”
Mireia sonrió incómodamente y tomó cuidadosamente la hoja con la solución de Octavio, colocándola entre las páginas del libro.
Aunque realmente habia querido decirle a Octavio que no había entendido, ahora no tenía el valor de hablar.
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de
Sonar Counge con Mida a extraño.
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Renato, contacto, como un camino diferente al de ellos.
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La comde duo casure howa ya imal sob cuando Lorena no pudo soportar más la creciente fraldad de Octavio, la
eunion lego estim
Can Mrea regreso a su case ya eran las acho y aun levata apretado contra su pecho el libro de matematicas.
Alca la se taba escano, vistenzo un piama de seta con estampa de piñas abrazando un coimy recimada en el sofa VEND UNDgala de varerades en la terson Sobre a mesta de centro reposaba un vaso de leche caliente que air ectate vanot.
En la case toobs saban que Aica tena que tomarse su vaso de leche antes de dormir.
Parecia que recer o raba calentado y aim no to naba probado.
Cuando Mrea regresi, era natural que los empleados de la cese le recibieran.
Yoan Alce en la sala tamben estaba al tamio.
Sin embargo, las dos nunce rabian tenido mucho de qué hablar, Alicia apenas le lanzó una mirada indiferente y volvió a enfocarse en la pantalla del televisor.
La mochia de Mireia fue recogida por uno de los empleados, pero ella se negó a entregar el libro que llevaba consigo, incluso durante el proceso de cambiar sus zapatos no sotto el libro.
Señorta Mireia, su cena està guardada.”
“Ya cene.”
El tono alegre de Meia era raro de escuchar en casa, asi que el empleado no pudo evitar darle una mirada extra
Lisandro, al parecer escuchando el ruido, bajo las escaleras.
Aunque Mireia estaba de buen humor, Alicia inesperadamente se levanto del sofa, aun abrazando el cojin, y por primera vez se le vela un semblante escuro y nublado.
¿Acaso la familla te ha descuidado y te estás muriendo por los pocos centavos que cuesta una llamada telefonica? ¿No podias avisar con anticipación que no vendrías a cenar? ¿Sabes cuánto tiempo estuvo papá esperandote para
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Alcia estaba de muy mal humor ese da
Todos estaban caminando sobre cáscaras de huevo, cuidandose de no molestar a la pequeña princesa de la casa.
Mela, sin darse cuenta habia tropezado con su ira
La sorpresiva agresión verbal de Alicia borró la sonrisa del rostro de Mireia en un instante.
“No de que tenian que esperarme para cenar
Alicia habia dicho mucho esperando solo una sincera disculpa de Mireia
Aunque no la estimar, no podia hacerte nada
Ele estaba de mal humor, pero no tenia intención de desquitarse con la chica.
Sin embargo, la respuesta de Mireia encendió la ira que habia estado reprimiendo.
Resulta que hemos estado alimentando a una ingrata en casa durante este tiempo!”
Basta Alcal
Lisando la regaño y su tono fue bastante duro.
Mirela le echó una mirada a Lisandro y tragandose las palabras insultantes de Alicia, dio con los labios apretados: “Lo sento malmente no considere las cosas no volvera a pasar
Esta ben si va comate mejor sube a descansar
Antes Lisandro pensaba en mejorar la relación entre las dos chicas para que no se sintieran solas, pero ahora solo queria separarias lo antes poble
Mirela aspro y echo un vistazo a Alola que estaba parada frente a ella.
Ella la miraba friamente aparentemente no estaba dispuesta a dejarla ir tan fácilmente.
Rechazas a la familia Valdivia y al mismo tiempo disfrutas cómodamente de todo lo que te ofrece la sinceridad de los demás te parece bipocresia? Que tan noble to cres? Esperas que todos se desvivan por agradarte? ¿Por que? Mireia, la famila Valdivia no te debe nada al menos no los Valdivia Pero sempre andas con esa cara de quien viene a cobrar una deuda, no te das cuenta de lo desagradable que es eso? ¿0 es que eres una igrata y lo haces a propósto para molestar?
Lisandro se setia abrumado
“Alicia ya basta!
Eta lo mro. Yo soy tu bija no me siento tan agraciada, pero de cualquier mares, es un agravio. Yya escuchaste, ni siquiera agradece tu sincera preocupación, es una desagradecida estis seguro de que queres segur regañandone por ela?
Después de esas palabras, no dejó si un poco de dignidad para Mireia incluso alguien aferente se sentra berido.
Mirela, con los ojos ardientes y rojos queria replicar pero las palabras de Alicia no le dejaban espacio para responder
“Entonces, ¿qué? Ya pedi disculpas
Alicia seguia con el rostro desencajado Ahora no sabes que hacer?
Mireia no encontraba que responder “Qué es lo que queres en realidad?
“Basta ya, por favor Me están dando dolor de cabezal Miela, sube a descarse
Atver la expresion de Lisandro, cargada de intación, Mireia apretó los labios y en un impulso, le amebató la mochila a una de las sirveetas que estaba al lado.
La sirvienta, tomado por sorpresa, affojó el agame instintxamente y Mireia se desequilibro por la reacción tambaleandose baca ela. En un esforzo por mantener el equilibro, el contenido de su mochila se esparco por el
Algo que estaba dentro del libro se deslizó por el piso y terminó cerca de los pies de Alicia.
Ella, con un gesto de disgusto, levantó su pie para apartar lo que había caído a su lado, pero al bajar la mirada, sus ojos se toparon con una hoja de papel que yacía boca arriba, llena de palabras escritas.