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La Caída y el Rescate del Amor Capítulo 1945

Capítulo 1945

“¿Por qué me estás quitando puntos? ¡Mi respuesta es correcta!”

Alicia señalaba la última pregunta de su examen, de la cual Octavio le había descontado una buena cantidad de puntos, frunciendo el ceño en señal de descontento.

Él giró la hoja y anotó ochenta y nueve puntos en ella.

“Octavio, debería tener noventa y cinco.”

“Sin proceso, que te deje cuatro puntos es un regalo.”

Alicia torció la boca, “El proceso no importa, lo que cuenta es el resultado final.”

Octavio la miró con indiferencia, “Quizás puedas ir a discutirlo con el maestro que te calificó, puede que te devuelvan los puntos.”

Viendo que Octavio no estaba de buen humor, Alicia no insistió más, “Bueno, la próxima vez lo escribiré y ya.”

Él se levantó, le lanzó el examen y dijo, “Escribe el proceso diez veces, si no lo terminas, no hay almuerzo.”

“Octavio…

“Intentar regatear solo duplicará la tarea. La interrumpid

Alicia lo miró con furia, “¿Quién está regateando? Solo quería decir que tengo sed!”

El salió de la habitación sin más.

Bajó al comedor, sacó una botella de jugo de frutas, lo vertió en un vaso y ordenó a un sirviente llevarlo arriba.

Luego se dirigió a la puerta de la cocina y dijo con calma: “Postergaremos el almuerzo media hora.”

Los sirvientes, ocupados, se detuvieron al escucharlo y luego dijeron: “Joven, la comida ya casi está lista y la señora está hoy en casa.”

“Entonces que ella coma primero.

Yo no tengo mucha hambre, no me importa esperar,”

Justo cuando terminó de hablar, la voz despreocupada de Lorena resonó detrás de él.

“Pero yo si tengo hambre y ¿qué tal la pequeña huésped que tenemos en casa?

No está bien dejar que pase hambre, ¿verdad?”

“Todo es gracias a ella,”

Lorena frunció ligeramente el ceño, “¿Así que es por ella que tengo que pasar hambre? Bien, me aseguraré de recordárselo, su arrogancia y orgullo han llegado a mi casa.”

Octavio frunció el ceño ligeramente, “Nunca dije que tenias que esperarla.”

Mientras veia a Octavio pasar junto a ella, Lorena le preguntó: “¿Te preocupa que yo tenga prejuicios contra ella?”

Su hijo se detuvo por un momento, “No.”

Lorena se envolvió en su chaly se dirigió hacia fuera, “Pensé que al llegar a la familia Valdivia, Mirela tendría más facilidad para integrarse habiendo otra niña de su edad cerca. Pero parece que fui demasiado optimista. La niña se saltó un grado y la distancia entre ellas aumento, seguramente Mireia no lo está llevando bien.”

“Ella pertenece a la familia Valdivia, lo que quiera hacer es asunto de su familia o un asunto personal, en cualquier caso, no es algo por lo que debas preocuparte ahora.”

Lorena se sentó en el sofá, ajustándose la ropa, después de un momento respondió de manera obvia y condescendiente: “Supongo que tienes razón.”

Octavio la observó en silencio por dos segundos, “Recuerda comer a tiempo, no tienes que esperamos.”

Terminando de hablar, subió las escaleras.

Alicia sostenia un vaso de jugo de frutas y escribia de manera desinteresada en su cuaderno con la otra mano.

Al ver su mala cara, ella dejó el vaso, “¿Estás de mal humor por el hambre? Podrias castigarme después de comer, ¿qué tal si lo consideras? ¿Por qué no comemos primero?”

Octavio la miró con un frialdad inusual

Con una sonrisa, Alicia le pasó el resto del jugo, “Toma esto para calmar el hambre, dame diez minutos y estaré lista para almorzar contigo.”

Le puso el jugo en las manos y sin más, se volvió hacia su escritorio, “Esto no es un poco masoquista? Te niegas a dejarme comer, pero tampoco quieres comer solo. Aunque es un castigo para mi, en realidad te estás castigando a ti mismo, ho?”

“¿Quieres que traiga el almuerzo aqui y coma frente a 117”

Alicia hizo una mueca de disgusto, “Comer en el dormitorio deja olor”

“¿Incluso si comes poco?”

olor

“¿Se puede comparar un snack con una comida completa?”

aylo

Octavio no quiso seguir discutiendo con ella, echó un vistazo al jugo en su mano y lo colocó al lado de ella, “Terminalo”

Alicia la tomo, se lo llevó a la hoon y mientras bebila, le preguntó, “¿No se suponía que te lo iban a beber?”

Octavio miró cómo Alicia terminó su jugo de quanábana en unos cuantos sorbos y se sumergió de nuevo en su

escritura.

Con un gesto pensativo, so sentó en la orilla de la coma para continuar con su libro, pero no pasaron ni diez minutos. cuando Alicia soltó un largo suspiro y ne puso de pie.

“Listor

Octavio la miro con una love sospecha on los ojos, lo que hizo que ella frunciera el celo de inmediato, “¿Qué es esa mirada? He puesto todo mi esfuerzo para que no pasos hombre, ¿nhos?”

Ci se acercó a mirar el cuaderno de Alicia y a posar de las diez repeticiones, el trabajo em aceptable.

“Vamos a comer

Ella hizo un puchero ante su frialdad, pero aun así lo alguló.

Albajar las escaleras no vieron a Lorena; la empleada dijo que ya habla comido. Lorena siempre habla tenido un apetito moderado y eso no habla cambiado con los años. Al contrario, le hacia blen a ou salud.

Habla un banquete listo, con ingredientes muy nutritivos.

Comer el almuerzo alli ya era una costumbre para Alicia.

“Mañana empiezan las clases, ¿qué tal si salimos a pasarla blon esta tarde?”

Octavio la miró con indiferencia, “Si no quieres estudiar, mejor regreso a casa después de comer.”

“Qud aburrido.”

El apreto los labios, lanzándole una mirada gólida.

Ella rápidamente tomó un sorbo de bu sopa para evitar su mirada.

“Tendrás otro un examen en la tarde.”

Como era de esperarse, el último dia terminaron encerrados en la habitación haciendo cosas relacionadas con los

Octavio, en realidad, le estaba dando clases de repaso a Alicia, incluso le enseñó material de segundo año, asi que cuando empezaron las clases no solo no se sintió agobiada, sino que todo le parecia bastante fácil

Octavio tenía su vida de estudiante de secundaria muy organizada.

Aunque Alicia quería pasar más tiempo con él, Octavio claramente no tenía la intención de liberar tanto espacio en su agenda.

Ni siquiera los fines de semana tenía mucho tiempo libre.

Lo más que hacian era que Alicia se colaba en

su casa p para estudiar con él.

Pero aparte del estudio, parecian tener pocos otros temas de conversación.

Alicia nunca habla sido de las que se reprimia.

Excepto con Octavio.

No solo ella, sino quienes la rodeaban, encontraban extraño su comportamiento.

La señorita Valdivia, siempre tan impetuosa y poco considerada con los demás, ahora parecia ceder por alguien más.

Pero Lisandro, que siempre habia consentido a Alicia, no estaba contento al ver a su preciosa hija tan aburrida.

Le habia sugerido salir a distraerse más de una vez, pero ella no parecía tener interés.

La vela pegada al celular o viendo televisión en el sofá, tan aburrida como podia.

Solo los fines de semana veía un poco de entusiasmo en ella.

Sabia bien cuál era la razón de su comportamiento.

Con el semestre acercándose a su fin y sin ver a su hija planear nada para los fines de semana, decidió hablar con ella, pero la chica solo mostraba desinterés y resignación.

“¿Es que es tan dificil de entrar en la universidad? ¿Incluso Octavio tiene que esforzarse tanto? El es muy inteligente, deberia ser fácil para él, ¿no? Pero parece que no tiene mucho tiempo libre.

¿Papá podrías ayudarlo a ingresar a la universidad?”

Alicia no terminó de hablar y se negó a sí misma con un movimiento de cabeza.

“No, él nunca aceptaria ese tipo de arreglos”

Lisandro acarició su cabeza, “Sl. Además, él realmente deberia esforzarse más que los demás.”

Asi podria confiarle con tranquilidad a su preciosa hija y el futuro de la empresa,

“Mmm.” Alicia abrazó sus rodillas, apoyando la barbilla en ellas, sin mostrar gran reacción a las palabras de Lisandro.

“Odio la secundaria.”

Lisandro sonrió, “Ve de compras esta tarde, encontraré a alguien que te acompañe.”

Su hija negó con la cabeza, “No tengo muchas ganas de salir.”

Antes de que terminara de hablar, Mirela bajó las escaleras con un suéter y su mochila en mano, manteniendo una expresión contenida en su rostro. Era raro ver una emoción genuina en su cara, algo que Alicia notaba con frecuencia. Mirela tenía toda la actitud de una señorita distante y orgullosa.

Habiendo vivido con ellos por medio año, habla cambiado mucho, desde la forma de vestir hasta el comportamiento, adoptando poco a poco los modales de una dama de sociedad.

A pesar de su familiaridad con la familia Valdivia, su relación con Alicia seguía siendo fría y distante.

Al ver a Lisandro y Alicia en la sala, Mirela dudo un momento, luego saludó a Lisandro y mencionó que tenía planes de ir a la biblioteca a estudiar con alguien.

Lisandro siempre era liberal con Mirela. Más allá de su profunda relación paterno–filial con su hija, intentaba tratar a Mireia de la misma manera que a Alicia.

Alicia no tenía mucho que decirle a Mirela, simplemente la miró brevemente antes de desviar la vista.

Últimamente, Mireia estaba perfeccionando su papel como señorita de la alta sociedad, al menos en cuanto a su vestimenta, había mejorado bastante.

Se notaba que ponía más cuidado en su atuendo que antes.

Pero quizás algunas personas simplemente no congenian por naturaleza. A pesar de ser de la misma edad y tener todo para ser amigas, parecian tener una aversión natural la una hacia la otra.

Después de que Mireia se fue, Alicia se quedó sentada en el sofá por un rato antes de subir a su habitación. Habial estado posponiendo sus tareas todo el día y todavia no las había terminado..

Hablan movido un escritorio a su habitación a propósito, con una disposición similar a la del cuarto de Octavio.

El rendimiento académico de Alicia había bajado junto con su estado de ánimo, debido a sus encuentros cada vez menos frecuentes con Octavio.

Se apoyo en el escritorio un buen rato y luego, por costumbre, marcó el número de Octavio para consultarle un problema.

Era algo que habia hecho incontables veces, tanto que cuando Octavio contestó la llamada, su tono de voz era claramente impaciente.

“Alicia.”

“¿SI?”

“Ese tipo de problemas se resuelven aplicando la fórmula, ¿estás segura de que necesitas preguntarmelo tantas

veces?”

“Claro que sí. Tú sabes bien qué es lo que quiero decir,”

Viendo que Octavio no estaba de buen humor, bajó la mirada con tristeza, “La verdad es que no puedo resolverlo. Últimamente me está costando mucho, profesor Octavio, te necesito

“No tengo tiempo, cualquier duda que tengas puedes preguntarle a tus compañeros o profesores.”

“Octavio, deberias saber que no quiero preguntarle a ellos.

“Alicia, su voz contenia cierta frialdad, “querer o no querer es asunto tuyo, ya te dije que no tengo tiempo para tus juegos.”

La actitud de Octavio frustró a Alicia por un momento, pero después de un par de segundos reprimió su enojo.

*¿Realmente estás tan ocupado?”

“No tengo to

“No tengo tanto tiempo para perder en bromas.”

Alicia pausó un momento, desilusionada, antes de responder con un desganado “Oh. Entonces, sigue con lo tuyo.”

Octavio se detuvo al otro lado de la linea y su tono pareció suavizarse un poco, “Mhm“, dijo después de unos segundos, solo entonces se escuchó el sonido del teléfono colgando.

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