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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado Capítulo 761

Capitulo 761

Marisol sabia muy bien to que queria. Rodrigo tenia que lener algo importante que decir para venir a visitarla tan tarde. Asi que se giro hacia su prima y le dijo. “Sayna, sube a la habitacion, por favor.”

Como la ultima vez, su prima, que se habia instalado en su casa, subió las escaleras renuentemente. mirando atrás a cada paso que daba.

Sin siquiera sentarse en el coche, los dos se quedaron de pie frente al capó. Marisol tomó la iniciativa y le pregunto, “Rodrigo, ¿que haces aqui tan tarde?”

Rodrigo hizo una pausa antes de responderle, “Marisol, he venido para despedirme.”

¿Despedirte?” Marisol estaba ligeramente sorprendida.

“Si.” le confirmo Rodrigo con un asentimiento. Con calma, continuo, “He decidido dejar Costa de Rosa y emigrar a Australia. Ya sabes, mi matrimonio con Sissy fue en parte forzado, en parte seducido, y estos años he logrado lo que tengo gracias a mi exsuegro. Aunque ahora me he liberado y he recuperado mi libertad, la gente sigue recordándome por ellos, así que quiero empezar de nuevo en otro lugar.”

“El terreno que se está construyendo al norte del río, ya se lo he pasado a otro encargado, y he vendido todas mis acciones. Mis padres también se vendrán conmigo. Esta noche solo quería despedirme brevemente de ti. Tal vez después de esta despedida, no sabré cuándo nos volveremos a ver.”

Marisol no se esperaba tal decisión de su parte, pero aunque estaba sorprendida, también lo encontró comprensible. Sonrió y asintió, “Bien, entonces te deseo un nuevo comienzo.”

“Marisol espero que tú también puedas tenerlo,” le dijo Rodrigo con una mirada firme.

“Yo…” Marisol abrió la boca para responderle.

Pero Rodrigo la interrumpio, soltando de repente, “De hecho, ya sé lo de ti y el Sr. Pinales.”

“…” Marisol se quedó sin aliento por un momento.

Al ver su confusión, Rodrigo le explicó. “La noche que oi la noticia y llegué al hospital para llevarte a ti y a Sayna a casa, escuché sin querer las cosas que ella te decía en el coche.”

Al oír esto, Marisol sacudió la cabeza y sonrió con amargura, “Parece que ambos estamos en la misma situación, después de cuatro años nos hemos divorciado.”

“Marisol, sé que no es el momento para decirte esto, pero aun asi no puedo evitarlo. Quiero confirmarlo por última vez…” Rodrigo hizo una pausa, su mirada brillando bajo la luz del alumbrado público, “Cuando descubriste lo mio con Sissy y luego volvi al pais para buscarte, te pedi que me esperaras tres o cuatro años. Aunque ahora me parece muy difícil, si tú quisieras, yo…”

No terminó la frase.

Marisol no le respondió, solo lo miró con ojos tranquilos.

Rodrigo parecia arrepentido y sentia que acababa de meter la pata, ya que habia reconocido hace cuatro años que había perdido el derecho de amarla, y no merecia tenerla. Se disculpó de inmediato, “¡Lo siento!”

Marisol solo negó con la cabeza levemente.

Con una sonrisa de resignación en su rostro, Rodrigo le dijo. “Ya es muy tarde, sube y descansa. Tras despedirme de ti, me voy sin remordimientos.”

“Está bien, adiós,” le dijo Marisol levantando la mano en señal de despedida.

Después de un breve gesto de asentimiento y una sonrisa mutua, ella se giró y entró en el edificio. Apenas

habla dado unos pasos cuando escucho la voz de Rodrigo a sus espaldas.

“Marisol, ¿estás… enamorada de él?”

Marisol se detuvo bruscamente, con sus pasos congelados en los escalones

Su corazon parecia un campo de batalla, con polvo y estruendo por todos lados. Sus manos, colgando a los costados, se cerraron fuertemente en puños. Al final, no le respondio y simplemente se apresurò a subir lar escaleras y entrar en el edificio.

Rodrigo observo cómo ella desaparecia de su vista y esbozó una sonrisa amarga pero comprensiva,

Hace casi cuatro anos, el le había hecho una pregunta similar. Y como ahora, ella no le habla respondido. Pero hoy, cuatro años despues, el ya podia adivinar su respuesta.

Rodrigo levanto la vista hacia la luna, se metió en el coche y se marchó sin mirar atrás.

Al llegar el domingo, Marisol acudió en taxi al restaurante como hablan quedado. Después de bajarse del taxi, consulto el número de la mesa en su mensaje y le pregunto a un camarero. Subió al segundo piso y vio a Gisela, que ya se habia levantado y le hacia señas.

Al llegar a la mesa, Marisol no pudo evitar poner una expresión cómica y le preguntó en voz baja. “Gisela, ¿qué está pasando? ¿Cuál de ellos es?”

“¡El de la izquierda con galas!” Gisela le respondió en un susurro igualmente discreto.

La mesa estaba en una buena ubicación, junto a la ventana, con un mantel blanco sobre ella. Cuando Marisol se acercaba, notó que frente a Gisela no habla solo un hombre, sino dos.

Tragó saliva y señaló con discreción al hombre de al lado. “¿Y cuál es la historia con el otro?”

La expresión de Gisela cambió a una de incomodidad, y le explicó en voz baja. “Eh, me acaba de decir que como escuchó que te divorciaste y no queria que te sintieras fuera de lugar, se trajo a su primo soltero para que quizás pudieras conocerlo…”

Marisol se sintió completamente desorientada.

Si no fuera porque había prometido a Gisela ayudarla a evaluar a su cita, ¡habría salido corriendo del lugar!

Miró de nuevo al supuesto primo, que parecia decente y educado, pero claramente no era joven, facilmente tendria más de treinta y cinco años.

Recordando que Gisela le habia mencionado que era un divorciado, Marisol se lleno de resentimiento.

¿Realmente habia perdido tanto su atractivo?

Gisela se disculpaba sin cesar. “Marisol, lo siento! Yo no sabia nada antes de venir, no imagine que seria tan ‘considerado. Es solo una comida, después puedes darle largas, no tienes que prestarle atención a su primo.”

“Entiendo…” Marisol asintió en silencio.

Luego, intentó llamar la atención lo menos posible, concentrandose en su comida, pero ultimamente su estómago no estaba bien y a menudo les hacia rechazo a algunos alimentos.

A mitad de la cena, Gisela le preguntó que opinaba de su acompañante. Tras una observación seria, Marisol le dio una evaluación bastante sensata, “Es un hombre práctico y honesto, podria considerarse un buen partido para casarse.”

Al levantar la vista, el primo divorciado le sonrela. Marisol se sobresalto y rápidamente desvió la mirada. En la entrada del restaurante, un camarero estaba llevando a unos clientes recien llegados hacia adentro.

Vestido con ropa de color gris carbon que acentuaba su figura atlética y bien proporcionada con facciones habla dado unos pasos cuando escucho la voz de Rodrigo a sus espaldas,

“Marisol ¿estas… enamorada de el?”

Marisol se detuvo bruscamente, con sus pasos congelados en los escalones.

Su corazon parecia un campo de batalla, con polvo y estruendo por todos lados. Sus manos, colgando a los costados, se cerraron fuertemente en puños. Al final, no le respondio y simplemente se apresuro a subir las escaleras y entrar en el edificio.

Rodrigo observo como ella desaparecia de su vista y esbozo una sonrisa amarga pero comprensiva.

Hace casi cuatro anos, el le habia hecho una pregunta similar. Y como ahora, ella no le habla respondido. Pero hoy, cuatro años después, el ya podia adivinar su respuesta.

Rodrigo levanto la vista hacia la luna, se metió en el coche y se marchó sin mirar atrás.

Al llegar el domingo, Marisol acudio en taxi al restaurante como habian quedado. Después de bajarse del taxi. consultó el número de la mesa en su mensaje y le preguntó a un camarero. Subio al segundo piso y vio a Gisela, que ya se habia levantado y le hacia señas.

Al llegar a la mesa, Marisol no pudo evitar poner una expresión comica y le preguntó en voz baja, “Gisela, ¿que está pasando? ¿Cual de ellos es?”

“¡El de la izquierda con gafas!” Gisela le respondió en un susurro igualmente discreto.

La mesa estaba en una buena ubicación, junto a la ventana, con un mantel blanco sobre ella. Cuando Marisol se acercaba, notó que frente a Gisela no habia solo un hombre, sino dos.

Trago saliva y señaló con discreción al hombre de al lado. “¿Y cuál es la historia con el otro?”

La expresión de Gisela cambio a una de incomodidad, y le explico en voz baja, “Eh, me acaba de decir que como escuchó que te divorciaste y no queria que te sintieras fuera de lugar, se trajo a su primo soltero para que quizás pudieras conocerlo…”

Marisol se sintió completamente desorientada.

Si no fuera porque habia prometido a Gisela ayudarla a evaluar a su cita, ¡habria salido corriendo del lugar!

Miró de nuevo al supuesto primo, que parecia decente y educado, pero claramente no era joven, fácilmente tendría más de treinta y cinco años.

Recordando que Gisela le había mencionado que era un divorciado, Marisol se llenó de resentimiento..

¿Realmente había perdido tanto su atractivo?

Gisela se disculpaba sin cesar, “¡Marisol, lo siento! Yo no sabía nada antes de venir, no imagine que seria tan ‘considerado”. Es solo una comida, después puedes darle largas, no tienes que prestarle atención a su primo.”

“Entiendo…” Marisol asintió en silencio.

Luego, intentó llamar la atención lo menos posible, concentrándose en su comida, pero últimamente su estómago no estaba bien y a menudo les hacia rechazo a algunos alimentos.

A mitad de la cena, Gisela le preguntó que opinaba de su acompañante. Tras una observacion seria, Marisol le dio una evaluación bastante sensata. “Es un hombre practico y honesto, podria considerarse un buen partido para casarse.”

Al levantar la vista, el primo divorciado le sonreia. Marisol se sobresalto y rapidamente desvio la mirada. En la entrada del restaurante, un camarero estaba llevando a unos clientes recien llegados hacia adentro..

Vestido con ropa de color gris carbon que acentuaba su figura atlética y bien proporcionada, con facciones

marcadas y guapo, y especialmente esos ojos encantadores que capturaban la atención, Marisol no pudo evitar decirle. “Gisela, creo que he visto a Antonio.”

“¿El Dr. Antonio?” Gisela se sorprendió.

Marisol asintió y luego se llevó la mano a la cara, “SI, y también… ja Hazel!”

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