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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado Capítulo 675

Capítulo 675

La luz del sol se filtraba a través de las rendijas de la persiana y caía sobre la oficina.

De espaldas a la luz, Marisol apoyaba su barbilla en la palma de su mano, distraída frente a la computadora, aún resonando en sus oidos la voz ronca y entrecortada de Antonio de la noche anterior.

Marisol, creo que ya no puedo vivir sin ti…

Esas últimas palabras, como si tuvieran una cola, revoloteaban persistentemente en su corazón.

Aunque se dice que las palabras de un hombre en la cama no son nada confiables, ella no podía evitar que aquellas palabras agitaran su corazón.

Gisela le dio un pequeño empujón a la silla y, riendo, le dijo, “Marisol, ¿en qué amor estás pensando?”

¡No es verdad!” Marisol negó con irritación.

*Claro que sí, ¡mira cómo te has puesto de roja!” Gisela le señaló con diversión, parpadeando insinuante, “Ja, ja, déjame adivinar, seguro estás pensando en tu Dr. Antonio.”

El rostro de Marisol se enrojeció aún más, y fingió lanzarse sobre Gisela para estrangularla, cuando el teléfono de Gisela sonó.

Gisela rápidamente le pidió clemencia y, entre risas, contestó la llamada, pero su expresión cambió de repente al escuchar lo que le decían, y le preguntó con voz alterada, “¿Qué? ¿Transferir? ¿De hospital?”

Colgó el teléfono y Marisol dejó de lado las bromas, preguntándole con preocupación, “Gisela, ¿qué pasó?”

“¡Es algo sobre Nina!” Gisela frunció el ceño, aparentemente enfrentándose a un problema complicado, y sin dar más explicaciones, comenzó a recoger sus cosas, “Marisol, te contaré más tarde, jahora tengo que pedir permiso al editor en jefe!”

Marisol asintió y la advirtió con preocupación, “Está bien, pero no te apresures demasiado y ten cuidado en la carretera.”

Luego continuó con su ajetreado trabajo y, después de una reunión por la tarde, su teléfono sonó mostrando el nombre de su prima. Después de dejar de teclear, contestó, “¿Hola?”

“Prima, estoy en el hospital“, le anunció Sayna.

“¿Qué te pasó?” Marisol le preguntó ansiosamente.

“¡Ay, tuve un accidente de tráfico!” Sayna le dijo con tono de voz que daba lástima.

“i¿Qué?!” Al oír la noticia, Marisol se puso de pie de inmediato y le preguntó apresuradamente, “¿Es grave? Sayna, ¿dónde estás, en qué hospital estás? ¡Voy para allá ahora mismo!”

Sayna le dijo, “¡Estoy en el hospital de Antonio!”

Rápidamente tomó un taxi hasta el hospital y, tras pagar rápidamente, Marisol corrió hacia el edificio.

Al abrir la puerta de la habitación, vio a su prima Sayna ya vestida con la bata de hospital, sentada en la cama con un vendaje en la frente y una ligera mancha de sangre filtrándose, y su pierna derecha enyesada y elevada.

A pesar de algunas heridas visibles, parecía estar de buen ánimo y se veía saludable.

Marisol suspiró aliviada, y al lado de su prima estaba un joven vestido a la moda, con casco de moto en mano, que rápidamente lo reconoció como el novio de Sayna por las fotos que le había mostrado.

Y en el otro lado de la cama, con su estatura erguida y vistiendo una bata blanca, estaba Antonio.

Al oír los pasos, él giró levemente la cabeza hacia ella y le dijo, “¡Llegaste!”

“Sí…“, le contestó Marisol con timidez.

No esperaba que su prima de repente la llamara diciendo que había tenido un accidente y que había ido a buscar a Antonio. Frunció el ceño y le preguntó, “Sayna, ¿qué pasó realmente?”

By se cased a caretamber bajo la cabeza e do seven veran

Kingin scordanta de tráfico na stovdo y maentiras ban en moto Sayma repletamente su culpa

uptura amorosa, no le sorprendió que su prima

penders tords racionalidad cuando estaba enamorada pero son as se sinto frostrada y enfadada

servando a Antonio con sus manos en los bolsillos de ay bata blanca, Mansof acres culation. En teoria, habla varias clinices cerca de la escue de Sama pero por alguna razón habia seminado en el hospital privado más lejano

la confromé “Por qué to me buscaste primers cuando tuiste el accidente? Colo

me Same después

cufado es doctor, claro que tengo que buscado a 61° Sayra le respondió con toda la castro del mundo. “Cuando me levaron a emergencias, mi cuñado ya había hablado con el ortopedista y hasta pagó mi venta medica”

Marisol mondo su labio, “Como le dijiste?

mento de la prisa inicial no se habia detenido a pensar en el término que su prima usaba, pero ahora que la

dear outado‘ una y otra vez, le soraba en los cidos como un mosquito

“Ouñado, por supuesto” Sans parpadeo y luego gró su cabeza hapa Antonio, su tono de voz sonaba tan natural como a lo hubes lamado así muchas veces antes, “Ouflado, después de quitarme el yeso, estaré bien? Aparte de la dieta, hay algo mas que debateer en overa?

Antonio levarso una ceja, y su sonnica de curó ligeramente, como si no tuviera ningún problema con la forma en que lo llamaba, y le do instocoones con una voz sar Pecuerda exter movimientos brossos para no desplazar nuevamente el hueso facto Kerks, durante el periodo de recuperación, mantén la piema derecha elevada, y procura no dejara colgar Ya he hablado con el equipo de ortopeda, si hay alguna hinchazón severa, llama a la

“Gracias, oufador Sayna le dio dulcemente.

Manool observace como hablaban los dos, entrelazando incómodamente sus manos.

Cuando la botela de mediona estaba a punto de acatarse, Sayma de repente recordó algo y le dijo apresuradamente, “Ah. primal Hay algo más Cres que nuestros padres están por llegar. Cuando tuve el accidente, también me lastimé la cabeza y sangé bastante, mi novio se asustó y llamó a papá y mamá por teléfono. Tomaron un taxi hasta aquí y supongo que ya deben esta cerca de Costa de Rosa‘

Marsol fororó el ceño al escuchar esto

Aunque no quefa geoopra sus fios, sabía que Perla y Jordi estarian inquietos al saber que su hija había sido hospitalzada Asrtó, “Está bien, voy a bajar a recibiros en un rato.”

Media hora después, Marisol y Antonio salieron juntos del ascensor

Antonio tenia consulta ese da en la cínica, pero después de sobir la lamada de su prima herida, pidió a un compañero de trabajo que lo cubriera y se dedicó a cuidara

Mansol, con las manos detrás de su espalda, dudó antes de hablarle, “Sayma dijo que pagaste tú los gastos médicos, couánto fue? Yo te lo devuelvo

No hace falta, no fue mucho” La voz de Antonio sonaba despreocupada.

Mansol sabia que, dada su posición, a él no le preocuparía esa cantidad de dinero Mordiéndose el labio, finalmente se atrend a decide, “Antonio, lamento las molestias que mi prima te ha causado, you ́

Antonio la miró de reojo y la interumpió con indiferencia, “Ella es tu prima.”

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