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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado Capítulo 648

Capitulo 648

kwa fue la peusmea idea que enso au mente, y su corazón so gestará al instante

No era de extrañar que algo le habla pareti estraño al aber la puerta, normalmente tenia que girar dos comatures, pens her set habia glada una para entier. Desde el dia que el far. Cratillo le permitió vivic alli, siempre habla estado mts en la casa, era imposible que hulston olta personal

Maisol escucho atentamente, el ruids proventa de la cocina

Respro profundamente y agano un jarón de porcelana antigua que palatia decorando encion de un mueble. Avanzó con pasos ligeros hacia el sonido, mientras sacaba silenciosamento ou celular del bolsillo

Pasando por el vestibulo y siguiendo la pared, se acercó poco a poco a la cocina

Tras marcar el numero, Marisol susuo, Hola, policia, en mi casa hay.”

Pero cuando vio claramente la persona que estaba en la cocina, su expresión se congeló, y solo cuando escuchó una voz del policia preguntandole que pasaba, volvió en af y le dijo rápidamente.com verglienza, “Lo siento, me equivoquét Elintiuso en su casa no ela un ladión, pera Antoniol

Llevaba ropa informal de color gris carbón, con las mangas arremangadas hasta el codo, mostrando sus brazos fuertes y bronceados Estaba de espaldan a ella, en frente de la estufa, con una cuchara en una mano y un tazón en la otra, sirviendose sepa. Aunque llevalsa un delantal, no se vela para nada afeminado, sino todo lo contrario, emanal una presencia varonil y hogareña

Al parecer, el también oyo algo, porque se detuvo y se giro con una expresión natural y relajada, mirando el jarrón en las manos de Marisol “Ya saliste del trabajo 7

“¿Qué haces aquí?

Marisol tragó saliva y señaló a Antonio de manera cómica

Cuando habia entrado, la puerta de seguridad estaba intacta, asi que no pudo haber sido forzada, y como estaban en un piso alto, no podia haber entrado por la ventana. “Antonio, ¿cómo es que tienes la llave de mi casa?”

Al oir esto, Antonio sonrió con pereza, “Se la pedi a Rafael”

Mansol se quedó sin palabras.

Casí había olvidado que eran amigos.

Mansol bajo la mano que sostenia el jarrón, que ya le dolia de tanto sostenerlo. Después del susto, volvió al vestibulo, se quitó las zapatillas y camino de nuevo hacia la cocina. Solo entonces noté que la mesa ya estaba preparada con tres platos y una sopa.

Pero no se podia comparar con las cenas que ella preparaba, eso parecia un festin hecho por un gran chef.

Con el anochecer, el aroma a comida caliente flotaba en el aire. Estaba tan tensa al entrar que no lo habia notado, pero ahora, viendo la mesa llena, se sintió mareada, como si realmente tuviera un hogar…

Antonio le quito la mano del plato con los cubiertos, “Lavate las manos!”

“Ay!” Marisol, adolorida, se volteo hacia la mesa, mirando la comida mientras se retiraba

Finalmente sentada para comer, probó la comida con escepticismo. A veces, lo que parece delicioso no lo es tanto, pero esta vez, los platos estaban tan sabrosos que le hicieron llorar de felicidad

Marisol hablaba con la boca llena, como un hamster, mirando a Antonio con ojos exagerados, “Antonio, ¿eras chef en tu vida pasada? La comida esta deliciosa“”

No era solo por cortesia, los platos realmente eran exquisitos. Era dificil creer que esas manos acostumbradas a

manejar un fro bisturi pudieran cocinartan toen. De hecho, cuando et dijo que la próxima vez cocinaria, ella no lo habla

tomail en belo

Antonic sonno con una sonosa que deslumbraba, y con un brillo especial en sus ojos le dijo. “Yo te lo dije, yo me encorgare de satisfacer tu estómago, y tu de satisfacer mi cuerpo

Matisol se attagantó de inmediato

A diferencia de la última vez, esta vez ella habla devorado casi todos los platos.

Mientras, fregaba los platos, Marisol se detuvo un momento y se dio cuenta de que era la primera vez que comia lo que Antonio habia cocinado…

Con la experiencia anterior en mente, se volteaba cada dos o tres minutos mientras fregaba los platos, ternerosa de que el se abalanzara sobre ella como un gran perro, una vez más.

Después de cerrar el grifo, afuera el cielo se habla oscurecido sin que me diera cuenta

Mirando por la ventana, podia ver que muchas de las ventanas del edificio enfrente estaban iluminadas. Quizás debido a haber cocinado, aún se mantenia en la cocina ese aroma cálido y reconfortante de la comida, que no se disipaba Marisol salió de la cocina y vio a Antonio en la sala de estar poniéndose el abrigo y con el teléfono en la oreja, “Si, tengo turo esta noche, haré un chequeo detallado del corazón al paciente cuando llegue.”

Después de dar un par de instrucciones más, terminó la llamada.

Marisol abrió la boca sorprendida, “¿Vas a trabajar esta noche?”

Ella habia pensado que…

Los ojos de Antonio resplandecian con picardia, “¿Qué pasa, estás decepcionada?”

“¿Cuándo?” Marisol, de repente, se exaltó y se nonrojó, protestando ruidosamente, “¿Por qué iba a estar decepcionada, Antonio? ¡Realmente eres tan gracioso!”

Pero después de decir eso, su expresión se congeló por un momento.

¿No esperaba que él tuviera que volver al hospital esta noche para un turno? ¿Entonces había venido solo para prepararle esa cena?

Marisol funció ligeramente los labios, como si una batalla se desatara en su corazón.

Parecia que su mirada fija era demasiado evidente, porque Antonio, con su mano esbelta acariciando su barbilla, después de pensarlo por un momento, le dijo seriamente, “Marisol, si realmente quieres que me quede, puedo llamar a un compañero de trabajo y cambiar el turno.”

“¡Estas soñando despierto!” Los rubores en el rostro de Marisol crecieron como maleza, más intensos que antes, y entre la vergüenza y el enojo, incluso se acercó para empujarlo hacia la entrada, “No quiero retenerte. ¿No dijiste que había un paciente esperándote para un chequeo? ¡Vete ya!”

Empujandolo todo el camino, Antonio llegó a la puerta para cambiarse de zapatos.

paso

Tenía muchos asuntos pendientes en el hospital y realmente no podia demorarse más, pero aun así, al dar un p fuera de la puerta, se volvió a burlarse de ella, “¿Estás segura de que no necesitas que me quede?”

“No, vete!” Marisol nego con la cabeza, estaba fingiendo estar indignada.

Al cerrar la puerta de seguridad, se recostó en ella y finalmente suspiró profundamente.

La oscuridad de afuera se hacia más densa, mientras las estrellas titilaban con timidez en el cielo nocturno. Marisol, despues de ducharse y ponerse el pijama, se sentó en la orilla de la cama secándose el cabello. Desde que se mudó aqui habia vivido sola y ya estaba acostumbrada a ello, pero por alguna razón, de repente sentia una incomodidad inexplicable.

Sacudió la cabeza, tiró la toalla al lado y se recostó rígida sobre la almohada.

Cerro los ojos y trató de dormir como sea.

Una oveja feliz…

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