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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado Capítulo 627

Capítulo 627

Después de que la abuela regresó a la sala del hospital, Marisol le entregó a su nieto y tomó el autobús para volver a casa. Al salir del hospital, se detuvo unos segundos en el pasillo del piso de cardiologia, pero ya no vio aquella figura erguida.

Comió un tazón de sopa en una pequeña tienda cerca de su edificio para cenar y, al llegar al pie de su bloque, vacilo un

momento.

Con la expresión escondida en un abrir y cerrar de ojos, Marisol sacó su tarjeta de acceso sin mirar al hombre cansado que estaba parado alli, y se dispuso a abrir la puerta para entrar.

“Marisol!”

Rodrigo cogió su muneca justo cuando ella jalaba la puerta.

“¡Suéhame!” Marisol dijo friamente, repitiendo sin calidez en su voz, “Te dije que me sueltes“.

Quizás el desprecio en su mirada era demasiado evidente, Rodrigo se retractó de manera incómoda, pero para evitar que ella lo evitara, se puso delante de la puerta del edificio.

“Marisol, llegué del vuelo y vine directamente a buscarte, yo…”

“¿Qué quieres?” Marisol lo interrumpió, sin ganas de perder tiempo recordando el pasado.

Rodrigo dio un paso adelante, su mirada fijada en ella como si tuviera mil palabras que decir, “El otro día me llamaste ¿no significa eso que en el fondo también te importa esta relación?”

Marisol se sorprendió, no esperaba que el volviera al pais por esa llamada.

Pero incluso así, no sintió ni el más minimo remordimiento en su corazón y se explicó con calma, “Fue un error, no te preocupes, no volverá a pasar

Rodrigo la miró con tristeza, con los ojos enrojecidos, “Marisol, sé que me odias, yo también me odio! Estuvimos juntos durante cinco años, has hecho tanto por mi, siempre te he agradecido, nunca olvidé mis promesas, también queria casarme contigo, pero tenia mis razones, yo…

“¡Basta, Rodrigo!” Marisol no queria escuchar más, la emoción traicionó su tono de voz, “¡Todo termino cuando te descubrí engañándome! Sabes cómo soy una infidelidad es imperdonable, no tolero ningún engaño o traición! No me hables más de promesas y compromisos, considero todo lo que di como un error, y no quiero tener nada más que ver contigal”

Dicho eso, empujó la puerta para entrar

Rodrigo, desesperado, la agarro de nuevo, “Marisol, sé que no cumpli mi promesa, pero ¿me esperarias, por favor? Tres años, a lo sumo cuatro, confia en mi, volveré por ti.”

Marisol cerró los ojos y al volver a abrirlos lo examino, sus facciones seguian siendo las del chico que recordaba, pero tan distinto.

No es que no creyera, es que ella ya se había despertado.

Aunque no era una mujer de corazón duro, no era flexible, especialmente después de una traición tan profunda.

“Rodrigo, ¿sabes a qué te pareces ahora en mis ojos?”

Marisol sonrió friamente y miro hacia la acera donde habia excremento de perro que no se habia limpiado a tiempo, apuntó y dijo, “Ni siquiera vales tanto como eso!”

Rodrigo tembló y la soltó.

El timbre del teléfono sono de repente, Marisol to vio sacarlo del bolsillo, la pantalla mostraba “honey“, un apodo que nunca habia usado para ella, incluso en sus mejores tiempos. Con una risa fria, cruzó la puerta del edificio.

Detrás, se podía escuchar el sonido de una voz aguda de mujer a través de la llamada

Ya fuera aguda o suave, no tenia nada que ver con ella, Marisol no miró atrás y entró al ascensor.

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13.02

Capitulo 627

Al atardecer mucha gente empezó a salir del ascensor de la oficina.

Marisol habla terminado su jornada laboral y se quitó la credencial que colgaba de su cuello. En el vestibulo del edificio, su prima Sayna ya la estaba esperando, y al verla salir, le hizo señas con la mano inmediatamente.

Sayna era tres años menor que Marisol y tenía una cara muy joven.

Esa vez no tenia la cara llorosa y amargada de su último encuentro, sino que se vela mucho más animada, seguramente ya habla superado el dolor de la ruptura amorosa. Se habia enterado de que había puesto todo su esfuerzo en sus estudios, lo que aliviaba a los mayores de la familia

Pero al pensar en aquel hombre que había causado la desdicha amorosa de su prima, Marisol no pudo evitar morderse

el labio.

Habla seguido involucrada con Antonio por una serie de malentendidos, incluso habla perdido su honor en Cartagena y la semana anterior habla vuelto a ser besada por él con fuerza. Si Sayna se enterara….

“Prima, ¿en qué piensas? Te he estado hablando y ni siquiera respondes“, dijo Sayna, moviendo la mano frente a los ojos de Marisol.

Marisol se apresuro a volver a la realidad, “¿Qué dijiste?”

“Te estaba diciendo que el vidente está en el edificio de enfrente y hay mucha gente esperando. Es muy acertado y consegui una cita con dificultad. Después de esto, me vas a invitar a comer algo bueno. Quiero cenar en el restaurante Sabor Quis!“, dijo Sayna con una sonrisa astuta al final.

Marisol sabia que esta traviesa prima siempre terminaba sacándole una comida. Con un gesto de desaprobación, le dio un toque en la frente.

Desde que volvió de Cartagena, Marisol habia estado obsesionada con la idea de que su suerte no estaba a su favory queria consultar a un adivino. Sayna se habia puesto a organizar todo para ella.

Las primas acababan de salir del edificio cuando escucharon una voz

“Marisol!”

Ese llamado por su nombre con el tono duro usualmente solo sucedia cuando el editor en jefe estaba enojado,

Marisol levantó la vista y vio a una mujer parada en los escalones inferiores. La voz que acababa de oir era de ella, vestida aún más elegante que la última vez que la vieron en Cartagena, con el cabello rizado y un maquillaje exquisito, luciendo marcas de lujo de pies a cabeza.

Comparada con su sencilla ropa deportiva, era como el día y la noche. Finalmente, entendió la elección de Rodrigo.

¡La que se acercaba no trala buenas intenciones!

Marisol retrocedió medio paso, presintiendo que la mujer había seguido a Rodrigo hasta alli

La mujer jugueteaba con un pequeño monstruo colgado de su bolso de marca y dijo con arrogancia, “¿Quieres hablar aqui o prefieres sentarnos en una cafeteria para discutir esto con calma?”

Desde la cafetería del otro lado, Sayna observaba la escena con un jugo en la mano.

A dos mesas de distancia, Marisol y la mujer se sentaron frente a frente. El camarero les trajo dos cafés helados.

La mujer sacó de su bolso un monedero de Hermès, lo abrió y le pasó una tarjeta de presentación a Marisol con una sonrisa encantadora, “Parece que en Cartagena todo fue muy apresurado y no me presenté. Esta es mi tarjeta!”

Marisol la recibió sin mostrar emoción y echó un vistazo.

La tarjeta era dorada, un simbolo de estatus en cierto modo. Aunque no necesitaba que le entregara una tarjeta de presentación, podía decir que la mujer venia de una familia adinerada. De lo contrario, ¿cómo podría Rodrigo haberla elegido a ella y dejar a Marisol?

“Habla de una vez. Tengo cosas que hacer después.”

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