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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado Capítulo 549

Capitulo 549

Violeta podía escuchar un tono de soledad y melancolía en sus palabras y no pudo evitar decir: “Papá, te acompaño a visitar a mama”.

Lamberto mitó hacia Rafael, que se acercaba, y su frente se arrugó con una sonrisa cuando escuchó la propuesta: “No hace falta, puedo ir yo solo. Los cementerios tienen una energía muy pesada y no es bueno que vayas estando embarazada.

Capítulo 549

Violeta se ioco la barriga con una mano y aceptó con la cabeza.

Rafael, cuya frente ya se había relajado, se acerco para sentarse junto a ella, colocando un brazo detrás de ella de manera casual mientras empezaba a charlar con Lamberto. No pasó mucho tiempo antes de que Lucia, desde la cocina, anunciara que ya era hora de cenar

Habian preparado varios platos adicionales en honor a la visita de Lamberto. Al caer la tarde, el comedor se lleno de un ambiente cálido y acogedor

Despues de la cena, al ver a Lucia traer aqua para preparar algo, Violeta no pudo evitar levantarse y decir: “Papá, sé que te encanta el café, te preparo uno?”

“Yo lo hare”, dijo Rafael, sujetándola del hombro.

“Pero a papà le gusta como lo hago yo….. protesto Violeta con el ceno fruncido.

Rafael apreto su hombro y sonrio diciendo: “No te preocupes, tú solo dime cómo lo haces. Estás embarazada y

el médico dijo que durante los primeros tres meses debes tener especial cuidado”

Violeta lo miro y supo que estaba siendo sobreprotector.

Probablemente lo que dijo despues era más una excusa, en realidad, no queria que ella preparara café para otro hombre que no fuera él.

Violeta contuvo la risa y asintio en señal de acuerdo: “Está bien, te diré cómo hacerlo…”

El comedor y la cocina estaban iluminados con luces anaranjadas, llenando el espacio de calidez.

Lamberto observaba a su futuro yerno moliendo café en la cocina y luego miraba a su hija Violeta, quien no apartaba la vista de la alta silueta del joven. Recordó tiempos pasados, cuando el tambien era seguido por miradas que le perseguían a dondequiera que iba.

Saliendo de sus recuerdos, Lamberto miró a su hija, que tenía un aire familiar en sus ojos y cejas, y se sintio como si la joven de vestido blanco y cabello oscuro de hace veinte años hubiera cruzado el tiempo y la muerte para regresar a el

Absorto en sus pensamientos, Lamberto no pudo evitar decir: “Ultimamente, he estado leyendo esa novela traducida al alemán, y siempre me recuerda como tu madre preparaba café. Ella tampoco sabia al principio, aprendió de los libros y poco a poco fue encontrando su manera.”

“El destino es caprichoso, tal vez tu madre y yo estábamos destinados a estar juntos solo por un corto tiempo. Aunque hubo oportunidades perdidas, en realidad, estuvimos a punto de reunirnos de nuevo. Si las cosas hubieran sido diferentes, tal vez nunca nos hubiéramos separado.”

Al ver la expresión confundida y sorprendida de su hija, Lamberto continuo explicando lentamente: “Después de casarme con Melisa, pasé la mayor parte del tiempo en Alemania. Ese año debias tener ocho años cuando me encontré de nuevo con tu madre. Pense que si nos veíamos de nuevo seriamos como extraños, aunque no pudiera olvidarla y tuviera que enterrar esos sentimientos en mi corazón.”

“Si ella hubiera sido feliz, yo me habria contentado con desearle lo mejor, pero vi que no estaba bien, estaba muy delgada y demacrada. Fue entonces cuando no pude contener esos sentimientos reprimidos y quise llevarla lejos. Ella parecía emocionada, habia lagrimas en sus ojos y por un momento no pude controlarme, pero no me respondió de inmediato, solo dijo que lo pensaria… Después de eso, no recibi su respuesta, solo la noticia de su muerte.”

Violeta se sorprendió, sin esperar tal revelación.

Trago saliva antes de preguntar lentamente: “Papa, en aquel momento, ¿querías retomar tu relación con mama? ¿Melisa lo sabía?”

Si, respondió Lamberto con un asentimiento.

Capitulo 549

Durante años, solo habla tenido a una mujer en su corazón. La memoria de Nelina era lo único que no podia olvidar. Había perdido su amor y, para él, el amor y el matrimonio se habian vuelto dos cosas distintas. Cuando todos sus sentimientos resurgieron, aunque se sentía culpable, sabia que no podía ocultarlo a su esposa, asi que decidió ser honesto con Melisa.

Lamberto suspiró y dijo: “Le propuse el divorcio, y ya había firmado los papeles de separación.”

Nelina habia fallecido inesperadamente, y con ella, todas las pasiones y esperanzas de su esposo se habían desplomado. El tema del divorcio quedó suspendido, como si nunca hubiera sido planteado. Después de todo, tenían una hija juntos, Bianca.

Aquel hombre, que había perdido al amor de su vida, se habia enfriado completamente, como lava que se solidifica tras el contacto con la nieve. Continuó con una vida marital de apariencias, respetuosa ante los ojos de los demás, pero vacía por dentro, y así pasaron muchos años.

Violeta, con la mirada baja y los dedos entrelazados con firmeza, escuchaba la historia que Lamberto le contaba. Sus pensamientos divagaban hacia una conversación incidental con Silvia en el restaurante el día anterior, y a lo que Isabel le había dicho en la comisaría…

La frescura de la noche del norte suavizaba el calor del día, y la brisa acariciaba su cabello suavemente.

Violeta y Rafael acompañaron a Lamberto hasta la salida de la casa, observando cómo se subía a su coche y cómo las luces traseras se desvanecían en la oscuridad de la noche, antes de volver a entrar.

Rafael apartó el pelo que cubría la cara de Violeta y la abrazó un poco más fuerte.

“Vivi, entremos, dijo él.

Ella aceptó, pero sus pies no se movieron de inmediato.

Rafael, con la mirada baja y fija en ella, podía ver la preocupación en sus labios apretados y en su frente arrugada.

Violeta sintió cómo su mano era envuelta por la de él. Levantó la vista y, mordiéndose los dientes, dijo con determinación, “Si la muerte de mamá realmente tiene algo que ver con esa Melisa, ¡voy a asegurarme de que se haga justicia!”

Su voz temblaba con cada palabra, al igual que sus pestañas y sus labios.

“No te preocupes, yo también te ayudaré,’ Rafael la consoló con un beso en sus pestañas.

Al día siguiente era domingo, podrían disfrutar de un día más de descanso en casa. Esos momentos se habían vuelto más preciados desde que habían vuelto al trabajo.

Nono, su pequeño hijo, se acurrucaba a su lado como un perrito, recordando siempre no lastimar su vientre conforme a las instrucciones de su papá, y apoyaba su cabeza en las piernas de Violeta.

“Vivi, el bebé quiere ver ‘Peppa Pig,” dijo el pequeño con ternura.

Con una sonrisa, Violeta respondió, “Claro, ahora mismo busco el canal para mi tesoro.”

Justo cuando tomaba el control remoto para buscar el programa, una noticia urgente interrumpió la búsqueda. La presentadora, con una expresión seria, informaba, “A las 12:05 del mediodía, hora local de Sudáfrica, se ha registrado un terremoto de magnitud 6.8. El número de victimas aún no está claro, pero según los últimos informes, entre los fallecidos hay varios latinoamericanos. El terremoto ocurrió a doscientos kilómetros de Ciudad del Cabo, la capital legislativa de Sudáfrica…”

El control remoto se le cayó de las manos a Violeta.

¡Ese era exactamente el lugar donde se encontraba Marisol!

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