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Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado Capítulo 485

Capítulo 485

“Disculpe, señor,” le respondió el chofer, de repente sin atreverse a intervenir de nuevo.

Violeta pasó su lengua por los labios nerviosamente, “Lo siento, Sebastián, no sabia que me seguías trayendo caldos…”

¿Ya te dieron de alta del hospital?” Sebastián volvió a su habitual seriedad, preguntándole con indiferencia.

Violeta asintió, respondiéndole, “Sí, el doctor dijo que podía seguir recuperandome en casa…”

“Mmm,” Sebastián también asintió y tomo un sorbo de su jugo.

Violeta, en silencio, se secó el sudor, preguntándose cuanto más tendría que continuar esta incómoda conversación…

El chofer que estaba sentado junto al sofá acababa de colgar una llamada y le informó a Sebastián, “Señor, la señora tiene un ataque de migraña, el médico de la familia acaba de ir a recetarle algo para que descanse, no es nada grave, pero me temo que no podrá acompañarlo al parque de pesca más tarde.”

“¡Ya veo!” Sebastián frunció el ceño con un gesto con la cabeza.

Al oir esto, Violeta se sintió aliviada al saber que Sebastián tenía otros planes, pero no esperaba que en el siguiente instante, le preguntara, ¿Tienes planes esta tarde?”

“Eh, no…” Ella lo negó por reflejo.

“Entonces ven con Nono y acompañame, Sebastián le ordenó directamente.

“¿Qué? Violeta abrió los ojos sorprendida.

“¡Qué de qué!” Sebastián frunció el ceño de nuevo y gruñó, “He quedado con el abuelo Alves del Grupo Campeón. El desistió de la demanda por el asunto de Rafael, y ahora que ha vuelto a Costa de Rosa, debo expresarle mi agradecimiento invitándolo a comer. Pero el abuelo Alves dijo que de repente queria pescar, y por eso lo hemos organizado en el parque de pesca. Tú has estado en Río de Janeiro y ya lo conociste, por eso te pido que vengas

conmigo.

Violeta se quedó paralizada, preguntándole incrédula, “¿Está seguro de que quiere que lo acompañe?”

La idea de salir con Sebastián le parecía un tanto inimaginable…

“¡No me preguntes tonterias!” Sebastián la miró con desaprobación, se levantó del sofá y sin darle la oportunidad de hablar, dejo caer unas palabras y salió delante de la villa, “Sube con Nono a cambiarte, te espero en el coche, ¡no te demores!

“…” Violeta abrió la boca sin decir nada.

Parecía que no había aceptado….

Mirando a Sebastián que ya había llegado al vestíbulo en un abrir y cerrar de ojos, Violeta no tuvo más remedio que

llevar a Nono arriba, penso por un momento vanidamente llamó a Rafael para pedirle ayuda, pero nadie le respondio,

probablemente estaba en una reunión y no escuchó su teléfono en silencio, así que le envió un mensaje de texto explicándole la situación.

Cuando bajó con Nono de la villa y se sentó en el coche, Sebastián ya mostraba una expresión de impaciencia, pero al encontrarse con la mirada de su nieto, finalmente no estalló.

Violeta lo siguió y se sentó incómodamente, sin saber dónde poner las manos.

Hasta que el auto salió del patio, todavía se sentía confundida…

Había ido al parque de pesca varias veces, así que estaba bastante familiarizada. Apenas se sentaron en la orilla del río, un empleado trajo al abuelo Alves, quien aún vestia su ropa de tradicional, esta vez en gris, y se veia tan enérgico como siempre, apoyándose en su bastón. Al verla, la saludó con entusiasmo, “¿La muchacha también vino?”

“Señor Alves!” Violeta se apresurò a saludarlo inclinando la cabeza.

“Violeta!” detrás de él, una voz masculina la llamó

Capitulo 485

Violeta vio a Lucio, vestido con ropa muy alegre, y le saludó con una sonrisa incómoda, “Lucio…”

Como el abuelo Alves era el de mayor edad y rango, Sebastián era considerado un joven en su presencia y la

conversación fluía con respeto, mencionando el incidente con Rafael y expresando su gratitud.

“No hay por que agradecerme, el abuelo Alves se rio a carcajadas y agitó la mano, “Ya se lo dije a Rafael! No hay por

qué darme las gracias, todo fue gracias a esta joven dama aqui. ¡Todo lo hice por ella!”

De repente, el Sr. Alves había compartido con Sebastián lo que había pasado en Rio de Janeiro.

Sebastián quedó pasmado al escucharlo, ¿Ella es realmente como dices?”

Aunque sabía que Violeta había tenido algo que ver en convencer al viejo gruñón, se sorprendió al oír la historia directamente, ino pudo evitar sentirse impresionado!

“¡Claro que si! Yo también estaba muy sorprendido, ¡quién iba a pensar que esa chiquilla tendría tal coraje!” dijo el Sr. Alves con una risa, aun sintiendo un escalofrio al recordar aquel día en las carreras de caballos.

“¡Es increible!” murmuro Sebastián, sin poder creerlo.

El Sr. Alves lanzo su caña al rio y le dio un vistazo, Sebastián, no es por nada, pero tu hijo tiene buen ojo, tú no tanto!”

“¿A qué te refieres, Sr Alves? le preguntó Sebastián, confundido.

¿Por qué no te gusta la muchacha? le preguntó el Sr. Alves, levantando sus canas con una sonrisa, “Una chica tan buena, ¿dónde más la vas a encontrar? No te lo voy a ocultar, ja mi me cae muy bien!”

Luego volvió a cambiar el tema hacia Violeta, quien estaba enseñando a Nono a poner cebo en el anzuelo, “Chiquilla, ya me lo has dicho, Sebastián siempre ha estado en contra de tu relación con Rafael, incluso les ha puesto obstáculos, iy ustedes dos incluso planean mudarse al extranjero! Lo que dije aquel día en el hospital no fue en vano, creo que deberías considerarlo, ven casarte en Rio y conviértete en mi nieta!”

“Ah..” Violeta se sintió incómoda.

Aunque el Sr. Alves tenía razón, escucharlo decirlo tan directamente, y con Sebastián presente, le daba la sensación de hablar mal a sus espaldas, haciéndola sentir tan culpable que ni siquiera podía levantar la mirada.

“Quiero hacer pipi…”

Nono de repente frunció el ceño.

Violeta aprovechó la oportunidad para escapar de la situación incómoda, “Emm, ¡voy a llevar a Nono al baño!”

“¡Violeta, te acompaño!” le dijo Lucio, levantándose de inmediato.

“No hace falta… se apresuró a declinar Violeta.

“¡No te preocupes! Lucio insistió, siguiendola.

Sebastián, que hasta entonces no habia notado mucho al nieto del Sr. Alves, ahora podía ver claramente que Lucio estaba muy atento a Violeta y funció el ceño.

El Sr. Alves, sin intención de ser sutil, lo dejó claro, “Mi nieto es un joven apuesto, no menos que Rafael, ¿verdad? Y todavía está soltero. Me ha confiado que le gusta mucho la muchacha, y siendo de edades similares, jhacen buenal

pareja!”

¡Jeje!” Sebastián sonrio rigidamente.

El Sr. Alves no tenia intención de dejar pasar el tema, “Sebastián, si no quieres que la chica sea la nuera de tu familia Castillo, ten en cuenta que hay otros que la desean. La vida es impredecible, quizás un día, ¡mi nieto realmente se la leve como mi nieta!”

Para entonces, Sebastián ya habia olvidado cuanto se había opuesto a Violeta en el pasado, y solo podía pensar que su ho estaba a punto de perder a su ‘repollo’ ante un cerdo’ que habia irrumpido de repente, y no pudo evitar replicarle, “Eso está por verse!”

“Yo nunca me equivoco, le dijo el Sr. Alves, negando con la cabeza.

Capitulo 485

Violeta tomada de la mano con su pequeño hijo, “¡Ellos ya tienen un hijo!”

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