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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia Capítulo 1875

Capítulo 1875

“Lo entiendo.” Marta estaba al borde de las lágrimas.

El video terminó abruptamente ahi.

Orson se apresuro a mostrar su sinceridad: “Ves, no te he mentido.”

Jimena lo miró con ojos llenos de dudas: “¿Entonces por qué dice la policia que fuiste a la discoteca a buscar compañía dudosa, que hubo un encuentre fisico y también problemas de dinero?”

El significado de esas tres frases era enorme.

Otson estaba realmente consternado y se apresuró a explicar. “Fui al Club Real Galaxy a beber con Rayan y Vicente. Esas mujeres, Margarita las metió a la fuerza en nuestra sala privada. Me disgustaron, por eso empujé a Marta y ella resultó herida. Eso es a lo que se refieren con el encuentro fisico. En cuanto a los problemas de dinero, es lo que acabas de ver en el video. Rompi su pulsera y al compensarlo no llegamos a un acuerdo.” 

Al cirlo, Jimena pensó detenidamente y pareció que tenía sentido.

Si las palabras se torcian, era inimaginable, pero si era como Orson decla, entonces era algo normal.

Sin embargo, Jimena aún no estaba dispuesta a creerle tan fácilmente y preguntó con una ceja levantada: “¿Es eso cierto?“g2

“Por supuesto que si, ojalá hubiera cámaras en esa sala. Haria cualquier cosa por mostrarte la grabación.” Orson hablaba con urgencia, como si quisiera entregarle su corazón,

Viendo la sinceridad en su rostro, Jimena decidió creerle por el momento.

Pero aún no mostraba una cara amable y dijo: “Aunque no fueras a la discoteca a buscar mujeres, ¿qué más da? Tienes un hijo con Priscila, eso es un hecho indiscutible. No hay futuro para nosotros.”

Jimena retiró su mano de la de Orson y desvió la mirada.

Al mencionar a Priscilla, una ola de tristeza brotó dentro de ella.

Orson era el hombre por el que había estado locamente enamorada, a quien había perseguido con pasión, y hasta hoy, en lo profundo de su corazón, no lo habia superado del todo.

Si pudiera pasar su vida junto a él, ¿por qué no?

Desafortunadamente, los deseos a menudo chocan con la cruel realidad que no se alinea con los propios anhelos.

Ella no estaba dispuesta a renunciar a sus principios, ni a aceptar a un hombre que tenia un hijo con otra mujer.

Al hablar de Priscila, la confianza previa en el rostro de Orson también se desplomó.

Sus ojos alargados destellaban un atisbo de melancolía mientras suspiraba suavemente y decia: “En cuanto al asunto de Priscila, solo puedo decir que no tendré nada con ella, ni cederé por su hijo.

Solo podía dejar clara su postura. En cuanto a los hechos establecidos, no podía cambiar nada.

“Pero sabes que lo que no puedo aceptar es la realidad. Creo que, en lugar de estar contigo, manchado, prefiero estar sola y cómoda.” Jimena miró a Orson con seriedad y le comunicó sus verdaderos sentimientos.

“¿Qué has dicho?” Orson se sintió herido por sus palabras: “¿Soy una persona manchada?”

No podia creerlo y la miraba profundamente herido.

Jimena sabía que había lastimado a Orson con sus palabras, pero no había opción, tenían que resolver sus problemas.

Jimena respiró hondo, reprimiendo el dolor en su corazón y le dijo a Orson palabra por palabra: “Así es, para mí, estás cubierto de barro y no puedes limpiarte. Tu cercanía solo me hace oler el hedor del lodo que pertenece a otra mujer, y no puedo soportarlo!”

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