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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 967

Capítulo 967

El dolor que Elia habia anticipado nunca llegó. Sus ojos se abrieron de par en par, y lo que vio fue la expresión temerosa, sombria y siniestra de Gabriel.

El teléfono celular no dejaba de sonar en sus manos, pero él no atendia.

Cuando el timbre se detuvo por si solo, apagó el celular rápidamente. Con una mirada feroz, se giró hacia Elia y la amenazo entre dientes: “Ni una palabra sobre que te traje aquí a nadie! Y mucho menos a Asier. Si no, el video de tu madre no tardará en viralizarse en todas las plataformas de redes sociales. Dejaré que todos vean cuan voluptuosa se ve bajo mi cuerpo, disfrutando. ¡Una protagonista de esos videos seguro que será muy popular!”

Gabriel amenazaba a Elia con una sonrisa torcida en su rostro.

Elia estaba tan furiosa que sentia que sus dientes podrian triturarse en cualquier momento.

Después de sus duras palabras, Gabriel se quedó mirando a Elia, tendida en la cama, era una mujer tan hermosa que parecia una flor en su esplendor, a punto de ser suya, pero a la que tenía que renunciar.

No se resignaba, ini queria hacerlo!

No importaba, aún habia tiempo. Tenia algo en sus manos con lo que podía manipularla.

Gabriel no se quedó más tiempo y salió de la habitación.g2

Elia, luchando, se levantó de la cama.

Se dirigió a la puerta con la intención de abrirla, pero sus manos estaban atadas detrás de su espalda, lo que dificultaba la tarea. Intentó levantar las manos hacia atrás, tratando de alcanzar la manija.

Justo cuando estaba a punto de tocar la manija y abrir la puerta, alguien desde fuera la abrió.

El corazón de Elia se encogió de miedo y, por instinto, se precipitó hacia la salida.

“¡Epa, linda, a donde crees que vas!” Un hombre se plantó en la entrada, empujando a Elia de vuelta al interior con todo su impetu.

La fuerza del recién llegado era tal que Elia no pudo resistir y se tambaleó hacia atrás. Al mirar con atención, vio que el hombre que habia entrado era el mismo que había hablado con Gabriel antes, aquel con aspecto de picaro

Elia lo miró horrorizada y retrocedió.

El hombre se lamió las comisuras de los labios y se acercó a ella, diciendo: “Gabriel se fue sin probar tu dulce sabor. Qué desperdicio con una mujer tan hermosa.”

Los ojos de Elia se agrandaron aún más.

El hombre se mostró aún más interesado y siguió hablando: “Esta noche, vas a ser mia, te trataré muy bien.”

Dicho eso, se lanzó sobre Elia.

“¡Ahh!” El grito ahogado de Elia llenó la habitación.

Cuando la desesperación la invadió, un hombre irrumpió por la puerta y arrancó al hombre de aspecto siniestro que se abalanzaba sobre ella.

“¡Elia, eres tú!” Ramiro entró a la carrera, apartando al hombre, y al ver que la mujer a la que había rescatado era Elia, se quedó atonito y sorprendido.

“¡Maldita sea, te atreves a arruinar mi momento, no quieres vivir! El hombre de aspecto siniestro se recuperó y se lanzó con furia hacia Ramiro

Ramiro levantó el pie y lo plantó con precisión en el vientre del hombre.

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“¡Ahh!” El hombre fue arrojado contra la pared con un grito de dolor.

Con una autoridad arrolladora, Ramiro ordenó Fuera de aqui!”

El hombre, consciente de que Ramiro estaba entrenado, se arrastró y salió rodando del lugar.

Ramiro se acercó rápidamente, arrancó la cinta de la boca de Elia y desató las cuerdas que ataban sus

manos.

Elia, liberada, se tambaleó por el miedo intenso y estuvo a punto de caer

“Cuidado!” Ramiro la atrapó justamente a tiempo.

En ese momento, un hombre de presencia gélida y severa irrumpió en la habitación con un grupo de guardaespaldas.

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