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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 960

Capítulo 960

En la penumbra de la noche, el Capitán de Detectives analizó rápidamente las pistas que tenían frente a sí y organizó a su equipo para partir hacia la búsqueda.

“Voy contigo.” exclamó Rayan sin perder tiempo, apurándose a seguir al capitán El secuestro de Elia estaba relacionado también con él y sabia que si no participaba en su rescate, Asier no se lo perdonaria cuando se enterara. Además, era su oportunidad de redimirse.

Rayan sabia que parte de la culpa era suya por no haber acompañado a Elia a casa esa noche.

Si tan solo hubiera insistido y evitado que Betiana actuara a su antojo, si tan solo hubiera asegurado que Elia llegara a su hogar, nada de eso habria sucedido.

Siguiendo al lider del equipo, Rayan condujo hasta la base de un camino de montaña que se bifurcaba Se detuvieron sin saber qué sendero tomar, pero afortunadamente eran muchos y podian dividirse para explorar

ambas rutas.

“Yo llevare a un grupo por aqui, tú lleva a dos más por el otro camino, y mantengamos contacto en todo momento” ordenó el Capitán con calma y claridad

“Entendido,” Rayan asintió con prisa y se dividió el grupo.

La oscuridad era densa y los caminos eran serpenteantes y peligrosos. Un movimiento en falso y el vehiculo podria desbarrancarse. Rayan agarró firmemente el volante y se concentró en la carretera.

No habian encontrado nada inusual, cuando de repente, el teléfono de Rayan sonó con la llamada del Capitan.g2

“El perro policia encontró un pedazo de tela negra. ¿Qué llevaba puesto Elia hoy?” preguntó el Capitan.

“Una blusa blanca y una falda negra,” recordó Rayan inmediatamente.

“Ven y mira esto, será parte de la falda de Elia?” dijo el Capitán.

“¡Voy ahora mismo!“, respondió Rayan girando el coche y acelerando hacia la posición del Capitan

Al llegar, Rayan confirmó que la tela negra era de la ropa de Elia.

“¡Vamos, subamos a la montaña!“, exclamó el Capitán, quien junto con su perro policia, subieron al vehiculo y se dirigieron montaña arriba

Si la ropa de Elia estaba ahi, significaba que los secuestradores habian pasado por ese lugar.

Rayan no perdió tiempo y los siguió.

Al llegar a la cima, se toparon con una hilera de casas bajas. El Capitán y su equipo sacaron sus armas y se acercaron con cautela

Golpearon la puerta y esta cedió mostrando un espacio vacio Sólo quedaba una silla caida y una cuerda que había sido usada para atar a alguien.

El Capitán tomó la cuerda y dejó que el perro la oliera junto con la tela negra.

“Guau, guaul” el perro ladró de forma vehemente después de olerías, indicando que ambas tenían el mismo

olor

“Ella estuvo aquí,” concluyó el Capitán.

Rayan, con el corazón encogido y la urgencia en su voz, dijo: “Entonces sigamos buscando, tiene que estar

cerca.”

Revisaron una por una las casas, pero todas estaban vacias, algunas incluso tenian colillas de cigarros y botellas de bebida en el suelo, claro indicio de que alli había estado gente

No había rastro de Elia y la desesperación de Rayan crecia ¿Qué debía hacer? ¿Debia llamar a Asier y contarle

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que Elia había sido secuestrada? La incertidumbre y la ansiedad se apoderaban de él mientras la búsqueda

continuaba en la montaña.

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