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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 956

Capítulo 956

Elia miró a Gabriel con repulsión y un escalofrio recorrió su cuerpo.

Cuando estaban en la casa, él habia expresado sus intenciones de manera sutil, pero en ese momento, ¡se atrevia a decirle esas palabras tan descaradamente!

¡Qué sinvergüenza, ese hombre no tenia ningún tipo de limite!

No podia permitirse caer en manos de alguien de esa calaña. Tenía que encontrar alguna manera de liberarse.

El auto serpenteaba por la carretera de montaña, descendiendo en curvas.

Elia observaba atentamente el paisaje y los puntos de referencia

A medio camino, vio en la cima de una montaña cercana una construcción que parecía un castillo.

Sintió un nudo en el estómago al reconocerlo, habia estado alli antes, cuando acompañó a Vicente Fuentes a una cena benéfica en la bodega Griera.

¿Había sido secuestrada cerca de la bodega Griera?g2

¿Cómo podria avisar al mundo exterior y hacerles saber que había sido secuestrada?

Lo triste era que si desaparecia, nadie la buscaria.

Rosalinda seguramente pensaría que había ido a Villa Serenidad para estar con los niños, y en Villa Serenidad, al no verla, pensarían que había regresado a la casa de Rosalinda.

Incluso si muriera alli fuera, no la encontrarían a tiempo.

No tenía otra opción que salvarse a sí misma.

Elia luchó con las manos atadas detrás de su espalda, tratando de soltar las cuerdas, pero solo lograba

lastimarse la piel sin mover ni un hilo.

Observaba con cuidado a Gabriel, que conducia el vehiculo, agradeciendo que no se hubiera percatado de su lucha

Llevaba una blusa blanca y una falda negra a la altura de la rodilla con una apertura lateral. Con esfuerzo, subió la falda y sus manos atadas alcanzaron el borde de la abertura. Con mucho cuidado, rasgo un trozo de tela y lo sostuvo en su mano.

Con una expresión fría y enojada en el rostro, pero con pánico en el corazón, dijo con cautela: “Abre la ventana un poco, aqui dentro hace mucho calor”

Gabriel la miró a través del espejo retrovisor y dijo: ¿Qué truco estás planeando ahora?”

“No ves que tengo las manos atadas, ¿qué truco puedo planear? replicó Elia con enojo.

Gabriel, creyendo que ella no podia hacer mucho, abrió la ventana trasera a medias.

“Estamos en una carretera de montaña, un descuido y podriamos chocar contra las rocas, le recordo Elia severamente, viendo que él seguía mirando el espejo. “Concentrate en manejar

“¿Acaso tienes miedo de morir? Hace un momento decías que te morderias la lengua para suicidarte, se burló

Gabriel.

“Tú eres el que tiene miedo a morir. Si tú mueres, todos tus planes se desvanecerán“, respondió Elia.

La sonrisa se desvaneció del rostro de Gabriel y su mirada se tornó fría, dejó de hablar y se concentró en la

carretera.

Conducir en la montaña requería toda su atención, ya que un pequeño error podria hacerles caer por la ladera.

Elia, aprovechando el momento, se movió hacia la ventana e intentó alcanzarla con las manos atadas. Con

11:09

éxito, tiró el pedazo de tela que habia rasgado hacia afuera.

Rayan llevaba a Betiana Abreu de regreso a la casa Abreu

El tráfico había retrasado el viaje.

Cuando estaban cerca de llegar, Rayan no pudo evitar decir “Betiana, realmente no habria sido ningún problema llevar a Elia también. Deberías ser más abierta en el futuro”

“Tú no entiendes, no te deje llevar a Elia por una razón“, dijo Betiana con orgullo.

Rayan le mostró una sonrisa picara a Betiana y, con un tono juguetón, le preguntó: “¿Qué razón?” preguntó Rayan. “¿Es porque estás celosa? ¿Temes que si la llevo, podría empezar a sentir algo por ella?”

Capitulo 957

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