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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 954

Capítulo 954

Elia no podia creer lo que Gabriel decia, ¿qué clase de palabras eran esas?

Gabriel, al ver la expresión de terror en su rostro, sonrió con la satisfacción de un vencedor y extendió su mano hacia ella.

Elia, al ver que la mano de él se acercaba, se aterrorizó y retrocedió, con la silla impidiéndole el paso y sus manos atadas a la espalda.

Intentó moverse con todas sus fuerzas pero no pudo, quedando su cuerpo encogido como un camarón

Gabriel, al ver su reacción, pauso su mano en el aire por un momento y luego la posó sobre las cuerdas atadas en los pies de Elia, deshaciéndolas lentamente

“¿Por que tanto miedo, dije algo mal?” preguntó Gabriel, tirando del nudo apretado en la cuerda mientras miraba hacia abajo, cuestionando a Elia Elia estaba tan furiosa que todas las celulas de su cuerpo temblaban El se acercaba, tocando las cuerdas de sus pies, y ella sentia escalofrios, temiendo que el la tocara, incluso si era por accidente, le resultaria repugnante.

“Tu boca esta en tu cara, no puedo impedirte decir lo que quieras. Elia contuvo su respiración enfurecida, luchando por controlar la ira y el disgusto que le provocaba

Aunque en ese momento no la estaba amenazando con el video g2

Pero en sus palabras, Gabriel constantemente le recordaba el incidente con Rosalinda Valdez y cómo el tenia un video de ello.

“No vas a preguntar qué quise decir con eso?” Gabriel desato las cuerdas de los pies de Elia y al levantar la vista, una sombra malévola y perversa cruzó sus ojos,

Elia sintió un escalofrio y se le erizó la piel.

“No quiero saber que significa eso” Elia apartó la mirada, tratando de no mirarle a los ojos. Su mirada la intimidaba y le provocaba escalofrios, no queria cruzar miradas con el ni un segundo más.

“No pensarás todavia que eres mi hija, ¿verdad? Hace poco fui al mercado a vender ese collar de nubes y no sé quién filtro la noticia, pero Asier llego justo a tiempo y mandó a alguien a golpearme, terminé en el hospital de nuevo y me encontré con la enfermera que la última vez fue a la sangucheria por mi. Dijo que eras de tipo B”

Gabriel se inclino hacia Elia mientras hablaba, acercando su aliento a su cara.

Elia se encogió, incapaz de esquivarlo, sus palabras la sorprendieron, como si un trueno estallara en su cabeza.

¿Que?

¿Gabriel ya sabia que ella no era su hija?

¿Era lo que había dicho antes, un intento de hacerle daño?

Pensando en lo que le habia pasado a su madre, Elia se sintió desorientada y más temerosa que antes frente a aquel hombre corpulento

¿Gabriel intentaria forzarla?

“Mirate, estás palida y yo no he revelado ningún gran secreto.” Gabriel habló con un tono burlón y siniestro.

La precaución y el miedo en los ojos de Elia se intensificaron, lo miró fijamente y dijo. “Gabriel, si quieres que Liuva sea la mujer de Asier, no juegues conmigo Si no, Liuva nunca se acercará a Asier y él no te dejará en paz.”

“Ah, pero estás equivocada Solo haciendo que Asier te desprecie, y te aleje, otras mujeres tendrán la oportunidad de acercarse a el. Si siempre ocupas un lugar irremplazable en su corazón. ¿cómo podrían otras mujeres acercarse a Asier?”

Gabriel continuo, deshaciendo las cuerdas que ataban a Elia a la silla

Elia se movió instintivamente para evitarlo

Ella habia querido que alguien la desatara, pero en ese momento que Gabriel estaba a punto de hacerlo, ella se resistia con todo su ser deseando que él se alejara.

Gabriel notó su resistencia, pero no se detuvo, insistiendo en liberarla mientras decia: “Este lugar es demasiado simple, te llevare a un lugar tranquilo y cómodo.”

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