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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 951

Capítulo 951

El escuchó su voz, jera el!

Cuando el hombre la vio, su expresión se tornó feroz y con seriedad le dijo a la persona al otro lado del teléfono “Ya desperto, luego hablamos.”

Colgo la llamada y se acercó a Elia

Elia lo vio acercarse, sus ojos se agrandaron y su cuerpo se tensó en alerta, con un pánico intenso en su interior

Pero no podia hacer nada, solo mantenía sus ojos abiertos, brillando con una luz defensiva mientras lo miraba fijamente

“Esos ojos, parecen de alguien muy asustado, como los de un gatito salvaje, pero a mi me gustan, dijo el hombre con una sonrisa maliciosa, se paso el pulgar por la comisura de su boca para secar la saliva y se acercó a Elia con una sonrisa picara

¿Qué queria hacer?

El corazón de Elia se contrajo y su cuerpo se pegó al respaldo de la silla, intentando retroceder, pero no podia.

Mirando al hombre con malas intenciones acercarse, lo único que podia hacer era mostrar una mirada feroz en un intento de ahuyentarlo.g2

El rostro del hombre, lleno de grasa, se agrandaba ante sus ojos. Su piel era aceitosa y repulsiva, y aquellos ojos llenos de lujuria la hacian estremecerse, deseando poder cegarlo para que no pudiera codiciarla.

“Ah, ah, ah, cuanto mas te resistes, mas me gustas, preciosa gatita salvaje. Esta noche te consentiré… La expresión del hombre gordo y sudoroso se estremeció, mostrando un semblante de deseo.

Luego se lanzó sobre Elia, con los labios apuntando hacia ella con intención de besarla.

Al ver aquellos labios gordos acercarse, Elia sintió tanto miedo como asco, y se le erizó la piel de todo el cuerpo.

“Mmm” Emitio un sonido de terror y su cuerpo se inclino hacia atrás en la silla

“Bang! La silla se volcó hacia atrás bajo su esfuerzo.

Cayo al suelo junto con la silla, golpeandose la parte trasera de la cabeza, lo que la dejó aturdida

El hombre, con la boca grasosa y pendiente en el aire, estaba a punto de besarla, pero ella se desplomó de repente, privandolo de cualquier

placer

No contento, el hombre sabia que tenia una presa fácil, y que su jefe le había dicho que si lograba torturarla hasta el suicidio, recibiría dinero.

Una oportunidad de satisfacerse y además ganar dinero era algo que simplemente no podía desperdiciarla.

Se agacho y miro a Elia, que yacia en el suelo junto con la silla, con la saliva corriendo por su boca cada vez más abundante.

“¿Te has acostado para esperarme? No te preocupes, mi belleza, ya voy,” dijo mientras se apoyaba en el suelo con las manos y las rodillas, y se arrastraba hacia Elia como una bestia.

Jugaba con ella como si fuera un juego del gato y el ratón, con una luz malévola y repugnante en sus ojos.

Elia, aterrada, luchaba por respirar y se movía hacia atrás con todas sus fuerzas.

Pero estaba atada a la silla, sin poder mover las manos ni los pies, y la propia silla limitaba sus movimientos, causándole un dolor agudo en los huesos

Luchaba por cualquier oportunidad de alejarse de él ignorando el dolor

¿Qué podia hacer?

¿Cómo podria escapar?

Su collar tenia un localizador, pero ya habia sido disuelto

Asier estaba de viaje y no vendría a salvarla.

¿Qué debería hacer?

Elia luchó con todas sus fuerzas, tirando de sus manos atadas. La cuerda cortaba su piel, causándole un dolor punzante, pero no se movia, era imposible liberarse

Viendo al hombre acercarse con deseo, Elia se llenó de miedo y pánico, sintiendo hormigueo en el cuero cabelludo.

“Cariño, no huyas, no puedes escapar Esta noche, solo disfruta ‘El hombre llegó a su lado, agarró su tobillo y la arrastro hacia el con fuerza.

“¡Ah!” Elia grito aterrorizada, temblando por completo, pero su boca estaba sellada con cinta adhesiva y, aunque gritaba con todas sus fuerzas, el sonido que salla era débil e inaudible.

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