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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 909

Capítulo 909

La mirada de Asier se estremeció, bajo la luz de la luna, parecia brillar como el reflejo del agua. El la observaba fijamente a Elia.

Sus ojos, tranquilos como un lago, lo miraban con firmeza, sin indicios de titubeo o evasión

Sus palabras lo complacieron y el aura fria de Asier se disipó ligeramente

Pero ella habia mentido antes, no iba a creerle tan fácilmente.

“Dices que es para protegerte de mi? ¿De mi?”

Elia sabia que él no confiania en ella fácilmente, asi que dijo. ‘Si no me crees, te puedo mostrar las pastillas anticonceptivas que compré, no las he tocado en ningun momento Si realmente tuviera algo con Ramiro, acaso no las habría tomado? Compré esas pastillas para tenerfas conmigo y como te dije, ire a Villa Serenidad mañana por la noche.”

Ella ira a Villa Serenidad, y además tenía pastillas anticonceptivas.

Lo que sucederia en Villa Serenidad era evidente

La mirada de Asier se oscureció.g2

“Ya puedes soltarme, permiteme levantarme, iré a buscar las pastillas para mostrartelas“, dijo Elia.

Asier soltó su barbilla y se levanto de la cama.

Elia se levantó del otro lado de la cama, ni siquiera se molestó en ponerse sus zapatos, camino hacia la puerta de la habitación y encendió la luz

La luz blanca ilumino todo el espacio, la figura de Asier se hizo claramente visible

Vestia una camisa negra y pantalones del mismo color, con dos botones desabrochados en el cuello de su camisa, dejando a la vista su fuerte clavicula, las mangas de su camisa estaban arremangadas, revelando sus delgados y fuertes brazos.

Su rostro era severo, lleno de una fuerte presencia masculina

La simple vista de el era suficiente para inspirar temor y ansiedad.

“Las dejé abajo. ¿bajamos juntos?“, preguntó Elia.

Asier la miró por un momento, luego se puso en marcha.

Elia se dio la vuelta, salió de la habitación y bajo las escaleras primero.

En el cajón de la mesa de centro de la sala, sacó las pastillas anticonceptivas y se las mostró a Asier: “Mira, ni siquiera he abierto el empaque”

Elia sostenia la caja con la mano, en medio del aire, tratando de controlar su ansiedad.

Ese día, cuando fue a la farmacia a comprar las pastillas, habia una oferta de dos por uno.

Por eso, compró una caja y le dieron dos

Rosalinda habia tomado de la otra caja, ésta aún tenia el envoltorio

Asier echó un vistazo a las pastillas anticonceptivas en su mano, con el empaque intacto, pero su rostro frio no se suavizo.

Se acercó y se sentó en el sofa, su mirada oscura y profunda la atrajo “Ven aquí“.

No estaba pidiendo, estaba ordenando, no habia lugar para discutir

Elia bajó la vista, recogio las pastillas que había sostenido a medio aire, y lentamente se acercó a el, sentándose a su lado.

Asier se giro hacia ella, su dedo indice levantó su barbilla, mirándola con una expresión fria “Estás tan ansiosa por mudarte a la casa que el te dejo, aun no puedes dejarlo it, verdad?”

Elia se sorprendio, no solo por sus palabras sino también porque, desde el rabillo de su ojo, vio una caja de pastillas anticonceptivas abierta debajo de la almohada de Asier

Después de que Rosalinda torno las pastillas. Ela coloco la caja en el sofa Rosalinda habia recogido una almohada, por lo que la caja questo debajo de ella La almohada se apoyaba contra el respaldo del sofa, con la caja oculta debajo. No se podia ver antes, pero cuando se sentaron, Asier apoyo su espalda en ella, la almohada se movió, revelando la caja.

Al ver que Elia miraba sorprendida detrás de el se giro

Justo cuando Asier estaba a punto de verlo. Ela se sorprendió tanto que inhalo bruscamente, su corazón latia a mid por hora.

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