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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 903

Capítulo 903

Gabriel sintió un nudo en la garganta y sus ojos se oscurecieron aún más

“No te gusta este lugar, ¿verdad? No te preocupes, vamos a la habitación” Gabriel sonrió de manera maligna, soltó su mano y tomó una manta

del sofa

“Ayuda “Rosalinda pudo gritar por un momento antes de que Gabriel le cubriera la boca con la manta

Sacó un cinturón, ató sus manos, la levantó sobre su hombro y camino rápidamente hacia la habitación

“Mmm!” Rosalinda lucho violentamente, golpeandolo con sus manos atadas y pateando con sus piernas

Gabriel, sin importar cuánto le doliera, la sujetó firmemente, no permitiéndole deslizarse de su hombro. Entró rápidamente a la habitación, la tird en la cama, con un rostro furioso y jadeante, levantó las manos de Rosalinda sobre su cabeza

“Quedate quieta‘ Rosalinda, no pienses que porque soy tranquilo puedes gritarme. Hoy te voy a mostrar de lo que soy capaz!”

Con un tono frio, Gabriel terminó de hablar, ato las manos de Rosalinda a la cabecera de la cama y también ató sus pies.

Luego se abalanzó sobre ella, besando sus mejillas y su cuello.g2

“Mmm!” Rosalinda intento esquivarlo, pero no importaba cuánto luchara, no podia escapar de Gabriel

Rosalinda se sintió desesperada, las lágrimas cayeron de sus ojos y se perdieron en su cabello.

Elia, con el contrato de su casa a su nombre, regresó a casa sin alma. Todo estaba oscuro y silencioso,

Encendio las luces y vio platos sucios en la mesa, pensó que Rosalinda aún estaba despierta.

Dijo en dirección a la habitación: “Mamá, ya volvi.”

No hubo respuesta

“Bang” De repente, un ruido fuerte vino de la habitación

Elia se preocupó y rápidamente se dirigió a la habitación, intentó abrir la puerta.

Pero la puerta estaba cerrada

Elia golpeó la puerta en pánico y dijo: “Mamá, ¿estás ahí? ¿Qué fue ese ruido?”

Nadie respondio.

El ruido extraño tambien habia desaparecido.

Elia tenia un mal presentimiento, su corazón comenzó a latir más rápido, golpeó la puerta con fuerza y con voz ansiosa, dijo: “Mama, ¿estás ahí? ¿Por que no respondes?”

Todavia no hubo respuesta

Elia estaba cada vez más ansiosa, golpeó la puerta con su cuerpo, pero no pudo abrirla.

Estaba tan preocupada que no sabia qué hacer, sabia que su madre definitivamente estaba en la habitación, pero no hacia ningún ruido

Algo debía haber pasado!

Ela estaba muy angustiada, volvió a la sala, tomó una silla y comenzó a golpear la puerta

Golpeo la puerta vanas veces, pero no pudo abrirla

E

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