Capítulo 82
Elia seapuroaasearseyvio a Rosalinda en lacocina.
Echó un vistazo al reloj,yaeran las 12 del mediodia, si se iba a trabajar ahora, también sería horadesalida.
Después de pensarlo un poco, decidió ir después de almorzar.
Así que, se calmó y se unió al juego con Josefina y los niños, con una sonrisa cálida.
“¿Mami, quieres una galleta?” Iria levantó su gordita manita, sosteniendo una galleta de frutas en forma de osito, sus grandes ojos brillaban.
Elia sonrió y tomó la galleta de su mano: “Gracias, Iria.”
“No hay de qué, si mami está feliz, yo también estoy feliz.” Iria sonrió, dos pequeños hoyuelos aparecieron en su carita regordeta, luciendo adorable
El corazón de Elia también se sintió cálido.
Rosalinda recordó su regreso al Pueblo Sauri el día anterior mientras cocinaba.
La casa de Vania Sofia Sauri era grandiosa y lujosa, bloqueando el sol desucasa
Vania regresaba a casa en un auto lujoso, mientras ellos tenían que tomar el tren, cargando con paquetes grandes y pequeños, era como el cielo y la tierra.
Vania y su familia vestian ropa de marca, joyas de oroyplata, mientras ella vestia ropa vieja, y no lucía nada lujoso
Su familia de siete personas vivía apretujada en una casa de solo 80 metros cuadrados,yademás era alquilada.
Al pensar en todo esto, su corazón se llenó de dolor.
Rosalinda salió de la cocina, viendo esa escena alegre y cálida enlasala de estar.
Ella estaba sentada en una alfombra de espuma, con cuatro niños jugando alegremente con trenes de juguete alrededor de ella.
Elia sostenia el tren, imitando el sonido de arranque del tren, los cuatro pequeños actuaban como pasajeros, agarrandose de la ropa del de at frente, siguiendo el pequeño tren, riendo como cascabeles.
Rosalinda se sintió aún más desesperada al ver esto. ¿Cómo puede ser Elia tan despreocupada? No tiene ningún sentido de crisis.
Si fuera otra persona, con dos ancianos y cuatro niños que mantener, ya estarían sofocados por la enorme presión.
Pero ella no solo no estaba preocupada,sino que incluso podia jugar felizmente.
Su actitud hacia la vida es realmente sorprendente
Rosalinda frunció el ceño y le dijo seriamente a Elia: “Ya has llegado tarde, no tienes prisa, ¿no tienes miedo de ser despedida? Tienes ancianas y niños que necesitan cuidados, ¿puedes ser un poco más responsable? En todo el dia solo sabes jugar, comer!”
Lasonrisa de Elia se congeló un poco, se rio nerviosamente y dijo. “Mamá, iré a trabajar despuésdealmorzar.” “¿Quién dijo que te iba a hacer almuerzo? No.” Dijo Rosalinda friamente.
Iria se puso de pie apoyándose con las manos, moviendo sus pequeñas piemas hacia Rosalinda, tiró de su falda, levantó la cabeza y dijo con una voz tierna “Abuela, hazle comida a mami, si mami no come, se quedará con hambre.”
La adorable voz de Inés continuo diciendo: “Si abuela no le hace comida a mami, nosotros le daremos nuestras golosinas, mami es muy buena, abuela no deberia estar regañándola siempre.”
Elia se sintió conmovida hasta las lágrimas por las palabras de los niños.
Rosalinda suspiró, su voz se suavizo: “No dije que no le daría comida a su madre, solo que no deberia comer en casa,deberiair a comer al restaurante”
Los ojos de iria se iluminaron: “Yo también quiero ir al restaurante, ¿puedo ir?”
Rosalindasonrioresignada:“Tu mamávaa una cita, ustedesniñosno deberían ir a estorbarla.”
Finalmentehabíalogradoorganizar una cita para Elia con un hombre, él sabla que ella tenia cuatro hijos, pero aun así estaba dispuesto a-encontrarsecon ella, asíqueRosalinda no podia permitir que esta cita se arruinara
Era muy dificilencontrara un hombre dispuesto a tener una cita con Ella