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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 801

Capitulo 801

Capítulo 801

Asier representaba al Grupo Griera, que era un consorcio, un vasto imperio comercial, no era solo de una persona.

Los familiares del difunto se miraban entre sí, lo único que querían era una explicación, una justificación para ellos, los parientes de los fallecidos.

Natalia había dicho que la compensación de quinientos mil no tenía fundamento ni

credibilidad.

Pero Asier era diferente, representaba al Grupo Griera, su posición y dignidad eran evidentes para todos, no podían no creerle, aunque no creyeran en nadie más.

La compensación de un millón que les darían, no era la compensación final, solo era para los gastos del entierro.

Una vez que se investigaran las causas específicas del incidente posterior, se compensaría el dinero restante de acuerdo con el contrato.

Los familiares de los fallecidos también querían aclarar la causa exacta del accidente.

Después de negociar, las dos familias aceptaron la propuesta de Asier. En el acto, Asier le

ordenó a Bruno: “Transfiere el dinero a sus cuentas“.

Los familiares de las dos víctimas recibieron de inmediato un millón para los gastos del entierro, dejaron de llorar y se fueron en silencio.g2

Asier intercambió unas palabras con la policía, y luego también se fueron.

El lugar se calmó.

Vicente suspiró aliviado y le dijo a Asier: “Tengo asuntos que atender en la empresa, me

voy“.

“Bien.” Asier respondió con indiferencia.

Natalia suspiró profundamente, con la situación resuelta, se sentía agotada y casi se cae al suelo, pero logró apoyarse en la pared a tiempo para evitar caerse.

Benjamín también estaba exhausto: “Vamos a ver a Sergio“.

Asier no dijo nada, dejó a los guardaespaldas y a Bruno afuera y entró a la habitación de Sergio, Natalia y Benjamín lo siguieron.

Sergio estaba acostado en la cama, con el ceño fruncido y las mejillas tensas por apretar los dientes. Su mano con la vía intravenosa apretaba fuertemente la sábana, y debido a esa fuerza, el medicamento se derramó sobre su mano, la cual estaba hinchada, parecia una empanada.

“Sergio!” Cuando Natalia vio la mano hinchada de Sergio, las lágrimas brotaron de sus

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ojos, y rápidamente fue a buscar a la enfermera.

La enfermera entró apresuradamente, le quitó la aguja a Sergio y le pidió a Natalia que ayudará a presionar la mano para evitar que la sangre brotara.

Natalia presionó con cuidado la mano de Sergio, viendo su expresión de dolor. Sintió un dolor inmenso, pero no se atrevió a llorar abiertamente por temor a molestar a Sergio, solo podía derramar lágrimas en silencio.

Al ver a Sergio en ese estado, Benjamín también estaba angustiado, se sentó al lado de la cama de Sergio, y con voz envejecida lo consoló: “No te preocupes, resolveremos este incidente, los altos y bajos en la vida son normales, siempre que lo superes, puede ser una oportunidad de crecimiento“.

“Cuando era joven y hacía negocios, también enfrenté muchos contratiempos, todo depende de nosotros, no importa cuán difícil sea, una vez resuelto, todo estará bien“.

Asier estaba parado al frente de la cama, mirando fijamente a Sergio y dijo: “Tienes veintisiete años, deberías tener la capacidad de manejar incidentes que vienen así de repente, no te comportes como un niño“.

“Asier, ¿podrías tratarme como a un niño y darme lo que quiero?” Sergio miró a Asier con los ojos enrojecidos, temblando y hablando entre líneas.

Asier se detuvo, y su mirada oscura y profunda se encontró con los ojos enrojecidos de él, podía sentir su obstinada persistencia.

Pero él también tenía sus propias convicciones profundas.

“Hay cosas que, si no son tuyas, no deberías insistir. Descansa y recupérate“. Dicho eso,– Asier se giró para irse.

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