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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 781

Capítulo 781

Inés extendió su pequeña mano hacia Diana y dijo: “Lo que tienes en tu mano es auténtico, el collar de mi mamá también es auténtico, solo existe uno en todo el mundo, así que ese collar es de mi mamá, por favor devuélvelo.”

Los otros tres pequeños se agruparón alrededor de Inés y miraron a Diana con sus frentes fruncidas.

Los tres niños estaban en silencio apoyando a Inés, que estaba enfrentándose a Diana.

Diana estaba avergonzada y enojada, vio la pequeña mano de Inés extendiéndose hacia ella, y su respuesta fue levantar la mano para golpearla.

Apenas habia comenzado a moverse cuando una sombra oscura se adelantó rápidamente, pateándola en el estómago. Diana retrocedió a trompicones y estuvo cerca de caerse. Al conseguir finalmente estabilizarse, frunció el ceño y miró furiosa a la persona que la había pateado: “¿Quién te crees que eres?, voy a denunciarte…”

No pudo terminar de hablar cuando vio la imponente figura que se alzaba delante de ella. Todo su rencor e ira quedaron atrapados en su garganta, abrió la boca del miedo y sus labios comenzaron a temblar

¡No podía creer lo que veiale2

El hombre que protegia a los niños, jera Asier!

¡El rey del poder en la Capital, el presidente del Grupo Griera!

¡Un hombre aún más poderoso que su jefe Fuentes, inalcanzable para alguien como ella!

¡El que la habia pateado era él!

Diana tragó su ira, solo entonces sintió un dolor ardiente en el estómago.

El dolor en las costillas era tan intenso que casi no podía enderezarse.

Esa patada había sido suficiente para matarla.

El dolor intenso y el miedo hicieron que Diana temblara.

Asier, con sus ojos oscuros y fríos, lanzó una mirada a Diana. Luego, se agacho y agarró los delgados hombros de Inés, preguntando con suavidad: “¿Estás bien?”

Inés, asustada por el incidente, tenía el rostro pálido. Al escuchar la preocupación de su padre, asintió ligeramente para mostrar que estaba bien.

“Papá, ella se llevó el collar de mamá y no quiere devolverlo.” Iria, al ver a Asier, sintió como si hubiera encontrado el apoyo más fuerte. Señaló a Diana y le contó lo sucedido.

Al escuchar a la niña llamar a Asier “papa“, Diana abrió los ojos de par en par, incrédula y temblorosa.

¿Eran esos niños los hijos de Asier?

“Mis amores, ¿cómo llegaron al centro comercial? Casi matan de un susto a mamá…” Elia llegó un paso más tarde reuniendo a los niños a su alrededor, se la veía muy preocupada.

Al ver a Diana intentando golpear a Inés, Elia estuvo tan ansiosa que su corazón había saltado a su garganta. Antes de que pudiera moverse, Asier se adelantó, pateando a Diana con tal fuerza que la hizo volar.

Después del susto inicial, Elia se apresuró a verificar que los niños estuvieran bien.

“¡Mamá!” Al verla, las caras de los niños se iluminaron y gritaron su nombre con una alegría indescriptible.

Elia los abrazó, acariciando sus pequeñas caras y dijo: “Mamá los extrañaba mucho“.

“Mamá, nosotros también te extrañamos. En unos días es el Día de la Madre, venimos a elegir regalos para ti y para la abuela.” Joel explicó el motivo de su visita al centro comercial con una sonrisa en el rostro.

La maestra del jardín de infancia había asignado una tarea: cada niño debía regalar un presente a su madre.

Elia acarició sus pequeñas caras con amor y dijo. “Ustedes son el mejor regalo que mamá podría recibir.”

“Elia… tú eres… tú eres…” Diana contemplaba la escena desde no muy lejos, con una mano sobre su estómago y la otra temblorosa señalando a Elia. Estaba demasiado sorprendida y asustada para formar una oración coherente.

¡Elia era la madre de los hijos de Asier!

¿Cuál era entonces su relación con Asier?

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