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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 645

Capítulo 645

Asier miraba intensamente a Elia, a tal punto que cada poro de su piel se tensaba.

“Si, si,” respondió Elia titubeante bajo la mirada intimidante de Asier.

Asier, con su mirada profunda y fria, se puso de pie, rodeó su escritorio y camino hacia ella.

El poderoso aura de Asier se acercaba, como un viento helado que golpeaba la piel de Elia, instintivamente retrocedió asustada.

Asier siguió acercándose.

Elia retrocedió rápidamente.

Su espalda chocó contra la pared, Asier extendió su brazo, su mano rozó su oreja, apoyándose en la pared junto a su rostro. Su fuerte pecho la envolvió entre él y la pared.

Bajo su mirada fria y tenebrosa, le preguntó: “Prefieres que el Grupo Fuentes distribuya la mercancia o no?”

La cara de Asier era fria, sus ojos insondables, la miraban fijamente.g2

La enorme presión en su pecho hizo que Elia casi se quedara sin aliento.

No podia adivinar sus pensamientos, ni se atrevia a responderle apresuradamente.

Parecía una pregunta trampa.

Pensaba que sin importar la respuesta que diera, no sería la correcta.

Elia dudo, Asier levantó su barbilla, rozó su piel con su dedo, parecia prender una chispa dentro de ella.

Elia sintió un calor en su rostro y en su corazón.

“¿No vas a responder? ¿Quieres que vea personalmente lo que estás pensando?” La voz baja y magnética de Asier era fria, sombría, sus ojos

brillaban con deseo.

Elia se asustó tanto con sus palabras que su cabeza comenzó a zumbar. Se quitó apresuradamente la mano de Asier y le dijo: “Respondere, ¿com

eso no es suficiente?”

“Como empleada del Grupo Fuentes, por supuesto que espero que podamos distribuir la mercancía. Así, el Grupo Fuentes podrá cumplir el contrato a tiempo y no tendremos que pagar una indemnización por incumplimiento de contrato.”

“¿Estás segura? Si no distribuimos la mercancía, Fuentes tendría que pagar a Sergio la indemnización en caso de atrasos en la distribución. Seria aun mejor, no tendriamos ni que abrir la empresa para tener dinero. Asier la miraba fijamente.

Elia se sentia muy nerviosa, su racionalidad habia desaparecido por completo. Dijo: “La indemnización es solo un poco de dinero, cuando se acabe, no quedara nada. Pero si la empresa trabaja correctamente, es diferente, no solo podemos ganar dinero, sino que también podemos desarrollar aun más la empresa.”

Justo después de que terminó de hablar, sintió que la temperatura del aire a su alrededor bajaba abruptamente, hasta el punto de que casi dejaba de respirar.

Su mirada perdida se encontró con los ojos de Asier, que parecian frios y agudos. Elia se asustó tanto que no se atrevió a decir ni una palabra

mas

“Por fin has dicho lo que piensas. Te lo adverti, pero perdiste tu única oportunidad, ¡nunca volverás con éll Parece que no tomaste en serio mis palabras”

Asier apretó los dientes, su rostro se tensó de furia.

Elia se apresuró a explicarle “No hay nada entre Sergio y yo…”

“Si tu boca no sabe decir la verdad, seria mejor cortarla!” Asier le dijo friamente, levantó su rostro y la besó con fuerza

Su beso era dominante, rudo, sin piedad

Los labios de Elia fueron saqueados, la respiración fuerte de Asier se entrelazaba con su suave aliento, luchaba asustada.

Asier la sujeto firmemente contra la pared, su lucha solo aumentó la tensión entre ellos.

Asler estaba furioso, besándola a la fuerza, apasionadamente.

Elia sintió un dolor ardiente en su lengua, pensó que, si seguía así, Asier se la arrancaria.

Estaba aterrada, intentaba empujarlo y golpearlo

En el momento en que su emoción alcanzó su punto máximo, Asier la soltó

Elia se desplomó contra la pared, respirando con dificultad.

Penso que todo había terminado, pero Asier se agacho frente a ella, poniendo su mirada a la par con la suya. Sus ojos eran profundos y oscuros. Luego levantó su barbilla y la miró.

Sus grandes ojos estaban llenos de lágrimas, parecia asustada y desamparada. Sus labios estaban hinchados por el beso, llenos de saliva, desordenadamente seductores.

demente seducton

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or acarició sus labios hinchados con su pulgar, su voz grave y fría pregunto: “¿Te duele? ¿No puedes soportar solo esto?”

DITUID 646

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