Capítulo 640
Elia y Jimena regresaron a su barrio, Santa Marta.
Elia se metió en la ducha, se puso su pijama y dobló con cuidado el vestido de fiesta que se había puesto, guardándolo en una bolsa de compras. Jimena la observó con perplejidad y preguntó, “¿Por qué haces eso? Si pones el vestido en el armario, no se arrugará.”
Elia respondió: “Lo devolveré mañana. Este vestido me costó un dineral y no tendré oportunidad de usarlo otra vez.”
Habia guardado el recibo y no le habia quitado la etiqueta, todo para facilitar su devolución al dia siguiente.
“¿Por qué quieres devolverlo? Antes no tenías dinero y no podías permitirte ropa costosa, pero ahora es diferente, tienes dinero. ¿Por qué no quieres usarlo?” le preguntó Jimena.
Eran mejores amigas y siempre se decían la verdad.
Elia dijo: “No suelo asistir a este tipo de eventos y no tengo tiempo para cuidar este vestido. Con el tiempo, se pondrá viejo y perderá su forma. Seria mejor devolverlo para que alguien que realmente lo necesite pueda comprarlo. Además, ¿por qué piensas que tengo dinero? ¿Acaso yo no soy una trabajadora asalariada? El dinero debe usarse sabiamente, y este lujo simplemente no es para mi.”
Jimena respondió, “Tienes un montón de dinero, y aún dices que no tienes? No hay nada malo en darte un capricho de vez en cuando. No seas tan dura contigo misma. Todas las mujeres quieren verse bien “g2
Jimena sacó el vestido de la bolsa e insistió en que Elia lo conservara.
“Le devolvi ese dinero a Asier Elia le dijo a Jimena.
Aunque Asier le había dado su tarjeta de crédito, Elia no la había tomado y luego la tarjeta desapareció de su mesita de noche, probablemente Asier la recogio.
Ese dinero había vuelto a su dueño y con eso, todo habia terminado.
“¿Qué? ¿Se lo devolviste?” La reacción de Jimena fue tan sorprendente como la de Rosalinda cuando escuchó la noticia por primera vez.
Luego, golpeó su propia frente y exclamó: “Dios mio, Elia, no sabes cómo ahorrar dinero. Eres demasiado buena.”
Si hubiera sido otra persona, se habría quedado con el dinero.
Pero Elia, le devolvió el dinero a Asier, y de todos modos Asier no la dejaba ver a sus hijos por el malentendido.
Jimena se lamentó por ella, “Ahora no tienes dinero ni tampoco puedes ver a tu hija. No has ganado nada.”
“No es lo mismo. Si hubiera tomado el dinero, habría demostrado que renuncié voluntariamente a mis derechos de visitar a mis hijos. Como dijo Asier, el dinero habría comprado mi vinculo maternal con mis hijos. Aunque no puedo verlos ahora, cuando se revele la verdad, podre veria de nuevo.”
Elia tenía claro que todo tenía que estar de acuerdo con su conciencia.
Si por dinero, descuidaba a su propia hija, ¿para qué queria el dinero?
Elia se sentía satisfecha con lo que tenia.
Jimena finalmente accedió, “Está bien, tienes razón. Voy a guardar el vestido por si decides devolverlo.”
Luego, Jimena preguntó, “Si no puedes contar con el oficial Sergio, que planeas hacer?”
Elia simplemente sacudió la cabeza, “No lo sé aún.”
“Creo que debes encontrar un momento para hablar con Asier a solas. Eso podría ser más útil que encontrarte con Sergio. Jimena le propuso, tocando suavemente el hombro de Elia
Aunque Jimena parecía despreocupada, era muy inteligente en los momentos criticos.
Elia reflexionó sobre la propuesta de Jimena. Quería reunirse con Asier, pero él habia bloqueado su número de teléfono y no tenia forma de contactarlo.
No sabia cómo podría llegar a verlo