Capítulo 537
“Sueltame, ¿quiero a mi mamá, mi mamá!” Abelito, pese a su corta edad, demostró una fuerza impresionante, dando puñetazos y patadas al guardaespaldas, deslizándose como un pez.
El guardaespaldas, que no podia dañarlo, no lo sujeto con demasiada fuerza y Abelito, en un giro rápido, logró escapar
Pero el guardaespaldas, con una reacción rápida, dio un gran paso adelante, agarrando la parte trasera de la camiseta de Abelito y lo arrastro de vuelta.
Después de todo, Abelito era solo un niño y no tenia la fuerza de un adulto, y mucho menos la de un guardaespaldas bien entrenado
No importaba cuánto luchara, no servia de nada
Los cuatro niños fueron llevados de vuelta al lado de Asier
Cuando el guardaespaldas soltó la mano, Abelito volvió a correr
La gran mano de Asier agarró su brazo, y Abelito en un acto de desesperación giró y mordió la mano de Asier.
Mordió con fuerza, poniendo toda su fuerza en ello g2
Asier lo sostuvo, frunciendo el ceño, pero no soltó la mano
Padre e hijo se quedaron alli, uno sin soltar la mano y el otro sin soltar la boca.
Los dos guardaespaldas, al ver la situación, se quedaron paralizados de miedo al ver que este niño estaba atacando al Señor Griera.
¿Necesitaban intervenir y separarios?
Pero la personita que estaba mordiendo al Señor Griera también era alguien a quien no se permitian ofender
Estaban en un dilema
Los dos guardaespaldas se miraron, nerviosos e indecisos
Fabio, que estaba parado a un lado, tambien estaba temblando de miedo. No sabia qué hacer desde que comenzó la situación.
Fabio aún no se habia casado y no había cuidado niños antes. No había aprendido como cuidar niños en su entrenamiento como mayordomo, y mucho menos sabia qué hacer con niños tan pequeños.
Además, estos eran los jóvenes señores y señoritas, cuyo estatus era noble. No podía tratarlos con descuido y tenía que ser tan respetuoso con ellos como lo era con Asier No podia forzarlos a hacer nada.
Por lo tanto, Fabio tampoco sabia cómo ayudar a Asier a salir de este aprieto
Villa Serenidad se volvió un caos de la noche a la mañana con la llegada de estos cuatro pequeños torbellinos
Abelito mordió la mano de Asier con todas sus fuerzas sin soltar la boca.
Asier, con una expresion sombria, también se negó a soltar la mano.
Pasó un minuto
Abelito probó el sabor metálico de la sangre entre sus dientes, lo que le provocó un momento de miedo Soltó la boca y miró a Asier con sus ojos brillantes.
Habia una pizca de miedo en su mirada
Solo queria que soltara la mano, no queria hacerle daño.
Asier frunció el ceño y miró la mano que Abelito habia mordido hasta sangrar Con una expresión fría, preguntó Estás satisfecho ahora?
Era, sin duda, el hijo de Elia. Al igual que ella, tenia la costumbre de morder.
Abelito parpadeo con sus ojos oscuros, pero no dijo nada
Asier saco una toallita húmeda y comenzó a limpiar la saliva de la parte trasera de su mano. Su voz era baja y amenazante, pero siempre calmada
No se enfado con ellos
A pesar de su frustración, se mantuvo paciente, enfrentando sus “travesuras” con resistencia
“He dicho antes que si se portan bien, podrán ver a su madre. Pero hasta ahora, su comportamiento no ha sido suficiente para satisfacerme”
No habia incumplido su promesa, solo que ellos no se hablan portado bien
Los ojos de Abelito brillaron al preguntar “¿Cuándo estarás satisfecho?
“Eso dependerá de cuanto puedan comportarse“, respondió Asier