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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 402

Capítulo 402

Elia, con una sonrisa tenue en su rostro, se tensó al ver a Benjamin, preparándose para saludarlo.

Pero Benjamin no le dio la oportunidad de saludarlo, su mirada estaba llena de un fuerte desdén y prejuicio. Le echó un vistazo con desdén y luego pasó por su lado ignorándola

Esa mirada, venenosa como si hubiera esparcido sal en el corazón herido de Elia, intensificaba su dolor e incomodidad.

No fue hasta que él se alejó que Elia respiró hondo, reaccionó, volvió a presionar el ascensor y subió cuando se abrieron las puertas

Al llegar al último piso, apenas se abrieron las puertas del ascensor, vio a Bruno parado en la entrada.

Al verla, Bruno también se sorprendió un poco. “Srta. Sauri, ¿no dijeron que estabas de baja por enfermedad hoy?”

“No pedi el dia ” Dijo Elia saliendo del ascensor

Después de decir eso, se dio cuenta de quién había pedido su dia y se apresuró a retroceder, preguntándole a Bruno con asombro: “¿Qué dijo el Sr. Griera?”

Bruno sonnó levemente “No dijo nada. Sin embargo, creo que deberias ir primero a la oficina del Sr. Griera a reportarte“g2

*¿Por qué? Preguntó Elia

“Piensalo tú misma Dijo Bruno, entrando al ascensor y cerrando las puertas.

Elia vaciló por un momento, pero decidió escuchar a Bruno

Bruno había estado al lado de Asier durante tantos años, seguramente sabía más sobre el que ella.

No diría eso sin razón

Al llegar a la puerta de la oficina del presidente, Elia tocó la puerta.

Después de que Asier con su voz grave le diera permiso para entrar, Elia abrió la puerta y entró: “Sr. Griera, ¿necesita que prepare la sala de reuniones?”

Elia se reportó con un tono de negocios.

Reconociendo su voz, Asier detuvo su pluma, levantó su sombria mirada y la observó.

Su cara ovalada seguia siendo tan simple, pero con un toque de ternura y sencillez

Su falda larga con aberturas acentuaba aún más su figura delgada, y las lineas de su trasero eran atractivas.

La abertura revelaba sus piernas rectas y blancas.

El encanto esquivo y provocador era aún más tentador.

Recordando como la despidió del Grupo Griera la última vez, no por su propia voluntad, sino por Benjamin, quien le dio una compensación de diez mil.

Y en cambio su compañia le dijo que Elia renunció por su cuenta, prefiriendo pagar una multa de veinte mil dólares.

Fue el quien la malinterpretó, pensando que se unió a Sergio, prefiriendo pagar una multa de veinte mil dólares.

Al verla ahora, no pudo evitar sentir un toque de calidez en su corazón.

Le hizo una señal para que se acercara “Ven aquí”

Recordando la última vez que la llamó y la hizo sentarse en su regazo, Elia se tensó

Estaba ansiosa, pero no se atrevia a desobedecer las órdenes de Asier, se acercó y se detuvo al lado de su escritorio, preguntándole con cuidado: “Sr. Griera, ¿tiene alguna instrucción?”

“Por qué vienes a la empresa si estás herida?” La voz de Asier tenia un tono de reproche.

Si no fuera porque sabia que él la odiaba y que todo lo que hacia era para hacerle la vida dificil.

Elia habría pensado que él se preocupaba por ella

“Solo es una pequeña herida, no es gran cosa” Dijo Elia, siempre manteniendo la distancia con él a través de su escritorio, sin atreverse a acercarse demasiado

“¿Es así?” Asier se levantó, erguido y alto, su imponente figura envolvió a Elia al instante, ejerciendo una presión abrumadora.

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