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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 380

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Capitulo 380

¿Cómo fue que Iria se presentó al programa para buscarla?

¿Acaso no se refería a ella cuando decía que su madre habia desaparecido hace cuatro días?

En la televisión, se escuchaba la voz dulce y sena a la vez de Iria

“El nombre de mi mamá es muy fácil de recordar, muy dulce, muy entrañable”

Elia estaba aterrada, su alma a punto de salir de su cuerpo.

Al oido le llegaba la voz de ina, a punto de pronunciar su nombre.

Delante de ella, Asier emanaba un frio glacial, su mano larga y delgada sujetaba su barbilla, su rostro apuesto estaba lleno de una frialdad intimidante. Elia sentia tensión de estar entre la espada y la pared, sus nervios estaban a punto de estallar

“El nombre de mi mamá es…g2

“Zas!”

Justo cuando Iria iba a decir el nombre de su madre, la voz se detuvo abruptamente, el televisor también se oscureció y las luces de la sala se apagaron. Elia soltó un suspiro de alivio, su cabello, su espalda, todo estaba empapado de sudor

Ahora era por la tarde, al atardecer, la luz natural era muy débil, cuando las luces se apagaron, el brillo del entorno disminuyó un nivel

Pero eso no impidió que Asier viera cada expresión en el rostro de Elia, el dijo que no cumpliría sus deseos, y ella estaba tan nerviosa que empezó a sudar

El la sostenia por la cara, acercándola aún más a él, tan cerca que podia sentir su respiración entrecortada.

Asier apretó los dientes y su aliento frio golpeo su rostro. “Quieres tener un hijo conmigo, ¿eh?”

Elia, cuyos nervios acababan de relajarse un poco, se tenso de nuevo, sus ojos claros se llenaron de pánico y se apresuró a decir. Tomé la pildora anticonceptiva. puedes estar tranquilo, no quedaré embarazada. Sé que no te gustan los niños, no soy tan ilusa…”

Hace un momento él le preguntó si le gustaban los niños.

Ella dijo que si

El dijo que no cumpliria sus deseos

No había tenido tiempo de procesar lo que significaban sus palabras.

Pero ahora que escucho sus palabras frias e iracundas, lo entendió todo

Lo que el queria decir es que no dejaria que ella quedara embarazada de él, mucho menos que tuviera su hijo.

No le gustaban los niños, y ella no tenía derecho a darle un hijo.

Elia entendio muy bien lo que él quería decir, aunque su corazón no pudo evitar dolerle, ese dolor se prolongó, era sofocante y molesto

Se sentia mal por sus cuatro pequeños tesoros

También se lamentaba por su situación

Al escucharla hablar de manera tan razonable“, Asier quedo ligeramente satisfecho y soltó su mandibula con un gruñido.

En ese momento, las luces de la sala volvieron a encenderse y la pantalla del televisor también se iluminó

Pero ya no era la página del programa, sino la página de inicio del televisor

Fabio llegó apresurado y le explicó nerviosamente “Asier, el interruptor de la luz se apagó repentinamente, causando un corte de luz temporal, ya está arreglado” Asier le hizo un gesto con la mano en señal de aprobacion

Fabio asintió con la cabeza y se retiro

Pero Elia se sintió muy aliviada, afortunadamente, en el momento más oportuno, se cortó la luz, de lo contrario las consecuencias serian inimaginables. Elia le echó un vistazo cuidadoso a Asier, su cara fria parecia haberse suavizado un poco

Debe haber sido por lo que ella dijo antes, que lo dejó muy satisfecho

Resulta que él realmente no queria que ella tuviera su hijo

Elia se sintió deprimida, pero no se desanimó, aprovechó el momento para preguntarle Sr. Griera, ¿puedo volver a casa hoy? Mi madre debe estar muy preocupada por no verme en varios dias, ¿qué pasa si no puede encontrarme y llama a la policia?”

Asier la miró, sus ojos frios y afilados llenos de una sensación opresiva “Deja que llame a la policia, asi podrá ver cuántas antigüedades ha destruido su adorable hija“.

Al escuchar la palabra “antigüedades“, Elia se asualó, su corazón se hundió, estaba tan nerviosa que no sabia qué hacer con las manos y los pies.

Desvió la mirada nerviosamente y se no nerviosamente: “Lo siento mucho, estaba intoxicada en ese momento, todo lo que veia eren hangos y repolla, no ma di cuenta de que eran antiguedades. Fabio me dijo que esas cosas valan mil millones…….”

Al hablar de mil millones, Elia se sintió aún más agitada.

Para ella, esas cifras eran como un viaje a la luna.

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