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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia 365

Capitulo 365

Hace un rato, Rosalinda la llamó, perq Elia no contestó. Después de eso, Rosalinda no la volvió a llamar.

No tenía idea de dónde estaria Rosalinda con los niños, ni cómo estarian.

Elia le devolvió la llamada.

Sono por un instante antes de que le contestaran. Esta vez fue diferente, Rosalinda no empezó regañándola como siempre.

En cambio, su tono era sereno y apagado, como si estuviera cansada: “Dime, ¿por qué no contestaste esta vez? ¿Nos mentiste a mi y a los niños para venir a este sitio, que está pasando?”

Elia se sintió muy mal. En aquel momento la situación era urgente y no tuvo tiempo de explicarle nada a Rosalinda, solo pudo pedirle que cooperara y llevara a los niños de vuelta cuanto antes

Le mintió diciendo que Josefina estaba en el hospital, sabiendo cuánto se preocupaba Rosalinda por ella.

Probablemente, Rosalinda y los niños ya estarian en la casa del pueblo.

Elia fue retenida por Asier, quien la trató de una manera horrible la noche anterior.g2

Aunque lo odiaba, no podia escapar ser mantenida por él, convirtiéndose en su amante prisionera.

Se sentia amargada y maltratada.

Ahora, su querida madre también la estaba reprendiendo.

Su amargura creció, como si hubiera comido un limón agrio, su tristeza era indescriptible

Bajando la voz, preguntó ¿Cómo está la salud de la tía Josefina?”

“Gracias a ti, está muy fuerte. Responde a mi pregunta Rosalinda no la reprendio, en cambio le habló en voz baja y suavemente.

Elia estaba acostumbrada a que su madre la regañara, estaba acostumbrada a su tono autoritario.

Pero su suavidad inesperada hizo que Elia se sintiera aún peor, surgió un miedo infundado, temiendo que algo grave hubiera ocurrido.

“Mama, pensé que hace tiempo que no veías a la tia Josefina, seguramente querrías visitarla, y como Jimena también esta alli, podía ayudarte, asi que te pedi que volvieras. Como era de noche, temia que no quisieras ir, asi que busqué una excusa.

“Sigue mintiendome! Rosalinda la desenmascaró sin piedad.

¿Estas otra vez con Asier? ¿Tenia que venir a nuestra casa por la noche y temias que descubriera que tienes cuatro hijos, que te rechazaría, que no te querria, asi que te apresuraste a enviarnos a nosotros y a los niños lejos para dejarles espacio?” Rosalinda habló en voz baja, su tono amargo ya no podia contenerse, y estalló de furia.

Al escuchar a la habitualmente ruidosa Rosalinda regresar a su antiguo fono, Elia se sintió aliviada.

Al escuchar a Rosalinda decir esto, Elia preguntó con cuidado: ¿Te lo contó Jimena?”

Por suerte, Rosalinda aún no sabia que Asier era el padre de los niños, de lo contrario, habría ido a buscarlo para ajustar cuentas.

‘No la culpes, ella tambien cedió bajo la presión para contarmelo Rosalinda no dejó de defender a Jimena.

Elia entendio de inmediato, Jimena realmente no pudo resistir la presión de las preguntas de Rosalinda, y le contó a medias la verdad sobre ella y Asier Elia hablo con un tono consolador: “Madre, mi relación con Asier es complicada, te lo explicare cuando vuelva, pero quiero que sepas que Asier es muy poderoso, si lo enfadas, puede afectarte a ti y a los niños. No querrás que nuestras cuatro pequeños tesoritos sean encerrados en un cuarto oscuro sin comida ni agua, ¿verdad?”

“¿Qué? ¿Asier trataria asi a tus hijos?” Rosalinda estaba asombrada.

“Si, a él no le gustan los niños, cree que son muy ruidosos” dijo Elia.

“Entonces no deberias tratar con él, el te menosprecia, no va a casarse contigo, y no le gustan tus hijos, ¿por qué sigues con el?” Rosalinda estaba emocionada

Elia se sentia impotente: “No quiero, pero los magnates millonarios son muy poderosos, no podemos luchar contra ellos.”

¿Esto… el te obligó?” Rosalinda estaba aterrada, se sentia mal por Elia, y tenia la sensación de que su mundo se estaba derrumbando

“Mamá, la situación es complicada, no puedo explicártelo por telefono, esperaré a que vuelva…”

Elia estaba explicando algo cuando, detrás de ella, la puerta se abrió de golpe, dejando entrar un aura fria y sombría.

El owe parecia vibrar, como si una baja presión se estuviera desplomando.

Elia se quedó rigida, sintiendo un escalofrio recorrer su espalda Al girarse, via una larga y alta sombra entrando, una sombra imponente que la envolvia

El corazón de Elia se detuvo por un instante.

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